Una tabla de quesos es siempre una buena opción para poner en la mesa. Y si la preparas bien todavía más. Dejarás a tus invitados impresionados. El mundo del queso es muy amplio, tanto que hay infinidad de sabores, aromas y texturas que pueden aportar los quesos menos corrientes y que nunca hemos optado por probar.

Aprovechando esta gran variedad de quesos que hay en el mercado, a continuación, se detallan algunos trucos y consejos para triunfar con tu tabla. Además, se indican también algunos aspectos a tener en cuenta a la hora de realizar y elegir los propios quesos.

Cómo preparar una tabla de quesos

No existen unas reglas determinadas para preparar una tabla de quesos perfecta, pero sí algunos consejos que contribuyen a triunfar con ella. Hay que tener en cuenta los tipos de quesos, la cantidad de invitados, el resto de platos de la comida o cena, el corte que requiere cada tipo de queso…

Una cuestión importante a tener en cuenta es el corte y el cuchillo que se necesita para cada queso. Además, puedes tener en cuenta que hay algunos que se pueden servir fundidos con una fondue o raclette.

El orden y la disposición también es una cuestión primordial. La presentación debe ser bonita y limpia, pero se debe seguir un orden en función de los tipos de los quesos. En las siguientes líneas se explica cómo debes hacerlo.

Finalmente, otro elemento a tener en cuenta para sorprender a tus comensales es el tipo de bebida que compagina bien con los quesos. En general, los vinos espumosos más ligeros y frescos, así como el vino blanco o la sidra, son bebidas que compaginan bien. No obstante, si en tu tabla has optado más por quesos más curados es mejor que pongas vino tinto. La cerveza o el agua también son buenas opciones.

Qué quesos elegir

Como el mundo del queso es tan amplio y hay variedades que mucha gente no ha probado, en parte porque se quedan con las variedades más comunes de los supermercados, así como diferentes sabores, aromas o texturas, se recomienda que al menos haya cuatro tipos de quesos bien diferenciados.

Así, se pueden escoger en función de su elaboración (leche de cabra, oveja, vaca, búfala o mezcla), su textura (pasta dura, blanda, tortas…), su tipo de corteza (lavada, enmohecida, con hierbas o especias…), su tiempo de maduración (queso fresco, tierno, semicurado, curado, envejecido…), intensidad o región donde se produzcan.

Orden y cantidades de los quesos

A la hora de decidir las cantidades de los quesos hay que tener en cuenta cuantos comensales va a haber en la mesa y cuáles son los platos principales y el postre. Las cantidades habituales suelen ser de entre 80 y 100 gramos si se trata de un entrante, mientras que se recomienda de 175 a 200 gramos si son los protagonistas. Es mejor optar por calidad que por la cantidad, pues va a ser lo que realmente permita disfrutar de la tabla. No obstante, hay que conseguir llegar a un equilibrio para no desembolsarse una gran cantidad solo en la tabla.

A la hora de la preparación, hay que sacar los quesos de la nevera como mínimo una hora antes de que se vayan a consumir. Este aspecto, aunque pensemos que no tiene importancia, es crucial para poder percibir y disfrutar todos los aromas y sabores de los quesos.

Cuando llega la hora de la degustación, es recomendable empezar por los quesos más suaves y continuar con los más curados o fuertes, así como los aromáticos o los azules. Esto hay que tenerlo en cuenta porque si comenzamos con los más fuertes nos quedará su sabor y no podremos saborear la gama de aromas que ofrecen los más suaves.

Acompañamientos ideales para una tabla de quesos

Una buena tabla de quesos no solamente contiene quesos, también debe llevar acompañamientos que compaginen bien con los elementos principales. Así, se pueden distribuir por la tabla diferentes tipos de panes (pan fresco, pan crujiente, regañás…), galletitas saladas, frutos secos (nueces, avellanas, almendras), membrillo o frutas pasas.