Viajamos a la provincia de Burgos para descubrir uno de los pueblos con mayor patrimonio histórico del antiguo reino de Castilla, Peñaranda de Duero. Este tesoro medieval es uno de los pueblos más bonitos de Castilla y León que jugó un papel clave durante la Reconquista, protegiendo la frontera del Duero del avance musulmán. Además, cuenta con la farmacia en activo más antigua de España, fundada en el siglo XVIII, y por la que han pasado ya ocho generaciones de boticarios. Dispone de varias dependencias (botica, rebotica, laboratorio y jardín de plantas medicinales), que se pueden visitar en función de la disponibilidad de la farmacéutica.

Castillo de Peñaranda de Duero (Foto: Ayuntamiento de Peñaranda de Duero)
Plano general de Peñaranda de Duero, en Burgos(Foto Turismo Ayuntamiento de Peñaranda de Duero)

En lo alto del cerro se eleva majestuoso su principal símbolo, el castillo de Peñaranda, una fortaleza legendaria donde habita el espíritu del hada Cantamora. Según la tradición local, en las noches de luna llena, se puede oír su dulce canto para proteger el sueño de los niños y a los enamorados. Frente a la bondad de este espíritu amable, entre los muros del castillo está también el diablo, dispuesto a contarte dónde se esconde el tesoro a cambio de que le vendas el alma.

Más allá de las leyendas, el castillo de Peñaranda es un importante monumento medieval cuya primera construcción data del siglo XI. De planta alargada, se adapta al escarpado rocoso sobre el que se asienta, la famosa Peña Aranda que da nombre la pueblo. De todo el conjunto fortificado destaca la torre del Homenaje, de finales del siglo XV y que en su interior alberga el Centro de Interpretación de los Castillos. 

Puerta de las Monjas de la muralla medieval de Peñaranda de Duero, en Burgos (Foto: Ayuntamiento de Peñaranda de Duero)
Puerta de las Monjas (Foto: Ayuntamiento de Peñaranda de Duero)

De la antigua muralla, que llegaba hasta la población, queda la hoy denominada Puerta de las Monjas.

Patrimonio histórico ligado a los Zúñiga

La historia y la arquitectura de Peñaranda de Duero no se limitan a su castillo. Se conservan dos puertas y varios lienzos de la antigua muralla medieval (siglo XV), que descendía desde el cerro del castillo y rodeaba el antiguo casco de la villa. La Puerta de las Monjas y la de la Plaza, las dos que han llegado a nuestros días, han quedado integradas dentro del pueblo. 

La Plaza Mayor, de estilo renacentista, es uno de los conjuntos más bellos y mejor conservados de toda la región. En ella se encuentra el Palacio de los Condes de Miranda o de Avellaneda, una construcción del siglo XVI, que cuenta con una magnífica portada plateresca. En su interior hay un impresionante patio con columnas, elegantes salones con artesanados góticos, mudéjares y renacentistas que reflejan el enorme poder de la familia Zúñiga. una de las más influyentes de Castilla.

El palacio fue construido por orden del conde de Miranda, Francisco de Zúñiga Avellaneda y Velasco, que fue consejero de los Reyes Católicos y luchó en la Liga de los Grandes y la Nobleza para sofocar la rebelión de los Comuneros.

Casas típicas de Peñaranda de Duero, conentramado de madera (Foto Ayuntamiento de Peñaranda)
Casas típicas de Peñaranda de Duero, conentramado de madera (Foto Ayuntamiento de Peñaranda)

Pasear por las calles de Peñaranda de Duero es una de las mejores actividades que puede hacer el viajero. En su camino encontrará casas solariegas con fachada de adobe y entramado de madera. Muchas de las casonas conservan los escudos de la familia que vivía allí.

Presidiendo la Plaza Mayor encontramos la fachada principal de la que fuera Colegiata de Santa Ana, con una portada de estilo barroco clasicista, de tipo columnario, a semejanza de un retablo, con nichos y diversas imágenes de santos.  Cuenta con un Cristo yacente articulado del siglo XVII y una curiosa colección de reliquias, dispuestas en retablos neoclásicos, traídas de Italia con motivo del paso de los condes por esas tierras.

Los principales edificios de la localidad burgalesa están vinculados a la familia Zúñiga, también el monasterio de la Madres Franciscanas Concepcionistas, un monumento cuya construcción empezó en 1528 siendo su primera abadesa, Sor Ana de Zúñiga Avellaneda. La Iglesia muestra en su techumbre un hermoso artesonado mudéjar y en el interior del edificio hay un patio renacentista.

Uno de los sitios más curiosos para visitar en Peñaranda de Duero es una antigua herrería, que regenta la familia Cerezo. Fundada en la segunda mitad del siglo XIX por Santos Cerezo, en esta fragua se sigue forjando el hierro siguiendo la tradición castellana. Cuenta, además, con una colección de relojes antiguos en metal y madera perfectamente restaurados.

Una de las singularidades de Peñaranda de Duero es que cuenta con bodegas subterráneas (Foto Ayuntamiento de Peñaranda)
Una de las singularidades de Peñaranda de Duero es que cuenta con bodegas subterráneas (Foto Ayuntamiento de Peñaranda)

Asimismo, existen un buen número de bodegas subterráneas, intramuros, bajo las casas y en las principales calles del pueblo. Algunas sobrepasan los 10 metros de profundidad, convirtiéndose en auténticos ejemplos de ingeniería arquitectónica, con bóvedas de cañón y arcos de medio punto. La historia de Peñaranda está ligada a la cultura del vino y, aunque es difícil saber desde cuándo existen estas bodegas, hay diversas fuentes que constatan su existencia en los pueblos ribereños a principios del siglo XVI. El palacio tenía bodega y también el antiguo cuartel de la guardia civil. El abad de la colegiata y los Condes de Miranda ya cobraban tercios por el alquiler de lagares que eran de su propiedad.

La oficina de Turismo está en un antiguo lagar y dentro de la oferta turística de la localidad está una visita guiada con degustación a la 'Bodega de la cárcel'.

Naturaleza y senderismo en los alrededores

Aunque Peñaranda de Duero es conocida por su patrimonio histórico, su entorno natural no se queda atrás. El pueblo está rodeado de viñedos y campos de cultivo, lo que ofrece un paisaje típico de la Ribera del Duero, donde el otoño tiñe de dorado y rojizo los campos de vid.

La localidad ofrece varias rutas de interés para disfrutar de su entorno natural. Entre ellas destaca el Sendero del Bosque y del Pinar, un recorrido circular de 20,9 km que atraviesa viñedos, encinares y montes de pino resinero, ideal para los amantes del senderismo. Otra opción es la Ruta del Duero, que sigue el curso del río a lo largo de monumentos y viñedos de la Ribera del Duero, permitiendo descubrir los tesoros históricos y vinícolas de la región.

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