Al presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, vuelve a resultar complicado diferenciarle de Vox, si es que alguna vez ha sido realmente sencillo. El responsable ‘popular’ ha “copiado” en palabras de su homólogo de la extrema derecha el discurso radical en contra de la migración.

El gallego pasó un Congreso que fue más trámite de lo que podía esperar en un primer momento, cuando el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, pidió alejar a Junts de cualquier opción siquiera de negociación. A ello hay que sumarle las turbulencias que a última hora golpearon el Comité Federal del PSOE a tenor de las acusaciones contra Paco Salazar por “comportamientos inadecuados” hacia algunas mujeres cuando éste era su jefe.

Sin embargo, el tono que utilizó el líder del principal partido de la oposición con el objetivo de intentar contentar a todo el mundo terminó volviéndosele en contra. La cara visible de Génova, 13 intentó tender puentes con los dos espacios que convergen dentro de las siglas conservadoras: la moderada -a menos en la teoría- que buscan personar el propio Feijóo y otros barones como el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla; y el ala ‘dura’ que queda representada por su homóloga en la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, o voces que, aunque pueda parecer que no, mantienen su peso dentro del partido, como la predecesora de esta última, Esperanza Aguirre, o el expresidente del Gobierno José María Aznar.

La única posibilidad de pacto, según Vox

Con todas las cartas encima de la mesa, aunque Feijóo repita hasta la saciedad proclamas como que él “no tiene complejos en defender el centro” o su convicción por un gobierno en solitario, la realidad del país y la aritmética del Congreso de los Diputados son bien distintas. Es más que probable que en caso de poder opositar a sustituir a Pedro Sánchez en La Moncloa, el expresidente de la Xunta de Galicia tenga que recurrir a acuerdos con partidos que tanto ha criticado, como Junts; o plegarse a Vox, también a nivel nacional (ya gobiernan conjuntamente en varias Autonomías).

El ejemplo más claro de ese punto de unión entre los dos partidos principales que se sitúan en el lado derecho del tablero es el que tiene que ver con la migración. “Hemos de reducir la inmigración ilegal. ¿Parece razonable, ¿no? ¿Cómo lo ilegal va a tener garantías o va a tener derechos?, preguntaba Feijóo ante una guardia pretoriana que tuvo importante presencia valenciana.

El responsable de Vox no tardó en reaccionar a la declaración de intenciones del líder de la oposición en tanto en cuanto no solamente evidenció que le había “copiado” el discurso, sino que también lo concibió como “una victoria”. “No nos preocupa que haya quienes intenten copiar nuestro discurso. Creemos que esa es una victoria de nuestras posiciones políticas. Lo que queremos es alertar a los españoles, que yo creo que son conscientes de que algunos solo dicen esto antes de las elecciones y luego lo traicionan cuando ganan”, declaraba el mismo día que concluía el Congreso de los ‘populares’.

Mirando hacia Alemania, continuó denunciando que el canciller alemán, Friedrich Merz, prometió en campaña que iba a cerrar las fronteras y después no lo cumplió. “Supongo que el PP español ahora va a pretender emular a sus socios europeos para impedir el avance de las fuerzas patrióticas y soberanistas”, desprendió

Nada es casual en política. Empleando esta máxima, el dirigente ultraderechista escogió la localidad madrileña de Alcalá de Henares acompañado de dirigente de su partido, como la portavoz en la Asamblea regional, Isabel Pérez Moñino; el portavoz nacional, José Antonio Fúster; y el portavoz de Seguridad, Samuel Vázquez. Este municipio vive una situación de tensión después de que el pasado 28 de junio una joven fuera agredida sexualmente. El sospechoso, de origen maliense, fue detenido el miércoles y el viernes enviado a prisión.

Abascal no se pronunció ni sobre los cambios en el organigrama del PP, ni sobre la posibilidad de gobernar en solitario aún alcanzando pactos en Vox -esto es, llegando a acuerdos, pero sin ministerios-, sino que se limitó a reclamar al líder ‘popular’ un cambio en la política si quiere alcanzar algún acuerdo en un futuro.

“No me corresponde a mí valorar la elección de personas que hace el Partido Popular. Me importan las políticas que se defienden. Y yo lo que quiero decir hoy precisamente en Alcalá de Henares es que las políticas de inmigración masiva son compartidas con el Partido Socialista y pactadas en Europa. Y que la única distinción que en este asunto parece que hay entre Partido Popular y Partido Socialista es si regularizan a 500.000 o a 800.000 (…)  El día que veamos al Partido Popular cambiar las políticas habrá posibilidad de encuentro y de pacto. Mientras tanto, tenemos que decir que el Partido Popular y el Partido Socialista parecen la misma cosa y actúan de la misma manera”, pronunció en un primer momento, para después volver a clamar por una moción de censura al principal partido de la oposición que, por lo pronto, parece bastante lejana.

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