Antonio Suárez Lülu decidió resucitar a Forraje porque es “la banda de su vida”. “Sin ella me sentía incompleto”, confiesa en declaraciones a ElPlural.com. Tras sacar cinco discos (dos de ellos con Warner), el grupo se encuentra en un punto en el que priorizan los singles. “Trabajamos sin agobiarnos”, celebra en palabras a este medio.
En 2019, saca Corazones Rojos, canción contra el auge de la extrema derecha y de la que participan, entre otros, Boikot, Reincidentes o Nega (Los Chikos del Maíz). La canción experimenta un pequeño troquelado para servir de himno de campaña a Unidas Podemos en los comicios generales de aquel año. “El sistema aplasta cualquier opción de acercarnos, aunque sea un poquito, a la igualdad social, y si no que se lo digan a este partido”, indica.
En lo estrictamente musical, dos nombres propios: el de Robe Iniesta, con quien colaboraron antes de que la voz de Extremoduro rechazara, entre otros, a C. Tangana; y el de Kutxi Romero (Marea): “Sin él, no seríamos ni la mitad de lo que hemos sido”.
PREGUNTA (P): ¿Por qué lo deja y, sobre todo, por qué vuelve Forraje diez años después?
RESPUESTA (R): Creo que el motivo principal para separarnos hace 10 años fue el desgaste de tantos años tocando juntos y compaginando la música con otros trabajos. El único que vivía de la música en esa última etapa era yo porque lo compaginaba con un montón de conciertos acústicos en solitario. Algunos miembros se quemaron y no querían seguir tirando del carro, así que decidimos hacer una última gira y dejarlo. Yo me metí de lleno en mi etapa en solitario y a raíz de la pandemia hice un parón indefinido. Casi cuatro años después sentía la necesidad de volver y decidí resucitar a Forraje porque es parte de mi vida y sin Forraje me sentía incompleto. Son mis canciones; son mis discos; es la banda de mi vida y yo necesito crear para sentirme vivo.
P: Con todo lo que habéis hecho hasta el momento, ¿cuál es el propósito más allá de celebrar esos diez años? Habláis de singles nuevos, no sé si habrá nuevo disco…
R: Hemos publicado algunos singles y hemos hecho ya algunas salas y festivales. Además, acabamos de hacer sold out en Madrid (el próximo 12 de abril tocan en la Casa de la música de Fuenlabrada). Por otra parte, hemos sacado en plataformas la versión extendida del directo en la Sala Carcol con el que nos despedimos hace diez años, con siete canciones extra. En principio, no hay planes de hacer un disco ya que la idea es seguir lanzando singles cada cierto tiempo, sin agobiarnos. Cuando hay un tema nuevo, lo grabamos y lo sacamos. Sin más.
P: ¿Qué balance haces de la carrera en solitario?
R: Pues ha sido relativamente breve, unos 6 años, pero me ha permitido vivir de la música durante y haciendo las cosas de otra manera. Me recorrí el país con una guitarra acústica haciendo unos conciertos muy cercanos, con aforos pequeños y el público muy cerquita. También hice algunos conciertos con banda, pero incorporando saxo y teclados, que eran instrumentos que predominaban en mis canciones de esa etapa. Fue muy bonito y ahí están esas canciones.
P: La colaboración con Robe fue muy especial, ¿cómo se forja la historia de esa colabo? No os voy a preguntar qué sentisteis cuando Robe os dijo que sí.
R: A finales de 2007 estuvimos grabando en Muxika nuestro tercer disco, Retales de Vino y Luna, producido por Iñaki Uoho, guitarra y productor de Extremoduro. En ese momento ellos estaban maquetado La ley innata, así que todos los días a las siete de la tarde llegaba Robe al estudio, nosotros parábamos y ellos empezaban a trabajar. Ahí conocimos a Robe, pero no se sintió identificado con ninguna canción de ese disco. Cuando unos años después grabamos Quejidos que no escucha nadie, le enseñamos Puñales, le gustó y lo demás es historia.
