El president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha comparecido este lunes como causa de las obras de la CV-33. Allí, desde el ya de sobra conocido Barranco del Poyo ha seguido con su huida hacia delante hasta el punto de señalar que él “no forma parte del CECOPI”, organismo que se encargó de redactar el mensaje de alerta a los móviles que llegó tarde a los teléfonos de la ciudadanía.
A preguntas de los periodistas, el responsable valenciano ha expuesto que “va a llegar un momento en el que todas las administraciones” revisen su actuación; pero que en el caso concreto del organismo señalado, él no forma parte. “Está válidamente constituido”, ha querido destacar.
En su enésima mentira, el responsable valenciano ha vuelto a defender que, aunque “hay que asumir que se hayan podido cometer errores, sin ninguna duda y con toda humildad”, desde la Comunitat “se dieron todos los avisos hasta llegar a esa alerta final” que, no menciona, llegó cuando ya era demasiado tarde.
Mazón ha incidido en que, por el momento, no va a dimitir y que empezará a dar las primeras explicaciones pertinentes a partir del jueves, cuando tiene lugar una comparecencia parlamentaria: “Ahora todo el gobierno está concentrado en la recuperación; el 100% de nuestro tiempo (…) En cuanto a las decisiones y explicaciones, que no dejamos de dar, los ciudadanos merecen explicaciones más serias y sosegadas, evitando bulos e insinuaciones chocantes o, me atrevería a decir, desagradables”. “No estoy en clave de defensa personal. A lo mejor tenía que haber salido todos los días con ello, pero no ayuda a la verdadera labor. Empezaremos a hablar de explicaciones a partir del jueves”, ha insistido.
También ha hablado, entre otras cuestiones, de su partido después de la presión que algunos barones autonómicos están ejerciendo sobre su persona y que pasan por ese paso a un lado; aunque ahora no consideran que sea al momento.
En la misma línea, buena parte del PP ha venido desautorizando a Mazón en tanto en cuanto algunos dirigentes han pedido que Pedro Sánchez y el Gobierno Central tomen el mando único: “Mis sensaciones políticas ahora mismo son lo menos importante. Estoy en la reconstrucción. Me siento respaldado por la responsabilidad que tengo y por mi partido, pero son reflexiones de las que hay que hablar quizá un poco a partir del jueves (…) No estoy preocupado ni ocupado sobre cuál es la reflexión política personal”.
Más de una hora de redacción
Este fin de semana la gestión de Mazón respecto de la DANA no hacía sino dar cada vez más razones para que la gente saliera a la calle, tal y como hizo el sábado un pueblo que mostró su descontento con la evidente mala praxis de su autonomía. Las últimas informaciones iban en la línea nuevamente de la alerta que llegó tarde a los teléfonos relacionadas con la comida que el presidente mantuvo; un encuentro que se alargó tres horas y que provocó, en última instancia, que el líder regional no estuviera en la reunión del CECOPI.
La reunión del organismo comenzó a las 17:00, pero el president no estuvo presente a esa hora. Según la consellera valenciana de Interior, en la cita no estaba ni él, ni la delegada del Gobierno ni los representantes de la Confederación Hidrográfica del Júcar. En declaraciones a Á Punt, Prada denuncia que no es hasta pasadas las 19:00 horas que la CHJ traslada verbalmente la situación de la rambla del Poyo, que se comunicaba con el CECOPI por correo electrónico y que recibieron el aviso de que el Magro y el barranco se iban a desbordar; y ya estaba pasando.
Y aquí la problemática reside en que el contenido del mensaje que envió Protección Civil tardó más de una hora en redactarse. Así las cosas, una vez que los participantes son conscientes de la gravedad del tema, la delegada del Ejecutivo en la Comunidad Valenciana -que recibió varias llamadas del riesgo que se vivía en varias localidades- decide enviar el mensaje de alerta con el sistema Es-alert.
Fue aquí cuando empiezo el debate sobre cómo debía ser el texto que llegara a la ciudadanía, dado que era la primera vez que se recurría al sistema (que la consellera Salomé Pradas reconoció desconocer). Hubo quienes lo preferían corto y conciso, mientras que otros apoyaban que no fuera “alarmante” y algunas voces discrepaban entre escribirlo en valenciano o en castellano. Todos estos aspectos favorecieron que el mensaje no alcanzara los teléfonos hasta pasadas las 20:10 horas.