A partir de este martes, la Audiencia Nacional vivirá una cita judicial en el marco del caso Púnica con tintes de Día de la Marmota pero que esconde mucho más y puede deparar sorpresas. Un histórico de los casos de corrupción, el exalcalde de Boadilla del Monte, Arturo González Panero, (conocido como El Albondiguilla en la trama Gürtel) acudirá el miércoles de nuevo al juzgado de Instrucción número 6, pero con varias novedades desde su anterior cita, como la aparición de su agenda como alcalde. Y su declaración puede convertirse en el nexo de unión entre los grandes casos de corrupción: Gürtel, Caja B, Púnica, Kitchen y Lezo.

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A principios de julio, el mismo juzgado recibía a González Panero, junto al exalcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega (alias El Rata) y la gerente de varias empresas Gürtel, Isabel Jordán. Todos acudían con el deseo expreso de tirar de la manta en el caso Púnica, después de haber entregado a la Fiscalía Anticorrupción sendas denuncias, asesorados por el mismo abogado, en las que confesaban y detallaban todo el entramado del PP de Esperanza Aguirre para presuntamente financiarse irregularmente en la Comunidad de Madrid.

En su comparecencias ante el juez, González Panero apuntó directamente a la hasta ahora intocable lideresa de la derecha madrileña: “Esperanza Aguirre era la persona que controlaba, conocía y que daba todas las órdenes de todo lo que se hacía en el partido". Dicha confesión se producía tras meses con los tribunales paralizados por el coronavirus y con medidas de seguridad como las teleconferencias para los asistentes. Dentro de ese pandemonium judicial, las partes personadas no tuvieron acceso a algunas de las diligencias, por lo que las defensas de Esperanza Aguirre y Francisco Granados solicitaron la repetición de la testificación.

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Ahora, dos meses después, González Panero, Ortega y Jordán vuelven a declarar ante el instructor del caso Púnica, Manuel García Castellón, quien también lleva una parte de la causa de la Operación Kitchen. Este último caso ha cobrado importancia desde julio hasta ahora y en él González Panero también tiene mucho que decir. Y el exalcalde, que está procesado y para quien la Fiscalía pide 40 años de cárcel por la pieza Boadilla de Gürtel, está deseando cantar en cualquiera de las pistas de este circo de la corrupción, con tal de conseguir una rebaja en los años de su previsible condena.

Las dos vertientes de la Kitchen

Para entender el resurgir del papel de González Panero hay que explicar la ahora famosa Operación Kitchen. El supuesto espionaje y robo de documentos a Luis Bárcenas desde las cloacas del Estado en tiempos de Mariano Rajoy está en dos juzgados. El de Instrucción número 6 de García Castellón -que también es el de Púnica- investiga el uso de fondos reservados para cometer esos delitos. Mientras, el juzgado de Instrucción número 5, del juez José de la Mata, investiga y recibe la documentación de García Castellón, para cimentar su investigación de los llamados papeles de Bárcenas o caja B del PP, donde se intenta probar el delito del cohecho; esto es, que el PP recibía donaciones de empresarios a cambio de adjudicaciones. Unas pesquisas que la Kitchen intentó boicotear con el seguimiento a Bárcenas y su familia. 

Dentro de la investigación de la Caja B o Papeles de Bárcenas, y a raíz de destaparse el secreto de sumario de la Kitchen, se ha incorporado la agenda personal de González Panero, a la que ha tenido acceso ElPlural.com, y que es una mina para los investigadores. Porque en ella se recogen pruebas de muchas de las denuncias que ha ido realizando durante estos años, al tiempo que el PP renegaba de él y le convertía en un paria. 

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Ahí están sus 41 actos, reuniones y citas con Esperanza Aguirre entre 2001 y 2009, a pesar de que la expresidenta ahora reniega de su cercanía. Sus 11 eventos junto a Mariano Rajoy, así como el acto de 2004 en el Sport Center Manolo Santana, donde el entonces presidente del PP le habría dicho “alcalde, haz caso a Luis, a Luis Bárcenas, hazlo cuando se pueda”. Unos meses después, Luis Bárcenas le llamaba para exigirle que adjudicara un contrato a la empresa Hispánica porque “eran empresas que colaboraban con el partido en campañas electorales”. Y Bárcenas también aparece en un par de ocasiones en la agenda de González Panero a raíz de sendas reuniones con él en la calle Génova.

González Panero y los 500 folios de la Policía     

Al destaparse el secreto de sumario de la Operación Kitchen el 7 de septiembre, dentro de los documentos que maneja el juez que investiga la Caja B salió a la luz el informe que realizó el inspector jefe del grupo 21 de la UDEF, el famoso Manuel Morocho. Se trata de un documento de más de 500 folios que hace un repaso a todos los casos de corrupción vinculados al PP desde que estalló la Gürtel para demostrar lo que no pudo hacer el juez Pablo Ruz: el delito de cohecho y la relación entre adjudicaciones de contratos públicos y las donaciones de empresarios al PP. 

En dicho contundente informe hay retazos del papel del Canal de Isabel II de Madrid en las adjudicaciones del PP y la aparición estelar de Ignacio González y Eduardo Zaplana, que corresponden al caso Lezo y también a Púnica. Se incluyen las confesiones de David Marjaliza, el empresario considerado cerebro de la Púnica junto a Granados. También están los pagos al chófer de Bárcenas para espiarle en Kitchen. Y destaca el capítulo especial dedicado a González Panero, con todas sus declaraciones atando los cabos de varias de estas piezas de corrupción.

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Están las ya citadas conversaciones del exalcalde con Luis Bárcenas y Mariano Rajoy sobre dar contratos a Hispánica porque son “empresas que colaboran con el partido”. Pero también se incluye la adjudicación de la construcción de la Ciudad del Deporte y la Salud de Boadilla del Monte a la empresa Bruesa y Fernández porque, según le había dicho Bárcenas, este grupo “estaba haciendo las obras del PP de Bilbao, y que además pagaba los alquileres de la sede”. Una prueba de que la Gürtel no era un caso aislado localizado en un pueblo y del que culpar a un alcalde, sino que las adjudicaciones de un pequeño ayuntamiento en Madrid financiaban al partido en el País Vasco. El efecto mariposa de la corrupción.

Villarejo aparece 16 veces en la agenda

Y, para colmo, la agenda de González Panero guarda una sorpresa más: 16 encuentros con el polémico comisario José Manuel Villarejo. Citas en hoteles, desayunos y hasta encuentros en la casa del comisario en la localidad, la famosa Finca El Montecillo donde la policía halló miles de euros en efectivo, informes y sus famosas grabaciones ocultas. En ocasiones, los encuentros eran reservados, sin anotar el motivo o la localización; otras veces se justificaban en temas mundanos, pero que ningún ciudadano de a pie consigue arreglar en persona con su alcalde, como la cita de febrero de 2006 para “ver tema agua casa Villarejo”. 

Unos encuentros con Villarejo que, por una parte, prueban que la relación fluida del excomisario corrupto con el PP se extiende a décadas atrás y a todos los niveles de la administración. Por otra parte, la relación de González Panero con el comisario, tras la aparición de su agenda, puede ahora también dar el salto a su próxima declaración en Púnica. Y así, un personaje como El Albondiguilla, a priori amortizado para el PP, señalado por los suyos como cabeza de turco local de una corrupción nacional, puede acabar tomándose su venganza y convertirse en la Teoría del Todo que una a Kitchen con Gürtel, Púnica, Lezo y la Caja B.