Moreno Bonilla está destrozando y machacando la educación pública andaluza. Su gestión es sencillamente nefasta. Andalucía, junto con Madrid, son las dos comunidades que están a la cola de España en inversiones en educación publica por alumno. Una situación cada día más insostenible y que ha provocado que esta misma semana la comunidad educativa haya tenido que volver a movilizarse para tratar de parar el desastre.

Se están cerrando cientos de aulas. Moreno Bonilla ha eliminado ya 1.943 aulas de los colegios públicos andaluces, sobre todo en los pueblos, y el año que viene acabará con otras 600. Esto favorece el despoblamiento del medio rural. Incluso cierra colegios enteros en las ciudades, como el Alfonso Churruca y el Duque de Rivas en Córdoba. O el CEIP Intelhorce, el Domingo Lozano o la escuela infantil Adelfa en Málaga. ¿Hay derecho a esto?

Además, hay colegios que se caen a pedazos, pero donde se siguen impartiendo clases, como es el IES Néstor Almendros en Tomares (Sevilla) donde hay enormes grietas sin arreglar desde 2020 o el CEIP Ramón Simonet en Málaga con medio patio cerrado por caída de cascotes. Mientras todo esto ocurre, el PP en Andalucía riega la educación concertada de millones. Este año se superan los 1.000 millones de inversiones para la concertada. ¿Hay derecho a esto?

Moreno Bonilla se ha olvidado de construir los centros que prometió. Hay municipios turísticos con colegios masificados, como Benalmádena, donde se desbordan las matriculaciones de familias que se trasladan a trabajar en temporada turística y cuyos hijos terminan dando clases en bibliotecas, salones de actos o cafeterías ante la falta de espacio. Moreno Bonilla prometió aquí un colegio de primaria y un instituto de secundaria, pero no ha hecho nada. ¿Hay derecho a esto?

Faltan profesores. Unos 19.000 se precisan para equiparar a Andalucía a la media nacional, sobre todo en segundo ciclo de Infantil y Primaria. Esto perjudica a la calidad de la educación. ¿Tendrá esto algo que ver en que nuestra región esté a la cola del informe PISA a nivel nacional? Y se incumple la Ley de Bioclimatización que provocará temperaturas insoportables en las aulas andaluzas estos días. ¿Es que al presidente andaluz del PP no le preocupa la educación de nuestros hijos? ¿Hay derecho a esto?

Además, está beneficiando a la Formación Profesional privada sobre la pública, en los últimos cinco años se ha duplicado el alumnado que se ha dirigido a la iniciativa privada para cursar FP, ante la falta de plazas que se ofertan desde la red pública de centros para determinados ciclos. ¿Hay derecho a esto?

Y luego está el desastre de las guarderías. Moreno Bonilla ha devuelto 119 millones de fondos europeos para guarderías publicas. ¿Por qué ha dejado que todos estos millones se pierdan? ¿Alguien lo entiende? Además, ha quitado otros 5,4 millones para guarderías y los ha destinado a obras en el estadio de fútbol de La Cartuja. ¿Alguien lo entiende? ¿Hay derecho a esto?

También faltan recursos humanos para ofrecer al alumnado más vulnerable la atención que merece. Sobre todo, se precisa incrementar la plantilla de maestros especialistas en Pedagogía Terapéutica (PT) y Audición y Lenguajes (AL) y de profesores de la Orientación Educativa. Los sindicatos en noviembre pusieron sobre la mesa medidas concretas para que se llevaran a cabo, pero a día de hoy, siguen sin ser atendidas por Moreno Bonilla.

No quiero olvidarme tampoco de los comedores escolares. Moreno Bonilla ha aumentado tres veces en tres años el precio del comedor escolar, el aula matinal y las extraescolares que pagan entre el 33 y el 45% de los alumnos andaluces. El sobrecoste para las familias asciende a 201 millones de euros. Se paga mucho más, pero la calidad es mucho peor. De hecho, padres y madres del CEIP Gloria Fuertes, en Jerez, denuncian el mal servicio de comedor, donde dan un plátano para cada dos niños, y dice Moreno Bonilla que los menús son equilibrados. O los del CEIP Miguel de Cervantes en Olvera, donde niños de tres años deben recorrer más de un kilómetro para ir al comedor escolar de otro centro, el San Jóse de Calasanz. Lo hacen agarrados de una cuerda para no perderse. ¿Hay derecho a esto?

Todo este desastre ha provocado que CCOO, ANPE y USTEA esta misma semana, se hayan visto obligados a convocar una huelga reclamando más docentes; menos ratio; mejor atención a la diversidad y al alumnado más vulnerable; menos carga burocrática y dejar de eliminar aulas en la escuela pública. Es el segundo paro educativo que le convocan a Moreno Bonilla, el anterior fue en marzo de 2020 a consecuencia del decreto aprobado por el PP para favorecer la concertada y la privada. Y hace solo un mes, la Marea Verde también se movilizó en Sevilla, Cádiz y Málaga bajo el lema: “Nos están robando la educación pública”.

Esta es la realidad y luego están las mentiras de Moreno Bonilla. Hace unas semanas la Junta hacía un spot de escolarización: “Yo estudio en Andalucía”, donde los niños que salían en el anuncio eran rubios muy rubios con aulas con cortinas blancas en los colegios. Varios profesores dieron la voz de alarma: “Estos no son colegios andaluces”. Y llevaban toda la razón. Luego nos enteramos que las imágenes de “stock” correspondían a Dinamarca. ¿Sr. Moreno Bonilla, es que se avergüenza de los niños y niñas andaluces? ¿Es que no está orgulloso de los colegios de nuestra tierra? ¡Ya está bien!

Los que están encantados con Moreno Bonilla son los centros privados, católicos y concertados, tanto, que hasta le han dado un premio de honor al presidente andaluz del PP en una gala donde, por cierto, colabora la Junta de Andalucía. Un premio “por su demostrado apoyo a la educación concertada”.  En este punto, debería preguntarse, ¿por qué los colegios públicos andaluces no le han dado ningún premio? ¿Por qué será?

La Junta de Andalucía tiene las competencias en educación y también dispone de financiación, porque si hay dinero para que Moreno Bonilla se suba el sueldo un 19%, debe haberlo también para que los colegios andaluces sean dignos y decentes. Dejen de favorecer el negocio de la educación privada e inviertan en mejorar la educación pública. Las familias, los docentes y los alumnos se lo agradecerán.