El Ayuntamiento de Madrid acata la sentencia del Tribunal Superior de Justicia. Eliminando el nombre de la calle dedicada a Justa Freire para restituir la del General Millán Astray. El cambio de nombres se produjo durante el mandato de Manuela Carmena al considerar que esta tenía reminiscencias franquistas.

La justicia determinó que otras calles como Caídos de la División Azul o Hermanos García Noblejas debían también ser reestablecidas al no considerar que estas supongan una exaltación del franquismo. Desde el consistorio apuntan a EFE que el resto de cambios se llevaran a cabo "cuando la empresa encargada reciba las placas".

En la oposición, la portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento, Rita Maestre ha acusado al alcalde de hacer el cambio durante la época estival. "Millán Astray vuelve al callejero de Madrid y Justa Freire se va. Sigue el retroceso en todos los ámbitos. Almeida aprovecha agosto para estas fechorías", señala desde Twitter.

Pero… ¿Quién fue Justa Freire?

Justa Freire nació en Moraleja del Vino en 1896. Estudió magisterio en la Escuela Normal de Zamora y es considerada una de las pedagogas más célebres de los maestros de la república. Freiré se marchó a Madrid donde consiguió plaza como maestra nacional. Después de trabajar como docente durante un tiempo en un pueblo de Ávila, regresó a la capital donde logró hacerse con una plaza en el Grupo Escolar Cervantes, centro muy relacionado a la Institución Libre de Enseñanza.

Allí se encargó de la educación de los niños del barrio de Cuatro Caminos. Además, era la responsable del cuidado de la casa, el comedor, la acogida de nuevos estudiantes, entre otras tareas. Posteriormente, Freire consiguió graduarse en la Escuela de Estudios Superiores de Magisterio. Esto, le permitió dar formación a otros maestros y viajar por Europa, tras ser becada, donde continuó con su formación.

En 1933, Justa Freire se convirtió en una de las primeras mujeres en ejercer la dirección de un centro escolar. Fue en el Grupo Escolar Alfredo Calderón, lugar en el que puso en marcha algunas de las metodologías innovadoras que había aprendido en su paso por el Grupo Escolar Cervantes y sus viajes a Europa.

Durante la guerra, se ordenó el cierre del centro escolar que dirigía. La zamorana se marchó a Valencia junto a los alumnos donde, junto a otros pedagogos, organiza, a petición del Gobierno, las Comunidades Familiares de Educación. En ellas, alumnos y profesores convivían como si de una gran familia se tratase. Esta situación ayudaba a los pequeños a llevar mejor la guerra y el estar alejados de sus familias.

Identificación profesional de Justa Freire   Fundación Angel Llorca

Su buena labor hizo que rápidamente esta fuera ascendiendo. Así, el Gobierno de la República la nombra, Delegada Regional de la Infancia Evacuada y, posteriormente, Delegada Nacional. Con el fin de la guerra, Freire fue sometida a un consejo de guerra por el que fue condenada a permanecer varios años en la cárcel de mujeres de Ventas.

Su encarcelamiento no frenó su pasión por la educación. Allí, junto a otras maestras, se encargó de la escuela de adultas donde impartió clases a las reclusas. Entre ellas, a algunas de las jóvenes a las que posteriormente se conocería como las Trece Rosas.

En 1941 sale de la cárcel y años después comienza a trabajar como secretaria en el Colegio Británico. Sin embargo, el empeño de Freire por volver a ser maestra no cesó. En 1952 solicitó volver a ingresar en el cuerpo funcionarial de magisterio, permiso que no consigue hasta 1953. Perdiendo su antigüedad y bajo la prohibición de ejercer en Madrid, donde finalmente consigue dar clases en el Colegio Británico.