P: Luego rechazó a C. Tangana…
R: Sí, a C. Tangana y a unos cuantos más (risas). Es que para que Robe colabore con alguien tiene que gustarle la canción. Da igual quien seas, lo que importa es la canción. Eso le da más valor todavía a que haya cantado con nosotros. Para mí es el más grande.
Robe no se sintió identificado con el disco que le enseñamos. Fue más adelante cuando colaboró con nosotros y rechazó a C.Tangana
P: Si no fuera él, ¿cuál diríais que es el artista con el que más habéis disfrutado tocar?
R: Con Kutxi (Marea), sin duda. Otro gigante. Kutxi ha colaborado muchas veces con nosotros, tanto en estudio como en directo. Somos amigos desde hace más de veinte años y nos ha ayudado muchísimo desde el principio. Sin Kutxi, Forraje no sería ni la mitad de lo que ha sido. No hay nadie en esta vida a quién le deba tanto como a él.
P: Hay un tema tuyo fuera de Forraje, con varios artistas, que es Corazones Rojos. Estamos hablando de 2019. Salió con motivo del auge de la extrema derecha. ¿Cómo veis ahora la cosa?
R: Pues cada vez peor. Tengo un hijo adolescente y hace ya un par de años que veo como le van colando discursos de extrema derecha a través de memes y cosas por el estilo. Es flipante. Y mira que él es un tío inteligente y con mucha conciencia de clase, pero se las meten dobladas. Por un lado, está la fuerza con la que cala el mensaje de la ultraderecha a través de bulos y fake news, y por otro está que el sistema aplasta cualquier opción real de acercarnos, aunque sea un poquito, a la igualdad social, y si no que se lo digan a Podemos. El enemigo es muy poderoso, pero no hay que dejar de luchar.
Veo la cosa cada vez peor. Tengo un hijo adolescente y veo cómo se la meten dobladas pese a ser un tío con mucha conciencia de clase
P: Respecto a esto, ¿cómo fue ser himno de campaña de Unidas Podemos?
R: Pues la verdad es que la canción les iba al pelo. Como bien dices, fue en mi etapa como “Lülu”. Me preguntaron si estaba de acuerdo y me pidieron cambiar un par de cosillas en la letra, cambiamos el nombre de Corazones rojos, la rebautizamos como Se puede y la lanzamos. En unos días todos los altos cargos de Unidas Podemos la estaban compartiendo en sus redes sociales y los periódicos de derechas echando bilis (risas).
P: Sois de los pocos grupos de rock actuales que tiene temas de siete, ocho minutos. ¿Qué os parece esta deriva del todo corto, al pie y para ayer? Me refiero en la música, pero podría ser en la vida.
R: Y tenemos uno de 15 minutos que se llama Saudade, lo que pasa es que lo hemos separado en dos pistas, pero si escuchas las dos seguidas verás que es una sola canción. Nosotros no nos dejamos influenciar por las tendencias, de hecho, nos gustan las canciones largas, con mucho desarrollo, con varias partes diferenciadas. Que luego también tenemos trayazos directos de tres minutos, pero se trata de hacer lo que nos apetece en cada momento. A lo que sí que nos hemos adaptado es a lo de ir sacando las canciones de una en una en vez de sacar discos, pero porque eso nos parece genial porque así las canciones están frescas cuando las sacas. Antes, cuando publicábamos un disco, estábamos ya aburridos de la mayoría de las canciones. En cuanto a los demás, que hagan lo que quieran. A mí más que la duración me preocupa la calidad de las propuestas que apoya la industria y el mensaje que manda en muchos casos a la gente joven.
P: La trayectoria es holgada, pero, ¿con qué trabajo (no me atrevo a decir si tema, disco…) ¿os quedáis?
R: De la primera etapa me quedo con Quejidos que no escucha nadie, de la nueva me quedo con Saudade.