El verano ha traído consigo esta semana una nueva ola de calor, con temperaturas que en algunos casos han alcanzado los 44 grados. Madrid es una de las principales damnificadas, ya que no dispone de playa. Por eso, en ElPlural.com te hemos ofrecido varios planes si en esta época estival te quedas en la capital o pasas por ella, así como algunos destinos a los que acudir para escapar de las temperaturas extremas. Sin embargo, si hace unas semanas te traíamos el pueblo más frío de España, ahora hacemos lo propio con el más fresquito de Madrid y todo lo que puedes hacer en él.
Se trata de Somosierra, donde se explica la reducción de temperaturas por sus 1.440 metros sore el nivel del mar. Además, su cercanía desde el centro de Madrid -se encuentra a unos 93 kilómetros- lo convierte en especialmente atractivo para echar el día.
Un poco de historia sobre Somosierra
Algunos restos históricos nos llevan a pensar que ya en la Edad de Bronce había vida en esta área, aunque uno de los momentos más destacados llega con la ocupación musulmana, que bautizaron al lugar como Fayy Tariq. De hecho, no fue hasta 1803 cuando, bajo control de Alfonso VI, el sitio pasó a poder cristiano y se inició su repoblación, en parte debido a la política extrema del monarca, basada en la exención de impuestos a quienes se desplazaban a Somosierra.
En 1808, en el marco de la Guerra de la Independencia, tuvo lugar uno de los acontecimientos más reseñables de la región, ya que fue aquí donde la victoria francesa permitió a las tropas de Napoleón Bonaparte abrirse hacia el resto de la región. En la actualidad el hecho se conmemora con una placa en la ermita de la Soledad que merece la pena visitar al contener vestigios de la famosa batalla.
Dentro de la localidad, además de la mencionada ermita, es recomendable acudir a la iglesia parroquial de Santa María de las Nieves, que ha tenido que ser reconstruida después de dos guerras, la de la citada invasión francesa y la de la Guerra Civil (entre 1936 y 1939). También destaca la fuente de piedra, de 1788, así como algunas viviendas tradicionales de la calle Real y la paralela de la Fuente.
Pero si hay algo importante en este enclave es su riqueza natural, comenzando por las vistas que se ofrecen desde la vertiente madrileña y segoviana y que se pueden apreciar desde lo alto del puerto con el mismo nombre. Igualmente destacable es su llanura, que se muestra en todo su esplendor desde la peña del Zorrullo, ubicada al noroeste del pueblo. Con todo, las mejores panorámicas se ofrecen desde el ascenso a la cumbre de la peña Cebolla Vieja (a 2.129 metros).
Rico en vegetación, destaca el mejor abedular de la Comunidad de Madrid y una de las pocas cascadas de la región, en la peña del Chorro. Se trata de La Chorrera de los Litueros que, junto al arroyo de Las Pedrizas, forman el río del Puerto, origen del río Duratón.
Coincidiendo con verano, en agosto tienen lugar las fiestas de las dos patronas locales: la de la Soledad y la Virgen de las Nieves.
