El pasado mes de enero, un grupo de seguidores del expresidente de Estados Unidos Donald Trump asaltaron el Capitolio en plena sesión entre congresistas y senadores que estaban reunidos para certificar la victoria del candidato demócrata, Joe Biden, en las elecciones del 3 de noviembre. Los asaltantes obligaron a suspender la sesión durante unas horas y la violencia y las revueltas dentro del Capitolio han obligado a los miembros de seguridad de la cámara legislativa a tratar de controlar la situación.

Durante varias horas los seguidores de Donald Trump se han paseado por la asamblea estadounidense, entrando en los despachos de algunos senadores, llevándose atriles, rompiendo sillas y estropeando los equipos técnicos de los medios de comunicación, dejando instantáneas muy impactantes y preocupantes. 

Entre todos los asaltantes, detaca la figura de Jake Angeli, un seguidor de Trump que interrumpió en el inmueble difrazado de bisonte. Meses después de lo sucedido, su abogado, Albert Watkins, ha dado una entrevista donde ha reflexionado sobre lo sucedido. Así lo ha compartido Emilio Domenech en su cuenta personal de Twitter:  “Muchos de estos acusados —y voy a usar un término coloquial, quizá irrespetuoso— son jodidamente cortos. Son gente con daños cerebrales. Son puto retrasados. Están dentro del jodido espectro”.

Y ha añadido: “Pero son nuestros hermanos, hermanas, vecinos, compañeros de trabajo. Son parte de nuestro país. No son mala gente. No tienen historial criminal. Joder, estuvieron sujetos a más de cuatro años de puta propaganda como el mundo no ha visto desde el jodido Hitler”.