En la nueva era de Alberto Núñez Feijóo, sin cordones sanitarios y afianzando una vía más a la derecha que antaño, no sólo ha englobado la fórmula de entendimiento con Vox, sino también con Junts. En los últimos tiempos la figura de Carles Puigdemont para la cúpula de Feijóo ha pasado de ser un “prófugo de la justicia” con el que el diálogo no se plantea a la posibilidad de acercar posturas en aras de impulsar una candidatura para gobernar La Moncloa.
Lo acontecido este fin de semana en el XXI Congreso Nacional del Partido Popular celebrado en Madrid, en el que Núñez Feijóo resurgió de nuevo como máximo líder, se materializó este giro de posturas para con Vox, a quien han tendido abiertamente la mano sin vetos a la vista, y a Junts, a quienes ahora dejan la puerta abierta para futuras negociaciones.
"¿Qué Gobierno habrá tras las próximas elecciones generales? Solo hay dos opciones: O Sánchez o yo. Yo quiero un Gobierno en solitario. El único Gobierno de coalición que ha habido hasta la fecha no ha funcionado y no quiero darle a mi país los mismos espectáculos que vemos en el Consejo de Ministros", entonó en su discurso de clausura este domingo. En estos términos, avanzó que el único “cordón sanitario” tan sólo le sería impuesto a Bildu, por lo que los neoconvergentes catalanes quedan exentos de este veto.
Previamente a esta cumbre de los populares, cierto es que Feijóo se encontraba en una encrucijada de actuación ante qué postura adoptar con Junts y posibles futuros acuerdos de cara a una hipotética moción de censura contra el Gobierno de Pedro Sánchez o, en caso de elecciones generales, los pactos posteriores que podrían sucederse.
En su discurso, Feijóo dio pie a su postura de entenderse con formaciones de todo color político exceptuando a Bildu; pese a que esta disposición es una contradicción en sí mismo por su pretensión de conformar un Gobierno del PP “en solitario” si los números así se lo permiten. En caso contrario, se verá avocado a entenderse con Puigdemont teniendo a su vez en cuenta que, pese al cierre de filas con el de la plana mayor de su partido, el líder del PP catalán, Alejandro Fernández, se cerró en banda con ello rechazando cualquier acercamiento con los de Puigdemont.
Tras la resaca emocional y política de un fin de semana frenético, nuevas voces de peso en el PP se han pronunciado al respecto, como es el caso del alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, quien ha reconocido este lunes que coincidió con dirigentes de Junts en el Parlamento Europeo, sobre los que ha dicho que “se puede hablar con ellos” independientemente de que se alcancen acuerdos. "Hay una rama de Junts a la que no le gusta lo que se vive ahora, esta inestabilidad, ser copartícipes de los espectáculos que se viven estos últimos meses. Esto me lo han dicho algunos dirigentes", ha asegurado en una entrevista con TV3.
¿Vía libre para negociar con Junts?
Algo más atrás en el tiempo, en los días previos al cónclave del PP en Madrid, ciertas voces internas del partido -desde Madrid, Isabel Díaz Ayuso; desde Cataluña, Alejandro Fernández- se percibían convulsas con el primer acercamiento de Feijóo a Junts y que, tras el Congreso Nacional, se ha terminado confirmando.
Entonces, bajo el marco de la entrada en prisión del ex ‘número 3’ de PSOE, Santos Cerdán, Feijóo aprovechó para dirigirse directamente a Puigdemont: “Se ha dado cuenta de que Sánchez le ha utilizado, engañado y estafado políticamente y en Cataluña quien lo ha rentabilizado es el señor Illa. Tendrá que decidir si quiere seguir manteniendo a Sánchez, o si quiere abrir un nuevo período, poner el contador a cero y que los españoles, y por tanto, los catalanes, hablen”, defendió entonces; palabras que a su vez acompañó de la apertura de “una vía de contacto” entre las partes, aunque descartando de entrada un encuentro de tú a tú fuera de las fronteras españolas.
A la espera queda conocer o percibir los próximos pasos que adoptará el líder de Génova tanto en clave de oposición como en estas negociaciones con distintas formaciones para encauzar su hipotético ascenso a La Moncloa. Lo que queda en claro en este punto, es la decisión del gobierno “en solitario” pero del que, por lo pronto, necesitará apoyos parlamentarios para dejar vía libre.