El Congreso aprueba esta semana una batería de medidas de tinte social fundamentales en materia de extensión de derechos. La nueva legislación sobre el aborto o la ley trans verán la luz en un escenario marcado por el elevado nivel de decibelios en torno al solo sí es sí, pero también saldrá adelante la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que se aprobará este martes en el Consejo de Ministros. PSOE y Podemos enfilan una semana de relativa tranquilidad parlamentaria, mientras el debate sobre la polémica normativa del Ministerio de Igualdad hace estragos en las ligaduras de la coalición y colapsa los titulares. A pesar del ruido blanco, el Ejecutivo no teme que esta batería de medidas sociales quede soterrada bajo los “efectos indeseados” del controvertido articulado.

La herida en la faz del Gobierno de coalición no sana. Al menos de momento. PSOE y Unidas Podemos prorrogan su tira y afloja particular en lo que atañe a la Ley de Garantía de la Libertad Sexual. En las últimas horas, fuentes próximas al ala morada de la coalición, consultadas por ElPlural.com, precisaban que este fin de semana Igualdad solicitó al socio mayoritario una reunión para resolver “cuanto antes” las diferencias sobre la normativa del solo sí es sí.

Estas mismas fuentes inciden en que el departamento que dirige Irene Montero no ha variado sus posicionamientos. Bajo ningún concepto Igualdad se ha levantado de una mesa a la que dice seguir atornillado, exhibiendo su apertura a negociar con el PSOE para cauterizar de una vez por todas las heridas supurantes desde hace cuatro meses. Apuntan desde el ala morada de la coalición que el “acuerdo es posible” siempre y cuando prime el consentimiento en la reforma. “Siempre hemos tenido disposición a negociar. Nunca nos levantamos de la mesa”, apuntan a este periódico desde el entorno de Igualdad.

Sin preocupaciones

La enquistada situación del solo sí es sí no es óbice para que se extienda la preocupación intramuros del Palacio de la Moncloa. En el gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se respira relativo ambiente de calma, pese a las tensiones propias a una negociación de este calibre. De hecho, no creen que este escenario entierre los triunfos que la coalición pretende cosechar en el horizonte más próximo.

Por aquí pasan asuntos sociales troncales, como la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que el Consejo de Ministros aprobará este mismo martes, pero también la nueva legislación del aborto o la polémica ley trans. Esta última, dicho sea de paso, desató un clima de tensión de difícil gestión. En aquella ocasión, Unidas Podemos se llevó el gato al agua, al arrastrar a los socialistas hacia sus postulados. El escenario ahora es más complejo, pues la herida es ya más profunda, a menos de un año para poner la guinda a una ciclotímica legislatura.

Entre tanto, Moncloa saca brillo a su maquinaria social, recogiendo los primeros frutos esta misma semana con la aprobación definitiva de estas dos legislaciones, amén del SMI. Iniciativas orientadas en exclusiva a la conquista de derechos y que el “efecto indeseado” de la ley del solo sí es sí podría neutralizar con relativa facilidad, aunque resortes socialistas no creen que llegue la factura. “Para nada”, comenta con rotundidad un alto cargo socialista a este periódico. Entre las altas instancias del PSOE no creen que el ruido mediático del solo sí es sí lastre los “éxitos” de la coalición al entender que “van por carriles distintos”.

Tregua parlamentaria

Por una parte, con la reforma de la ley del aborto las menores de entre 16 y 18 años recuperan la posibilidad de someterse a la interrupción voluntaria del embarazo sin autorización paterna previa. Es decir, dilapida el requisito que introdujo el Gobierno de Mariano Rajoy en 2015. Además, se busca que se garantice que la sanidad pública sea la red de referencia para esta práctica, amén de regular otros derechos sexuales y reproductivos de la mujer, como las bajas temporales por regla dolorosa.

En su tránsito por el Senado, el PSOE quiso blindar la nueva normativa frente a posibles ataques de la ultraderecha como el que propuso el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, para impedir los abortos. De esta manera, se agrega un salvoconducto para evitar que las mujeres se sometan a prácticas no científicas para condicionar su decisión

En su paso por el Senado y tras la polémica por el protocolo anunciado por el Gobierno de Castilla y León para reducir los abortos, a la reforma de la ley se le ha incluido un punto destinado a impedir que las mujeres que deseen interrumpir su embarazo se vean sometidas a prácticas no científicas para condicionar su decisión, como escuchar el latido del corazón del feto o ver una ecografía 4D.

Amén de este rearme de los derechos de las mujeres, se aprobará también la Ley para la igualdad efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI. Un articulado que no estuvo exento de polémica en sus etapas de gestación al provocar un enfrentamiento entre los dos socios de la coalición, aunque sin alcanzar las prospecciones que arrojaría después el solo sí es sí y la preceptiva rebaja de condenas o “efectos indeseados”, como han bautizado desde Moncloa.

La normativa despatologiza el proceso de rectificación registral de la mención relativa al sexo, al que podrán acceder personas mayores de 16 años, mientras que los jóvenes de edades comprendidas entre los 14 y 16 necesitarán del visto bueno de sus padres. En el caso de los menores de entre 12 y 14 años será requisito indispensable una autorización judicial. Junto a esta reglamentación, se prohibirá también las terapias de conversión, el acceso a técnicas de reproducción asistida para lesbianas, bisexuales y personas trans capacitadas para gestar, así como el reconocimiento de la filiación de hijos de lesbianas y bisexuales sin necesidad de matrimonio.

Extensión y recuperación de derechos. Dos puntales para el Ejecutivo de cara a esta recta final de la legislatura, a los que también acompañará una nueva subida del Salario Mínimo Interprofesional que aprobará este martes el Consejo de Ministros. Una batería de medidas orientadas a colectivos desfavorecidos y clase trabajadora cuya resonancia esperan que no quede eclipsada por los decibelios de la guerra por el solo sí es sí.