Los errores en una votación en el Congreso de los Diputados no es generalizado pero sí usual, y algunos de ellos pueden cambiar la deriva de una norma o de las mayorías del Hemiciclo. Uno de los más llamativos fue el del exdiputado del Partido Popular Alberto Casero, quien con su "sí" permitió la aprobación de la reforma laboral. Un caso que fue a través del voto telemático. Un dedo que presionó un botón que -presuntamente- no quería. Pero también se pueden producir cuando es a viva voz, como más recientemente ha ocurrido en la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo. Dos síes que pretendían ser noes que han derivado en que la Mesa haya establecido un nuevo protocolo para cuando los diputados se equivocan al votar por llamamiento.

Protocolo anti voto erróneo en el Congreso

Desde ahora el error de un voto por llamamiento deberá ser corregido por el diputado inmediatamente antes de que el secretario o la secretaria nombre al siguiente parlamentario para votar, aunque éste también podrá solicitar que lo repita en el caso de que no lo haya entendido y no lo pueda ratificar. Así se establece en el nuevo criterio que ha aprobado la Mesa del Congreso el pasado viernes que precisa el artículo 86 del reglamento de la Cámara referido a este tipo de votaciones y que se estrenará por primera vez en las votaciones del próximo debate de investidura del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, para la que todavía no hay fecha.

Se trata de un acuerdo que llega después de varias semanas de sendas reuniones para valorar la primera propuesta de la presidenta de la Cámara, Francina Armengol, que fue enmendada por el PP en dos ocasiones. En concreto, la también diputada de los socialistas propuso un nuevo criterio interpretativo al considerar que así como con las votaciones presenciales electrónicas hay un margen de 10 o 15 segundos para rectificar y en las votaciones telemáticas se debe confirmar el voto, en las que se hacen por llamamiento también se debe garantizar la posibilidad de que los representantes del Hemiciclo puedan rectificar rápidamente.

Finalmente se ha acordado que "en caso de error en el sentido del voto expresado, el diputado o diputada podrá corregirlo, siempre y cuando lo haga de manera inmediata y antes de que el Secretario o Secretaria realice el llamamiento al voto del siguiente diputada/o", señala el texto. También incluye la propuesta de los populares para que, si el secretario no oye o entiende el sentido del voto expresado, pueda solicitar que lo diga nuevamente. 

"De igual modo se procederá en el caso que el secretario o secretaria no oiga o entienda el sentido del voto expresado y no pueda por tanto ratificarlo, e incluso en caso de error del propio secretario en la repetición del sentido del voto", se recoge en el nuevo protocolo. De esta forma, en el momento en el que el diputado o diputada se equivoca al señalar su voto -ya sea con un "si", un "no" o una "abstención"- el secretario que lo nombra interrumpirá el llamamiento y solicitará que lo vuelva a repetir, considerándose este último el voto definitivo y válidamente emitido

Dos precedentes en 48 horas

Esta decisión ha venido promovida por dos casos muy claros en esta legislatura, como son Herminio Rufino Sancho y Eduard Pujol, ambos precedidos por uno de los momentos más reseñables en este contexto: el error de Alberto Casero que favoreció la puesta en marcha de la reforma laboral. Aunque este es de los más llamativos, en esa ocasión el fallo fue a través del sistema telemático, por lo que realmente los más destacables en el marco de los errores a viva voz son los que se han producido en el debate de la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo. En concreto, los dos diputados antes señalados votaron a favor del dirigente popular cuando querían pronunciarse en contra, lo que generó risas y un intenso debate al respecto de la regulación de estas situaciones.

Herminio Rufino Sancho Íñiguez fue el primero en protagonizar una de las anécdotas de esa votación fallida. Y es que el representante del PSOE votó a favor de Feijóo en la primera votación, una decisión errónea que intentó corregir enseguida. El diputado del PSOE por Teruel dijo "sí" después de que la secretaria segunda de la Mesa del Congreso, Isaura Leal, se equivocara al leer su primer apellido. En lugar de decir Sancho dijo Sánchez, lo que provocó un lío. "Sí, no, ¿perdón?", dijo Leal con cierta contradicción mientras Sancho hacía gestos con las manos desde su escaño para pedir la palabra y que esperara. Ya a gritos -y después ante los medios-, el socialista explicó que había dicho mal su apellido y que su afirmación inicial era en respuesta a su nombre, no a su voto. El voto se modificó en el acta.

Pero tan solo 48 horas después del famoso error de Sancho se produjo una situación muy similar en la segunda y última votación de la investidura del presidente del PP. En esta ocasión el protagonista fue el diputado de Junts per Catalunya, Eduard Pujol, quien pronunció un "sí" al escuchar su nombre por parte de la secretaria del Congreso cuando tenía que decir "no", al igual que sus seis compañeros de grupo parlamentario. El dirigente se enmendó inmediatamente generando las risas de la Cámara y de sus colegas de partido pero no quedó lejos de la polémica. Tras una larga deliberación la Mesa finalmente decidió que el voto y su rectificación no eran válidos, por lo que optaron por declararlo nulo. Eso derivó en unas constantes críticas de la derecha.