Nuestros recursos naturales han quebrado. La naturaleza ya no da para más. Desde esta misma semana el mundo ha consumido todo lo que el planeta podía producir en 2019. Estamos en números rojos.

Los ecólogos recurren al concepto "huella ecológica" para referir la cantidad de recursos naturales traducida en territorio que necesita cada ciudadano para desarrollar su actividad diaria. De este modo, el uso de la energía, el volumen de residuos generados, el consumo de agua, los alimentos que comemos o incluso el aire que necesitamos para respirar se trasladan a la superficie de naturaleza equivalente para determinar así el territorio que deberíamos explotar para cubrir estas necesidades.

El nivel de desarrollo de cada país determina su huella ecológica, de manera que a mayor nivel de desarrollo más recursos son necesarios para mantener el estilo de vida de sus habitantes.

En el caso de los Estados Unidos serían necesarios cinco planetas como el nuestro para atender a la demanda de su huella ecológica. En el caso de Australia se necesitarían cuatro. Tres y medio para Rusia, tres para Alemania y dos y medio para España. La huella ecológica de la India es negativa: 0.7 planetas. La media mundial es de 1,75.

A partir de estos datos cada año se anuncia el Overshoot Day o Día de la Sobrecapacidad, el día en el que el planeta entra en números rojos porque la demanda de recursos naturales de la humanidad supera las reservas calculadas para ese año en concreto. Y esa fecha no ha parado de adelantarse desde que comenzó a calcularse a mediados de los setenta.

Según los cálculos de la organización conservacionista WWF, en 1997 el mundo consumió los recursos naturales que es capaz de regenerar el planeta en un año a finales del mes de septiembre. En 2016 la fecha se adelantó al 8 de agosto. El año pasado atravesamos el umbral de la sostenibilidad el 1 de agosto, mientras que este año lo hemos hecho el 29 de julio: ya hemos agotado todos los recursos con los que la naturaleza podía proveernos este año. ​

Dicho de otra manera en menos de ocho meses nos hemos zampado los recursos naturales que el planeta puede producir en doce. Hemos agotado el presupuesto ecológico de la Tierra y, durante el resto del año estaremos viviendo a costa de los recursos de las futuras generaciones. Una hipoteca medioambiental absolutamente insostenible, pues nos conduce directamente a la bancarrota natural y al colapso ecológico.

En el caso de España, nuestro país entró en déficit ecológico el 28 de mayo de 2019. Desde ese día estamos viviendo del préstamo que nos hacen los ecosistemas naturales a cuenta del futuro.

Como nos recuerdan desde WWF todos podemos contribuir a evitar esta quiebra anual incorporando algunos hábitos ecológicos a nuestra forma de vida: desde el modo en el que consumimos y producimos los alimentos, a cómo nos movemos, el uso que hacemos del agua, cómo nos abastecemos de energía o la manera en la que nos relacionamos con el medio natural.

Si lográsemos reducir a la mitad el desperdicio de alimentos en el mundo mediante un consumo más responsable retrasaríamos el Día de la Sobrecapacidad en 11 días. Y si todos redujéramos a la mitad el uso del coche particular, nos pondríamos en números rojos planetarios 10 días más tarde.

Para WWF todavía estamos a tiempo de detener la degradación del planeta y evitar el derrumbe de sus recursos naturales: si retrasamos el Overshoot Day cuatro días y medio por año en 2050 volveríamos a vivir dentro de los límites de la sostenibilidad.