Malaputa vuelve con segundo trabajo, De raíz. Ocho años después y tras recorrer nuevamente el panorama nacional con Marea, Eduardo Beaumont (Piñas) desempolva el proyecto con el beneplácito de Kolibrí Díaz, compañero también en la mítica banda de rock nacional; y Euken Ubasus, ex batería de Ramsay y de Kintal, la primera formación de Kutxi Romero.
El disco tiene la madurez y la esencia del rocanrol de la manera en la que cada uno de ellos percibe un género que, en definitiva, les ha salvado y sobre el que mantienen la esperanza. “Este LP tiene más color, pero mantiene la rabia y el rock de toda la vida (…) Sigue siendo mala hostia”, afirman los protagonistas en declaraciones a ElPlural.com. “Que la chavalería se deje de reggaetón”, dicen entre risas.
Pero esta es solo una de las patas sobre las que se levanta el grupo y que da forma a esta entrevista. El pasado reeditado en presente con La Patera (disco que marcó un antes y un después en nuestro país) o las bandas tributo son otros de los ingredientes que edulcoran, para bien, la presente conversación. Es como a quien le gusta mucho la pizza cuatro quesos y le pone rúcula.
PREGUNTA (P): ¿Cómo se plantea esta vuelta después de prácticamente ocho años?
Pi: Muy natural porque llegó un momento en el que el proyecto se había quedado en stand by después de una época muy guapa, con un disco y demás, pero no cuajó más la historia, nos quedamos sin guitarrista…
Euken tenía bastantes ganas de probar, a mí no me apetecía conocer gente nueva de buscar por buscar, porque entiendo el rocanrol en familia como me enseñó Marea. Al final compartes mucho tiempo y tocar muchas veces es lo de menos.
Y eso, estaba todo un poco parado y un día Kolibrí me dijo que le daba pena que se acabase, así que se venía con nosotros. Teníamos material de antes, ideas, etc; somos amigos de toda la vida, y cuando haces algo y te lo pasas bien suceden cosas guapas.
P: ¿Qué se va a encontrar la gente que escuche vuestro nuevo trabajo o vaya a veros a un concierto?
Pi: Mucha rabia, ganas y rocanrol de toda la vida. Nada nuevo en la forma de hacerlo, o sea sigue siendo mala hostia. Lo que decía antes, cuando haces las cosas de corazón y con las entrañas haces algo auténtico.
Se nos ha ido de las manos… No esperábamos que saliera así de potente, y por supuesto no conocemos qué repercusión va a tener, pero para cómo entendemos nosotros el rock hemos tocado techo.
P: ¿Qué diferencias hay entre este LP y el anterior? Al final habéis tenido otros proyectos en este tiempo, Marea dos de vosotros nada menos.
Pi: Este tiene más color. Antes entendíamos el rock de otra manera y para temas con más pausa teníamos a la banda madre.
K: Las canciones tienen otros matices, otros sabores, el ingrediente Euken…
Pi: Es como al que le gusta mucho la pizza cuatro quesos y le pone rúcula (risas). Es un ingrediente más; y Kolibrí por supuesto tiene una variedad también brutal: te tira al blues, va controlando, abriendo el abanico… Salen temas con más color, se ha cuidado más el sonido con él como productor después de investigar mil horas. Nosotros somos más tiraos para eso. Vamos al lío y ya está.
La voz también se ha cuidado más, antes íbamos más al límite porque concebíamos que el rock era ir con los ojos casi fuera de las cuencas y nos hemos dado cuenta de que bajándole medio tono hay más tesitura y la historia tiene más vida.
Este disco se nos ha ido de las manos. A veces me arrepiento porque no somos ni músicos ni escritores. Es como echar gotelé sin tene ni puta idea
P: ¿Por qué decide en este caso Piñas dar rienda suelta al proyecto viviendo de una banda como Marea? ¿Qué motivaciones tienes, porque evidentemente el éxito después de pertenecer a uno de los mejores grupos de rock de este país no era?
Pi: Yo cuando empiezo con Marea ni me había planteado formar parte de una banda, y la sensación de tocar… el veneno de estar en un escenario tocando… Me vine arriba, tenía temas por ahí que no encajaban en Marea, que se reían cuando se lo llevaba porque era más puro nervio. Más yo.
Conocía a peña de alrededor, empezamos a probar y con tan mala o buena suerte que una noche bastante entonado me puse a escribir, salió un tema y me vine arriba. A veces me arrepiento porque no somos músicos ni escritores. Es como echarle gotelé a una casa sin tener ni puta idea.
P: Hombre, un poco de idea sí teneis…
Pi: Más bien morro.
P: ¿Os ha pesado a Piñas y Kolibrí la marca Marea?
K: Nunca puede pesar. Es un regalo que te da la vida. De hecho, si Malaputa existe es gracias a Marea. Sin Marea, seguramente Piñas y yo ni nos conocíamos. Estamos más que orgullosos, quien quiera hablar de la marca Marea tiene aquí a dos para pelear. Tres (interviene Euken). Con papá nadie se mete.
Pi: Todas las mañanas damos las gracias. Gracias a Marea pudimos dedicarnos a lo que nos gusta, porque hicimos además giras tochas, te permite estar cubierto económicamente, con tiempo… Tu familia se ha creado conforme a eso porque te dedicas a la música y sin ella te vuelves insoportable.
