El Partido Popular ha dejado claro este miércoles que ha pasado página de cualquier tipo de contención política. Tras el Pleno monográfico sobre corrupción celebrado en el Congreso y marcado por los ataques cruzados entre bloques, la dirección nacional del PP ha asegurado que desplegará una oposición “sin piedad” contra Pedro Sánchez. “Vamos a ir a tope contra el PSOE”, reconocen fuentes del equipo de Alberto Núñez Feijóo, que insisten en que el presidente está “contra las cuerdas” y “arrinconado”.
La reacción popular tras más de cuatro horas de debate ha sido convertir la sesión parlamentaria en un punto de inflexión. En lugar de proponer medidas de regeneración democrática o plantear acuerdos que refuercen la integridad institucional, el PP se ha lanzado a fondo contra el presidente del Gobierno, cuestionando incluso su permanencia en el cargo tras la imputación del ex número tres del PSOE Santos Cerdán en una presunta trama de mordidas por contratos públicos.
Del “malestar” de los socios a la “mansedumbre”
En Génova afirman que esperaban que el Pleno evidenciase un quiebre entre el Gobierno y sus aliados parlamentarios. La detención de Cerdán parecía, según los populares, una oportunidad para sondear “el malestar creciente” entre los grupos que sostienen a Sánchez. Sin embargo, ese cálculo político no ha dado los frutos esperados. “A los socios del PSOE los hemos visto blandos”, reconocen desde la cúpula del partido, donde consideran que ningún grupo se ha desmarcado del presidente.
La decepción ha sido especialmente fuerte con el PNV. El propio Feijóo, en su intervención, interpeló directamente a los nacionalistas vascos: “¿Han revisado ya los motivos por los que apoyaron la moción de censura contra Rajoy?”, les espetó, en un intento de resucitar el relato de la traición de 2018. En tono más duro aún, les advirtió de que “el PSOE acabará pactando con Bildu” y que “se van a quedar sin gobierno, sin principios y sin votantes”.
Maribel Vaquero, portavoz del PNV, recogió el guante con contundencia: “El PP no está para dar lecciones”, replicó, añadiendo con ironía: “Señor Feijóo, ¿cree que así le vamos a apoyar?”.
El debate parlamentario ha servido para que el PP blinde su estrategia electoral y abandone cualquier tentación de moderación. En Génova están convencidos de que la ofensiva contra Sánchez, por todos los frentes —judiciales, personales y mediáticos—, marcará la hoja de ruta del partido. “Esto es la madre de todas las batallas”, resumen fuentes del partido.
Según su relato, Pedro Sánchez debería haber dimitido hace tiempo y consideran su permanencia en el cargo como una “anomalía”. Las medidas anunciadas por el presidente durante el Pleno son, a juicio del PP, simples “patadas hacia adelante”. “No es una cuestión de falta de leyes, sino de falta de principios”, alegan.
En este marco, sorprende el silencio sobre Junts. Aunque Feijóo cargó contra Sumar, ERC y Bildu, no mencionó a la formación de Carles Puigdemont. Desde el PP lo justifican alegando que Feijóo no mantiene acuerdos de gobierno con Junts. Un argumento que evita evidenciar las complejas relaciones de los populares con el nacionalismo catalán.
La bronca con Vox y el nuevo eje de la derecha
En el otro lado del hemiciclo, la derecha tampoco camina unida. El líder de Vox, Santiago Abascal, centró buena parte de su intervención en lanzar dardos a Feijóo, a quien acusó de ser “parte del problema” y no de la solución. Abascal no solo eludió centrar sus ataques en Sánchez, sino que aprovechó para desmarcarse de la estrategia del PP y reforzar su discurso sobre inmigración y seguridad.
La respuesta de Génova fue inmediata. “Vox se equivoca de enemigo. Cada uno decide cómo equivocarse”, señalaron fuentes populares, visiblemente irritadas por el discurso de Abascal. Aun así, subrayan que están “cómodos” con esas críticas, convencidos de que el verdadero duelo se juega entre Feijóo y Sánchez. “En las próximas generales solo hay dos opciones: o Sánchez o Feijóo”.
La línea roja que Feijóo ya ha cruzado
El clímax del nuevo estilo político del PP llegó con las palabras del propio Feijóo sobre los presuntos negocios del suegro de Pedro Sánchez. Desde la tribuna del Congreso, el líder del PP vinculó al presidente con el “abominable negocio de la prostitución” al referirse a unas saunas vinculadas al padre de Begoña Gómez, esposa de Sánchez. “¿Pero con quién está viviendo usted?”, le preguntó, abriendo un nuevo frente personal en el barro político.
La portavoz del PP en el Congreso, Ester Muñoz, salió este jueves a defender lo indefendible en una entrevista en Antena 3. Aseguró que “la verdad es dura” y negó que se haya cruzado ninguna línea roja. Justificó el ataque alegando que Sánchez también había utilizado “noticias fabricadas” contra Feijóo, y defendió que los asuntos familiares del presidente del Gobierno “ya no son personales” debido a la imputación de su mujer por “cuatro delitos”, en referencia al procedimiento abierto contra Begoña Gómez.
“Cuando Pedro Sánchez acusa a la hermana de Feijóo de que le dan contratos por pertenecer a Eulen, eso sí es hacer cuestiones personales”, remató Muñoz, equiparando ambos casos y blanqueando el ataque de su líder.
La conclusión en Génova es clara: se ha acabado la fase de contención. El Partido Popular considera que el PSOE está “acorralado” y que el terreno judicial puede erosionar aún más al Gobierno en los próximos meses. Aunque no hay todavía ninguna sentencia firme, ni juicios concluidos, el PP ya ha activado su maquinaria electoral.