Si eres de Madrid o has estado recientemente en la ciudad, seguramente hayas paseado por la calle General Millán Astray, Crucero Baleares o Hermanos García Noblejas. El cambio respecto a la nomenclatura que mantenía el Consistorio de Manuela Carmena se produjo con el PP de José Luis Martínez-Almeida ya en el Ayuntamiento y todavía sin la extrema derecha en Cibeles, aunque la formación de Javier Ortega Smith tendría también mucho que ver en que el hecho no se revirtiera, al igual que pasa con otras cuestiones relacionadas con la Memoria Histórica. Ahora, la situación del callejero puede dar un giro de 360 grados, ya que decenas de organizaciones educativas, vecinales, sindicales y memorialistas presentan una proposición en el pleno de este jueves.

En 2017, PP y Ciudadanos se abstuvieron en la votación para el cambio de calles que tenían aún nomenclatura franquista. Por su parte, los partidos de izquierdas se postularon directamente a favor de sustituir las placas de personas o elementos afines al régimen por otras de maestros, artistas, luchadores antifranquistas o, simplemente, neutras. Asimismo, los grupos memorialistas quisieron ir más allá y pidieron que el procedimiento que ahora vuelve a reclamarse se aplicara a un total de 300 calles. El Ejecutivo no lo vio oportuno, pero sí que cedió a actuar sobre, al menos, 52 calles consideradas las “más sangrantes”.

Almeida, condicionado por Vox

Con todos los actores sobre el tablero, poco después llegó la sentencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) en la que familiares, amparándose precisamente en la Memoria Histórica, pidieron que el callejero de los afectados se quedara como estaba. ElPlural.com se ha puesto en contacto con Alberto Pérez, de la Fundación Ángel Llorca y que lleva años en la pelea por recuperar la memoria de Madrid. De hecho, ha sido uno de los más activos junto al grupo de artistas urbanos, Unlogic Crew -autor del mural de Justa Freire vandalizado por enésima vez por grupos ultras o del feminista de Ciudad Lineal- junto a innumerables asociaciones y sindicatos dentro de esta cuestión.

“Por ejemplo, la familia de los hermanos García Noblejas argumentaba que algunos de éstos murieron víctima de la guerra, en circunstancias poco claras, pese a haber colaborado después con la División Azul y tener un arsenal de armas en su casa. Lo mismo pasa con Millán Astray, cuyo nombre se justifica porque en el momento del Golpe de Estado estaban en Argentina”, explica Pérez sobre la resolución de la normativa que blinda estos nombres.

Desde la oposición llevan tiempo también reivindicando que Almeida no recurriera la sentencia al Tribunal Supremo (TS). “Se ha visto presionado por Vox, que le ha dejado las manos atadas. Y ha desistido”, argumenta la fuente de estas líneas. La misma destaca también que “no es un aspecto ideológico” y explica que el edil primero cedió al cambio de calle para Justa Freire como moneda de cambio para sacar adelante los Presupuestos. El modus operandi recuerda a cuando el mismo alcalde aceptó nombrar Hija Predilecta de la ciudad a la escritora Almudena Grandes si el Grupo Mixto aprobaba las cuentas.

Ciudadanos "se tiene que decidir"

En el que tanto las suya como el resto de organizaciones muestran algo más de confianza es en Ciudadanos: “Nos hemos reunido ya con ellos y los temas de Memoria Histórica no los quieren ni tocar porque es un tema escabroso paras su formación, pero ahora se tienen que decidir y tienen que votar a favor de estas seis calles que se han repuesto en los últimos años o en contra. Tenemos la esperanza de que pueda haber algún desmarque por su parte. Con que se abstuvieran tres o cuatro sería suficiente”. “Son PSOE y Más Madrid los que presentan la proposición conjuntamente y creemos que la va a defender un concejal del PSOE”, afirma asimismo.

Ahora el caso, además, tiene un mayor recorrido por la recientemente aprobada Ley de Memoria Democrática, que recoge en su artículo 35 que no puede haber calles ni ciudades con nomenclatura asociada a la sublevación de 1936 o a la dictadura.

“Pensamos que debe ser así, pero nosotros empezamos a reunir firmas en la primavera del año pasado con la idea de que los grupos se retratasen, incluso antes de que llevasen a cabo el cambio. Pero tampoco queríamos meternos en 2023 porque es año electoral”, admite el responsable de la Fundación Ángel Llorca. “Creemos que Madrid es una ciudad moderna y emblema de muchas cosas, pese a tener un gobierno conservador: no puede haber nombres de Millán Astray, García Noblejas o Crucero Baleares… va contra los tiempos. Y antes o después sucederá”, concluye.