La detención en Cerdeña del expresidente de la Generalitat catalana Carles Puigdemont y su posterior puesta en libertad pero sin decisión sobre su extradición abre un debate político en el seno de la Eurocámara en Bruselas que deja en el centro de la diana a ERC. De hecho, no se descarta, según las fuentes del Europarlamento consultadas por ElPlural.com, que Puigdemont quiera que entre en el próximo pleno su situación procesal, y por ello ya ha comenzado una campaña enviando una carta para recabar firmas para solicitar su libertad, algo que ya ha sucedido a falta de la decisión final del tribunal italiano.

Las fuentes europeas consultadas por este periódico explican que Puigdemont por si mismo no podría solicitar a la conferencia de presidentes del Europarlamento, lo que sería la junta de portavoces en España, que su caso entré al pleno, pues el expresidente catalán no está dentro de ningún grupo en la Eurocámara. Es por ello que solamente desde ERC podrían solicitarlo, ya que los eurodiputados de ese partido están incluidos dentro del Grupo de los Verdes. Puigdemont por su parte está en el grupo de no adscritos.

A diferencia de lo que ocurre en el Congreso de los Diputados, donde los no adscritos, aunque con menos derechos, tienen capacidad de realizar peticiones en los plenos, en el Europarlamento el grupo de los no adscritos tienen muy circunscritas las cosas que pueden o no pueden solicitar, y que un asunto entre en el pleno es una de las que no pueden solicitar. Es ahí donde surge la pregunta de qué hará Esquerra Republicana de Cataluña con respecto a Carles Puigdemont, pues según las fuentes consultadas ambas partes prácticamente no se hablan. Pero esa ‘indiferencia’ evidente en Bruselas no se traslada a lo que públicamente ambos partidos escenifican. El motivo es que lo anterior no tiene nada que ver con el “conflicto político” que ambas formaciones, ERC por un lado y PDeCAT por otro, esgrimen que existe con el Estado español.

En manos de ERC

Así, el futuro mediático de Carles Puigdemont, y de afianzamiento de su particular guerra para poner a Europa de su lado en su lucha para conseguir recabar apoyos en el ámbito europeo, queda ahora en manos de un partido que, internamente, no quiere saber nada de él, pero que públicamente se ha visto obligado a apoyarle. Será el próximo jueves cuando desde ERC tengan que realizar algún movimiento en la Conferencia de presidentes de la Eurocámara. Un movimiento que dependerá, y mucho, de la decisión de los jueces italianos.

Ejemplo de lo anterior [del apoyo de ERC al expresidente] ha sido la comparecencia que ha realizado este viernes el presidente de la Generalitat catalana, Pere Aragonés, en el que ha hecho una defensa cerrada del que fuera su predecesor en el cargo. Aragonés ha atacado no solo al sistema judicial español, sino al propio Gobierno de Pedro Sánchez, por lo que está sucediendo a miles de kilómetros, y donde el Ejecutivo no tiene ni voz ni voto pues en España existe una separación de poderes que les impide mediar en la situación, un hecho que desde el independentismo catalán obvian en sus declaraciones públicas. Es más, Aragonés ha decido viajar a Cerdeña para estar junto a Puigdemont.

El apoyo público ha comenzado, pues además de Aragonés, los eurodiputados de ERC Jordi Solé y Diana Riba han firmado la carta del expresidente catalán pidiendo firmas. Pero hay un trecho evidente entre firmar una carta y acudir a una rueda de prensa con él, a solicitar que el pleno del Europarlamento debata la situación de Carles Puigdemont.