Los miembros de la judicatura gritan y lloran con el hecho de que, según ellos, el Lawfare no existe. Pero eso que se lo digan a Victoria Rosell. Y ahora, a Pedro Sánchez. Y si no, que alguien explique cómo un magistrado abre una investigación contra la mujer del presidente de un Gobierno con una querella que parece más sacada de un guion de los hermanos Cohen que de un despacho de abogados serios. Una querella que no aporta nada que no sean titulares de prensa. Y ojo que no será este medio quien ponga en duda el trabajo de compañeros, pero para abrir una investigación penal, y decretar un secreto de sumario, cualquier ‘señoría’ debería tener algo más que un titular. Vamos, cuanto menos un papel, un contrato, una grabación de una conversación o lo que viene siendo un algo.

Pero no, su señoría ha decidido abrir una causa contra la mujer del presidente del Gobierno Pedro Sánchez tan solo con lo dicho por Manos Limpias, un sindicato que hasta hace bien poco estaba condenado, y porque los señorías del Supremo dijeron, en lenguaje llano, ‘que vaya, que los bancos podían defenderse de sus amenazas’. Otra sentencia que parece más sacada de una película de los Monty Python que del Alto Tribunal español, ¿No era la Justicia igual para todos? Pues parece que no.

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Y si esto roza el surrealismo, ya directamente lo traspasa el hecho de abrir diligencias con esa denuncia, decretar el secreto y, además, en un alarde de incongruencia jurídica sin precedentes, hacer todo lo anterior sin siquiera pedir que las Fiscalía informe, algo muy pocas veces visto, más aun si hablamos de temas mediáticos.

La derecha judicial

Pero es que llueve sobre mojado…ay qué pena los pobres vocales del Consejo General del Poder Judicial elegidos por el PP que lloran porque no les renuevan, pero que al parecer tienen la bola de cristal que los nacidos en los 80 envidiábamos, puesto que declararon inconstitucional la ley de amnistía sin siquiera tener el texto. Sí, los mismos que ponen como excusa que no hablan con periodistas porque dicen que sus sentencias hablan por ellos son capaces de suplantar a Tribunal Constitucional sin tener el texto legal. Pero luego no digas que existe el lawfare que entonces es que vas contra los jueces.

Tampoco se te ocurra como periodista hablar de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia. Bueno, para los que no son valencianos aquí una pequeña clase de historia reciente: los mismos que archivaron el ‘pitufeo’ del PP de Rita Barberá con una jurisprudencia del Supremo anterior a la actual, pero que...ohhhhh sorpresa, el Supremo validó el archivo; los mismos que obligaron a reabrir el caso de Mónica Oltra y que, cuando el juez y fiscal no veían nada, se contradijeron a sí mismos para seguir buscando en unos correos electrónicos, o un hilo del que tirar, quién sabe, que en una resolución anterior, habían dejado fuera. Vamos, que si lo hace la derecha es que sabe, pero si lo hace un juez de Jueces Para la Democracia es poco menos que el nuevo Pascual Estevill.

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Y luego tenemos al campeón mundial de las resoluciones ‘minuto y resultado’, el magistrado de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón. Ese señor que es capaz de tener durmiendo el sueño de los justos una causa durante más de dos años, pero que cuando conviene ve terroristas en cada esquina del planeta para evitar que la ley del indulto se le pueda aplicar a Carles Puigdemont. Que ojo, que igual es aquí esta redactora la que ve fantasmas, pero es que oye, Manuel parece que el punto de mira lo tiene desviado a la izquierda.

Ay, la Justicia, esa señora con los ojos vendados que según la leyenda es igual para todos…¿o no? Queridos lectores, juzguen ustedes, pues quien suscribe estas lineas ya no es capaz de emitir una opinión que no le cueste una querella.

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