P: Terminando con Marea, hace nada salía la reedición de ‘La Patera’ 25 años después. ¿Qué sentís cuando echáis la vista atrás?
Pi: Un orgullo… Para empezar, la reedición es porque el disco estaba descatalogado, o sea no era para hacer gira ni nada por el estilo. Nos daba mucha pena porque la gente no pudiese volver a tenerlo, porque al final el primer disco de cada banda es importante.
Con la salida del disco sacamos también un videoclip (…) Te puedes pegar cuatro días llorando porque te haces mayor, pero yo al revés, sentí un orgullo increíble por haber vivido todo eso. Cuando lo presentamos nos preguntaban si era una maqueta y nosotros siempre defendíamos con uñas y dientes que era un discazo.
Cuando presentamos ‘La Patera’ la gente pensaba que era una maqueta, pero nosotros defendíamos que era un discazo
K: También creo que es un disco que demuestra que todo es posible. Que si haces las cosas con pasión y cariño y empuje se puede tirar para adelante. Desde aquellos inicios se aprecia hasta dónde puede llegar una banda como nosotros, que al final cuando empezamos pues éramos como cualquier otra. Ojalá esto ayude a las generaciones nuevas que se quieran atrever a hacer rocanrol. Es posible, lo importante es hacer las cosas con cariño, sin ningún tipo de ambición, con tus amigos, de corazón… Creo que estamos dando un ejemplo cojonudo a las nuevas generaciones.
P: Justo iba a seguir por ahí. Vosotros al poneros con Malaputa ya tenéis ese colchón importante a nivel económico, sois conocidos… pero no siempre fue así. Os iba a preguntar qué mensaje lanzaríais a quienes quieren dar el paso de empezar, pero creo que ya me habéis respondido.
K: Kutxi siempre usa una frase: “No sabían que era imposible y lo hicieron”. Todo nace del cariño. Marea fue el resultado de juntar a cinco chavales con las mismas inquietudes y que seguramente necesitábamos del rocanrol y lo interpretábamos de la misma forma. Siempre hubo un feeling especial entre los cinco.
Llevamos ya 27 años juntos y creo que somos la única banda de la historia que lleva tanto tiempo con los miembros originales. El día que faltemos uno de los cinco Marea se acaba.
Pi: Nos seguimos juntando para celebrar la vida, reuniones familiares, nos escapamos a Wembley a ver a ACDC (…) La peña se queda flipando, pero nos llevamos genial. Respecto de la pregunta, échale pasión y haz lo que te apetezca, con corazón y disfrutando, que estamos de paso.
P: ¿Qué aporta Euken a esta combinación?
E: Dolor de cabeza (risas).
Nah… lo que se escucha en los discos, aporrear los tambores que es lo que mejor se me da. Y mucho cariño a mis amigos.
K: Se está infravalorando mucho. Nos aporta, ante todo, la alegría personal; y a nivel musical esas bases rítmicas contundentes que se alejan un poquito más del rock puro que interpretamos nosotros. Nos abre mucho el abanico, por lo que nos vuela la cabeza y nos hace investigar quizás por otras lindes.
Somos la única banda que lleva 27 años con los miembros originales. El día que faltemos uno, Marea se acaba
P: ¿Cómo veis la escena del rock actual, sobre todo y aunque las comparaciones sean odiosas, si miramos a aquellos años 80-90-principio de los 2000 de los Extremo, Marea, Platero y compañía.
E: Tiene que haber relevo, que la chavalería se deje de reggaetón (…)
Pi: Yo creo que hay, pero no se les hace caso. Hay muchas bandas por todos lados, están los locales llenos… Hace falta que los medios y todo el mundo les presten atención. Estamos en un país que se dedica mucho a la prensa rosa, estar pendiente de ver qué hace el vecino… y no prestamos atención a cosas que son puras y pueden enriquecer.
El ejemplo está en que se hace caso a las bandas tributo, porque es más fácil sacar pasta y llenar una sala que dar pie a un proyecto nuevo. Va a llegar un momento en el que los festivales van a ser solo de grupos tributo, cuando los originales se separen.
Nosotros tenemos la suerte de venir de la sombra de Marea y ya causas expectación, pero es una pena que hay bandas por ahí muy guapas y con cosas que decir…
E: Y está muy bien ir a ver a tus ídolos, pero los chavales que están tocando en el local de al lado tuya cuando hacen un bolo por 7 euros también hay que ir a verles. Para estar arriba tienes que comer mierda.
P: ¿Qué proyectos tiene el grupo para este 2025?
K: Una gira maravillosa con Ciclonautas, que también sacan disco en breve, así que tocaremos con ellos en todos los rincones.
Va a llegar un momento en el que los festivales van a ser solo de grupos tributo
P: ¿Qué va a pasar después? Vaticináis un futuro largo a la banda, tenéis otras ideas en mente (…) Quizá la vuelta de Marea…
K: Nuestra idea es que el proyecto vaya para largo. El disco está recién sacado del horno, queremos disfrutarlo, y de ahí vamos a dar pasos que no sabemos cuáles son pero sí que van a venir. A nosotros nos gusta dar los pasitos cortos y seguros; no pensar qué vamos a hacer dentro de dos años.