La visita del presidente argentino, Javier Milei, a Madrid el pasado viernes ha supuesto el caldo de cultivo perfecto para agrandar todavía más las distancias entre el gobierno autonómico, a los mandos de Isabel Díaz Ayuso, y el líder popular nacional, Alberto Núñez Feijóo.

La primera prueba de ello vino de la mano del portavoz de los populares y miembro del comité del Partido Popular, Borja Sémper, que, preguntado sobre la visita del líder argentino a la capital española y la concesión de la Medalla Internacional en manos de Ayuso, no quiso participar de la polémica, aunque tampoco desmarcarse de ella. “Me posicionaría sobre manifestaciones que hacen a lo largo y ancho del mundo todo tipo de dirigentes políticos, pero no tengo ni tiempo ni capacidad”, evitando así participar de manera activa en esta guerra interna del grupo comandado por el expresidente de la Xunta.

Existe en este sentido una discrepancia evidente entre aquellos que consideran que el líder nacional debe tomar distancia de las decisiones y el poder de la presidenta autonómica, y aquellos que creen que se debe trabajar conjuntamente pese a la estrategia de la lideresa madrileña de “elevar su perfil, nacionalizarlo”, algo que, como señala un dirigente del partido, “le funciona de maravilla”. “No es solo su ambición política, es que confrontar con Pedro Sánchez en un territorio donde hay un amplio campo de cultivo para eso, que es Madrid, le permite que no se hable de hospitales, de colegios, de gestión…”, añade al respecto el dirigente.

Con esta división interna de posturas, por lo que se refiere al primer grupo predomina la idea de que el líder nacional del Partido Popular siga su propia hoja de ruta, manteniéndose al margen de las presiones procedentes del Ejecutivo autonómico. En este sentido, fuentes de este bando defienden que Feijóo “debe tomar sus propias decisiones”, haciendo así caso omiso a los intereses autonómicos. Algo que ahora mismo se manifiesta en forma de renovación del Consejo General del Poder Judicial, sobre lo que determinados dirigentes populares señalan que el acuerdo con Sánchez para llevar a cabo esta renovación sería “la única forma que tiene Feijóo de demostrar autoridad”, pero, advierten, “no creo que se atreva, porque si lo hace, la ayusosfera se lo come”, recurriendo nuevamente a las influencias que el poder del gobierno autonómico ejerce sobre la comitiva nacional. Unas presiones que precisamente alejan a Feijóo del discurso que defendía previo a las elecciones generales del 23J, con el que sostenía “sacar a la política española del enfrentamiento y de la hipérbole permanente” y defender “un proyecto de entendimiento”.

Volviendo al encuentro de Ayuso con Milei, otro de los dirigentes de la etapa de Casado, ha defendido que Feijóo debería endurecer su relación con la ejectuva regional de Madrid. “Milei es la derecha populista, lo que nosotros nunca hemos sido. Feijóo parece superado y no hay proyecto nacional. El riesgo es terminar como Bullrich en Argentina, de muleta de Milei. Las europeas han dibujado un tripartito entre Alvise, Vox y el PP y mientras la gente piense que la única alternativa a Sánchez son esas tres cosas, no gobernaremos nunca. Al pactar con Vox y hacer seguidismo de Ayuso, Feijóo está facilitando que cale esa idea. No hay 17 Españas: hay dos, dentro de la M-30 y fuera, y la España de dentro de la M-30 está matando al PP porque lo hace invotable fuera”.

Pese a ello, como en toda guerra, también existen otros bandos. Lejos de estas numerosas peticiones a Feijóo por parte de dirigentes de su partido para que marque unos límites sólidos con la gestión autonómica, también los hay quienes opinan que el reconocimiento de Ayuso a Milei no tiene por qué encender las alarmas en las filas nacionales. “Es un movimiento para ganar votos a Vox y el que debe estar cabreado es Abascal, no Feijóo”, sostiene otro de los líderes populares. Sin embargo, resulta inevitable también para este reconocer la necesidad de que su número uno se mantenga al margen de las influencias autonómicas y señala que Feijóo “ha acertado al no entrar en el cuerpo a cuerpo con Ayuso”.