La fiesta del PP en el XX Congreso del PP celebrado este fin de semana en el Fibes de Sevilla, donde la alegría reservada de Feijóo, entre la celebración y el vértigo, contrarrestaba con la falsa sonrisa de Casado, entre el descanso y el llanto, esconde tras de sí más de un diagnóstico contrapuesto. En los equipos está la clave, y la sensación que recorre a las diferentes delegaciones del PP es que Alberto Núñez Feijóo, ya formalizado como nuevo presidente del PP, ha premiado a Andalucía y ha erigido a Moreno Bonilla como modelo a seguir.

Sevilla ha sido el enclave escogido, el mismo fin de semana en el que se recitará el pregón de la Semana Santa más celebrada de España, Teófila Martínez su presidenta y el poder, pese a que Cuca Gamarra ha sido elegida como secretaria general de la formación en sustitución del caído Teodoro García Egea, señalado como arquitecto de la detonación que lo cambió todo, recae en la figura de Elías Bendodo, número dos de Moreno Bonilla. Designado como coordinador general de la formación, el hombre fuerte de Andalucía -todopoderoso para los que lo conocen y temido por los que aún no lo hacen- será el encargado de apagar el fuego cuando sea necesario y ordenar a las tropas cuando falte firmeza.

Con Andalucía como delegación más envidiada, hay quienes ya han puesto sus miradas en el PP de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y Miguel Ángel Rodríguez. El mejor activo electoral que tienen ahora mismo los populares entre sus filas se ha dado un baño de masas tras otro en Sevilla, aclamada por unos simpatizantes entre los que se incrementaban los murmullos a medida que se acercaba, como un icono pop, como alguien desconocido pero pretendido. Sin embargo, el brillo de los aplausos no luce tanto como el de los nombramientos, y, al menos por el momento, Madrid no ha obtenido el peso que muchos creen que merecería en la nueva y renovada cúpula popular.

Es cierto que personas de la máxima confianza del nuevo presidente piden cautela, apuntando a un posible nombramiento este domingo que cambie las tornas y sea muy importante orgánicamente en el futuro de una formación en plena remodelación, pero el runrún resuena y el equipo de Ayuso contesta. Fuentes del gabinete de la presidenta, a preguntas de este periódico, niegan estar descontentos con el nuevo reparto: “En absoluto”, indican. “Qué más da la estructura, lo importante es que ahora dejarán trabajar en paz a la presidenta”, sentencian.

Preguntadas por la celebración del Congreso del PP de Madrid, cuya fecha fue motivo de discordia en el pasado motivando una trama palaciega de espionajes, traiciones y una bomba detonada a tiempo para tratar de contener la iniciativa del rival, estas mismas fuentes prefieren guardar silencio, por el momento, pese a que es un secreto a voces que su celebración ha sido acordada, fijada y comentada entre las dos partes en una especie de tregua momentánea para un Feijóo, que, pese a la buena sintonía con la presidenta de la Comunidad de Madrid que dice tener, ha mezclado el gallego con el deje sevillano en un fin de semana donde las lenguas, los acentos e incluso las fronteras se han impuesto al centralismo.

“Un puesto muy importante”

Fuentes del entorno del presidente del PP, conocedoras del “borrador sujeto a cambios” que será presentado este domingo, cuando se espera que Feijóo anuncie las vicesecretarías y buena parte de su dirección, han especificado que “mañana Madrid recibirá un puesto muy importante”. “Es muy importante”, insistían por segunda vez.

Estas mismas fuentes, además, reconocen que la conformación del borrador no ha sido sencilla para Núñez Feijóo. “Lleva un mes trabajando”, especifican, confirmando que todas las personas que serán nombradas este domingo ya son conocedoras de las nuevas responsabilidades que les serán encomendadas. Sobre el futuro, el oscurantismo gallego con el que Feijóo empezó este Congreso (“Rajoy era reservado, pero él lo es más”, reconocían altos cargos del PP) empieza a ser más laxo y los próximos pasos del presidente empiezan a ser perfilados. “¿El senado? Puede ser, pero antes necesitaremos cuatro o cinco semanas para salir de la Xunta”, respondían estas mismas fuentes, bromeando sobre que “el mes de las flores” será el momento en el que se iniciará la andadura.