Los distinguimos por su color, obviamente azul: fuentes, lagos, ríos, mares… Y un equipo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) ha realizado la primera revisión internacional para analizar cómo nos benefician cuando los tenemos cerca de casa. Muy a menudo se ha dicho que las personas que viven rodeadas de espacios azules se sienten impelidas a hacer más ejercicio. Los resultados del análisis, que ha revisado 35 artículos sobre el tema -todos menos cuatro realizados en países de renta alta, y en los últimos cinco años- y se han publicado en el International Journal of Hygiene and Environmental Health, no muestran una reducción de la obesidad y la salud cardiovascular en este colectivo que vive cerca de estos espacios azules, aunque existen menos artículos sobre este punto en particular, y los resultados de  los publicados sobre él nos son homogéneos.

Salud física y mental

Pero la investigación sí confirma la tendencia de vecinos de zonas azules a hacer más ejercicio, y destaca también los beneficios de estas áreas en la salud mental, sobre todo en la reducción del estrés. Mark Nieuwenhuijsen, coordinador del estudio y director de la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal, ha valorado que la evidencia científica actual apoya la promoción y recuperación de espacios azules al aire libre dentro de la planificación urbana, como una estrategia interesante para la promoción de la salud y el bienestar.