España está en vilo y casi nadie sabe qué va a hacer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este lunes. Existe un férrero control de la información y fuentes del PSOE aseguran a ElPlural.com que solo él y su entorno más cercano conocen el final de esta historia. Hay quien piensa que va a dimitir. Otros creen que seguirá al frente del Gobierno. Lo que resulta claro es que Sánchez ha sondeado abandonar la presidencia tras años de acoso, insultos, persecución mediática y judicial. Difusión de datos privados de sus hijas. Incluso sexualización de una de ellas. El caso de lawfare contra Begoña Gómez ha sido la gota que ha colmado el vaso. Es un hombre profundamente enamorado de su mujer. Y el amor vale mucho más que cien Moncloas.
Estamos a horas de conocer el futuro de un país. Pedro Sánchez es un elemento que une las piezas que conforman España. Hace de pegamento de sensibilidades muy dispares y consigue que el país no se resquebraje. Lidia con el IBEX-35 y los sindicatos. Debe manejar las luchas cainitas en la izquierda y enfrentarse al acoso y los bulos de la derecha. Un acoso mediático sin precedentes. Debe aguantar los Que te vote Txapote, los Pedro Sánchez hijo de puta y los Por siete votos tienes el culo roto. Acusaciones gravísimas a su mujer. Jueces maniobrando para tumbarle. Pedro Sánchez debe manejar los caprichos de los nacionalistas y hacer de bombero en territorios que, a la mínima chispa, saltrían por los aires. Con Puigdemont. Sufrió una pandemia y la Guerra de Ucrania. También gestiona una agenda internacional apretadísima. A estas horas, está gestionando su sucesión al frente del PSOE y del Gobierno de España, según fuentes consultadas.
El silencio que hay en Ferraz es ensordecedor. El presidente del Gobierno no ha escrito nada en redes sociales desde que publicara el pasado miércoles una carta en la que dejaba en el aire su continuidad al frente del Ejecutivo. Este lunes 29 de abril se resolverá la duda. "¿Merece la pena todo esto? Sinceramente, no lo sé", reflejaba el presidente de Gobierno en su misiva. "Necesito parar y reflexionar. Me urge responderme a la pregunta de si merece la pena, pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política", continuaba. Este lunes, los matinales de las radios abrirán con ello. Especiales en televisión pendientes de la decisión de Pedro Sánchez. Un pueblo expectante. Todavía no se conoce ni la hora a la que hablará. Previsiblemente, será en torno a las 12:00 horas de este lunes. El sabado, la militancia socialista le mostró un apoyo incondicional. El partido está con él. Óscar Puente le ha definido como "el puto amo". Se marche o no, Pedro Sánchez será recordado toda la vida como un hombre resistente a casi todo.
Un político nacido para resistir
Pedro Sánchez se unió al PSOE en su juventud y comenzó su carrera política en la rama juvenil del partido. Posteriormente, ocupó diversos cargos en el ámbito local y regional dentro del partido. En 2014, tras la dimisión de Alfredo Pérez Rubalcaba como secretario general del PSOE, se convocaron elecciones primarias para elegir al nuevo líder del partido. Pedro Sánchez, en ese entonces un diputado relativamente desconocido, decidió postularse como candidato. Aunque su victoria parecía poco probable, derrotó a rivales más establecidos en el partido, como Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias.
Tras su victoria en las elecciones primarias, Pedro Sánchez asumió el liderazgo del PSOE en julio de 2014. Durante su mandato como líder del partido, Sánchez enfrentó varios desafíos internos y externos, incluyendo disputas dentro del partido sobre la estrategia política y la posición en temas clave. En 2016, después de una serie de desacuerdos internos y conflictos dentro del partido, Sánchez dimitió como secretario general del PSOE. Cogió su coche y recorrió España. Y, tras un breve periodo en el que el partido fue dirigido por una gestora, decidió presentarse nuevamente como candidato en las elecciones primarias de 2017.En aquella disputa con Susana Díaz por el control del socialismo, Sánchez sorprendió a todos y pudo recuperar el liderazgo del PSOE.
En junio de 2018, Pedro Sánchez, líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fue sido investido como presidente del Gobierno de España tras una exitosa moción de censura contra el entonces presidente, Mariano Rajoy. La moción de censura, presentada por el PSOE, fue aprobada por el Congreso de los Diputados con el respaldo de varios partidos políticos, incluidos Podemos, Ciudadanos y los partidos nacionalistas vascos y catalanes. Este movimiento político sin precedentes se fundamentó en la necesidad de regeneración democrática y de poner fin a la corrupción que afectaba al Gobierno de Rajoy.
En abril de 2019, se convocaron elecciones generales anticipadas. Aunque el PSOE ganó las elecciones, no se logró una mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados, por lo que fue necesario buscar alianzas políticas. Después de las elecciones de 2019, Pedro Sánchez optó por formar un gobierno de coalición con Unidas Podemos, liderado por Pablo Iglesias, para tener una mayor estabilidad política y legislativa. Comenzó la coalición progresista y se implementaron medidas que cambiarían el país. Pedro Sánchez tuvo que lidiar con el coronavirus y la Guerra de Ucrania. Una época de crisis que el líder socialista supo manejar, convirtiendo a España en un país económicamente sostenible.
Inicialmente programadas para diciembre de 2023, tras los comicios autonómicos y municipales del mes de mayo, Pedro Sánchez, sorprendió el 29 de mayo al anunciar su intención de disolver las Cortes Generales y adelantar las elecciones al domingo 23 de julio. La convocatoria electoral se oficializó el 30 de mayo mediante su publicación en el Boletín Oficial del Estado, tras la celebración de un Consejo de Ministros extraordinario. Casi nadie creyó que pudiera seguir gobernando. Pero lo hizo. Sumar sustiuyó a Podemos. Poco menos de un año después, la presidencia de Pedro Sánchez está en el aire.
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