En su viaje a Israel, Pedro Sánchez lo primero que ha hecho es condenar el terrible atentado de Hamas de principios de octubre para, justo después, criticar la inhumana respuesta de Israel contra la población civil de Gaza. No hay que olvidar que entre ambos hechos hay una gran diferencia, el primero fue realizado por un grupo terrorista, el segundo está siendo ejecutado por un estado democrático.

A Israel y a la oposición española no les ha gustado que Sánchez haya reprobado la actuación del gobierno del corrupto primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Tanto es así, que Israel llamó el viernes a consultas, lo que en lenguaje diplomático significa: llamar para abroncar, al embajador español. Que a Israel le disguste que el presidente del Gobierno español critique la matanza de civiles perpetrada por su ejército es normal, si consideraran que está mal no lo hubieran hecho, pero ¿al PP y  VOX qué es lo que les molesta exactamente?

Estaría muy bien que por una vez la derecha española no se limitara a criticar sin más y explicara sus declaraciones. Si de verdad están de acuerdo con la actuación del ejército israelí en Gaza, el señor Feijóo y Abascal deberían tener el valor de declarar públicamente, juntos o por separado: "En la lucha contra el terrorismo estamos totalmente de acuerdo con bombardear hospitales y colegios y aplaudimos el asesinato de cuantos niños sea necesario (de momento más de 5.000 en cuatro semanas).

La realidad es que al PP y a Vox lo que ocurra en Israel, Gaza o la Mongolia Exterior se la trae al pairo. Si Sánchez hubiera apoyado la matanza de niños por parte de Israel, ellos hubieran dicho, con la misma vehemencia con la que lo critican ahora, que es un demente dictador. ¡Ay, no, que eso ya lo han dicho! Bueno, ustedes me entienden. La cuestión es que los más españoles de todos los españoles, los que aman a la patria incluso por delante de su propia buena vida, siempre, siempre se asocian con cualquier país u organización extranjera que pueda minar la credibilidad del país por el que dicen sentir devoción.