La política da de comer, pero también da hambre.El Partido Popular ha tratado de cicatrizar a toda velocidad sus heridas internas con un Congreso tan exprés como extraordinario. Y para evitar que los periodistas perdieran ripio de sus jornadas maratonianas, la sala de prensa se ha llenado con bolsas de picnic cargadas de intención. El primer día, el almuerzo constaba de dos platos fuertes: un bocata de jamón impregnado de aceite de oliva picual y una ensalada de pasta bien cargada de atún en conserva. Aceite andaluz y conservas gallegas. El cocinero no aspiraba a una estrella Michelin, pero tampoco a ningún premio a la sutileza.

Quizás por las latitudes sevillanas, y el buen clima que ha acompañado a la elección de Alberto Núñez Feijóo como nuevo presidente del PP, ningún picnic ha incluido ni callos, ni cocido madrileño. Tampoco era lo apropiado para un Congreso donde la presencia de la capital ha estado bastante deslucida en términos orgánicos, más allá de los baños de masas de las bases que siempre acompañan a la presidenta madrileña y los intentos de Isabel Díaz Ayuso por despuntar en su discurso. No en vano, fue la única que despreció los llamamientos a la unidad y se permitió lanzar un aviso a Feijóo delante de todo el PP: “Nos hemos reunido para ganar elecciones, los españoles nos están mirando”.

Para el público en general, ajeno a las metáforas gastronómicas de los picnics de los periodistas, el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, se guardaba un as en la manga. El sábado actuaba como anfitrión y telonero de un Feijóo ya elegido con el 98,35% de los votos, y salió al escenario de Sevilla con el mejor vídeo del congreso. A ritmo de gaita, Moreno Bonilla hablaba de una tierra humilde y monumental, mientras se atisbaba en pantalla una catedral, difícil de distinguir entre la de Jaén y la de Santiago de Compostela. “Bañada por dos mares bravos”, decía el presidente andaluz, sin aclarar si hablaba del Mediterráneo y el Atlántico o de éste y el Cantábrico. “Galicia y Andalucía, cuántas cosas en común”, acababa diciendo Moreno Bonilla, por si quedaba alguien en la sala por captar la indirecta.

La Junta se ve como modelo de Feijóo

Al acabar la jornada del sábado, el reparto de cargos ha sido más que evidente. El nuevo presidente del PP es gallego y ha recuperado la figura del coordinador general en la persona del todopoderoso malagueño Elías Bendodo. Una decisión que quita peso a la flamante secretaria general, Cuca Gamarra, y según fuentes de la máxima relevancia en ela Junta de Andalucía, es una prueba “de que quiere nuestro modelo, el del cambio tras un gobierno socialista”. 

El coordinador general es una figura que el PP ha usado en contadas ocasiones, y para evitar traumas: la primera llegada al Gobierno de 1996, la disputa fratricida entre María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, y con Cuca Gamarra para pilotar el partido tras el descabezamiento de Pablo Casado. Ahora, Feijóo se lleva a Bendodo a Génova para controlar el partido, aunque Moreno Bonilla le ha tenido que “frenar”, según fuentes del entorno del presidente regional, para que compagine su presencia en Andalucía hasta que pasen las elecciones a la Junta, que sitúan ya “en octubre”.

"No queda un gallego en Galicia"

Desde la Puerta del Sol aseguran que no existe ningún malestar con la organización que ha presentado hasta ahora Núñez Feijóo, a la que quitan importancia. “Qué más da la estructura: importa que ahora dejarán trabajar en paz a la presidenta”. En la jornada del sábado se vivió un momento anecdótico, pero muy ilustrativo. Díaz Ayuso intentaba salir del FIBES, pero era interrumpida todo el rato por los militantes que le pedían un selfie. En ese momento, un hombre “de Betanzos” le ha pedido el enésimo retrato y, con cara de cansancio, la presidenta madrileña le ha soltado: “No queda un gallego en Galicia”.

En términos de peso, los puestos están muy medidos y entre los 65 nombres presentados por Feijóo para el Comité Ejecutivo Nacional y la Junta Directiva, el encaje de bolillos está claro: ocho puestos para Madrid, ocho puestos de Andalucía y siete para Galicia, pero también hay que sumar a Feijóo y Bendodo. 

"Un puesto importante para Madrid"

Desde Madrid presumen de que los vocales fueron pactados directamente con Díaz Ayuso, en lugar de con el PP de Madrid, colocado por la antigua dirección de Casado, aunque era algo esperable puesto que los demás vocales se pactaron con los presidentes de cada PP, donde no hay bicefalias. En el Comité Ejecutivo Nacional estará Alfonso Serrano, hombre de máxima confianza de Díaz Ayuso, pero el resto de caras conocidas no se pueden considerar ayusistas: el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, fue impulsado como su rival interno en la época de Casado y Manuel Cobo, exvicealcalde con Alberto Ruiz-Gallardón, es vocal de designación directa del presidente por la histórica amistad que mantiene con Feijóo.

Desde el entorno del nuevo presidente del PP son conscientes del malestar que se ha extendido en el equipo de Díaz Ayuso y, pese al hermetismo que ha reinado hasta ahora, sí avisan de que, este domingo, “habrá un puesto muy importante para Madrid” en el Comité Ejecutivo. Este domingo, con el Congreso ya cerrado, Sevilla acogerá su primer comité de dirección y se espera que Feijóo anuncie, al menos, quiénes serán sus vicesecretarios. Si se mantiene la actual estructura, como prevén desde el entorno de Feijóo, el equipo con el que llevará el día a día de Génova será de seis vicesecretarios, que pasarán a formar parte del Comité Ejecutivo Nacional como miembros natos. Aunque desde su círculo más cercano también avisan: "Será un borrador sujeto a cambios".

El eje "Andalucía-Galicia... pasando por Madrid"

En la nueva dirección creada en el PP y en el entorno más cercano a Feijóo niegan que vaya a existir “un triunvirato” al frente de la dirección, sino que el gallego tendrá el liderazgo a todos los efectos, “pero apoyado en dos poderes importantes como Andalucía y Madrid”: Sin embargo, en el PP andaluz matizan esa igualdad de condiciones y no creen que el eje sobre el que pivote el partido sea “Andalucía-Madrid-Galicia, más bien es Andalucía-Galicia… pasando por Madrid”. 

Habrá que ver hasta qué punto el futuro del PP pasa por las autovías de la España radial o si Feijóo opta por la Ruta de la Plata, la autovía que emula la antigua Vía de la Plata que construyeron los romanos y que une Sevilla con Galicia por el oeste de España, sin necesidad de cruzar por el kilómetro 0 de la Puerta del Sol.