Almudena Grandes (1960-2021) ha recibido este lunes el distintivo que le acredita como Hija Predilecta de Madrid. El acto ha tenido lugar en el Teatro Español y a él han acudido personas reconocidas del mundo de la cultura como los cantantes Joaquín Sabina y Miguel Ríos o la actriz Blanca Portillo. También otras como el exministro de Industria Miguel Sebastián, el juez Baltasar Garzón o representantes de la oposición como las líderes de Más Madrid y Recupera Madrid en el Ayuntamiento, Rita Maestre y Marta Higueras.

No lo han presenciado, sin embargo, el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, o la vicealcaldesa, Begoña Villacís, quienes han justificado su ausencia por “problemas de agenda”. La segunda ha llamado en las últimas horas al viudo de la autora, Luis García Montero, para explicárselo. “De no ser por el coloquio habría ido seguro”, ha argumentado la responsable de Ciudadanos. En su lugar ha ido el concejal Martín Casariego.

Políticas y polémica aparte, este ha sido un día para hablar de Grandes y de quienes han querido de alguna manera acompañarla en su reconocimiento. Así se lo ha trasladado un grupo de lectoras a ElPlural.com antes de entrar al evento. ”Almudena marcó un antes y un después. Ha roto muchas barreras”, sostienen en primera instancia, para añadir después: “En Las edades de Lulú, por ejemplo, contó cosas que ninguna nos atrevimos”.

Es obligado decir que algunos de los seguidores de la autora de este y otros libros como El corazón helado han esperado una hora y media para entrar pese a las altas temperaturas que la ola de calor está dejando en Madrid. Algo que es una prueba más del amor que la capital tiene por su escritora predilecta.

Así las cosas, el Director del Instituto Cervantes ha recibido junto a los hijos de la escritora la medalla que la reconoce como Hija Predilecta de Madrid bajo un telón de aplausos que ha durado más de dos minutos. “Cuando uno tiene una pérdida grande es difícil darle sentido a la vida; pero el amor de la gente va haciendo que vayamos encontrándoselo. Cada historia que contó era la de su gente de dentro de Madrid. Ella habría estado muy orgullosa”.

Sabina se quita el sombrero

Tras una apología al teatro -del que también formó parte- y a las pequeñas cosas ha sido Sabina quien ha dedicado unas palabras a la que fue su amiga. El cantante ha comparado, incluso, el entierro de la escritora con el del ex regidor de Madrid Enrique Tierno Galván: “Fue todavía más emotivo”.

En la misma línea, el artista ha lamentado que la ciudad es “ahora un poquito menos Madrid” y que Grandes no le haya podido dar el manuscrito de su última novela, Todo va a mejorar. “Nunca encontré una coma que corregir, y siempre mucha literatura. Esta no la he podido leer, pero haré cola el primero para comprarla”.

“Almudena era la mejor madre, amiga y hermana. No es póstuma porque vivirá siempre en los libros, en los poemas de su Luis García Montero y en su Madrid”, ha expresado para después recitar una parte del pregón que la escritora leyó en San Isidro dedicado, precisamente, a su ciudad y que si conociéramos el título sería algo así como Madrid no es solo nuestra. “Llevaba sombrero para poder quitármelo en honor a Almudena Grandes" ha concluido.

En los inicios de Almudena

La intérprete Blanca Portillo ha pronunciado también unas frases en reconocimiento a la autora de Episodios de una guerra interminable. Con ello, ha centrado su discurso nuevamente en la capital que Grandes supo, quizá mejor que nadie, describir; y a la que debe, en buena parte y dicho por ella misma, su carrera literaria. “Escribía el cuento en lo que duraba un partido de fútbol y porque nunca supe dibujar”, sentenciaría en el extracto que ahora recupera la actriz.

“La pasión entre el miedo y la duda, la Justicia y el amor me llevó de la mano. No buscaba elogios ni recompensas, solo aspiraba a enderezar el mundo. Desde entonces vivo para escribir y me siguen llevando (los sentimientos) de la mano, a veces más de lo que me gustaría; pero en mi vida apenas he escrito una docena de cuentos”.

Siempre Madrid

A renglón seguido, la pianista Rosa Torres y Luis García Montero han interpretado el poema Lavapiés; escrito por el segundo y que, reconoce, compuso por el amor que él y su mujer sentían por Madrid.

La encargada de dar voz al sentimiento por la autora dentro del mundo de la literatura ha sido su compañera de profesión Marta Sanz, quien ha hecho un recorrido por algunas de las obras de Grandes y el progreso que experimenta su escritura y, con ella, la vida de la ciudad. Desde Los Pacientes del Doctor García y Las tres bodas de Manolita hasta las Edades de Lulú. Desde los años 30 hasta los 80. Desde un Madrid “clandestino” a otro "oficial”. Desde un Madrid de distintas clases. Desde el Madrid de los bares al de los psiquiatras: “La vida de la gente es lo que más le importaba a la gente (…) Te mandamos un beso allá donde estés y celebramos contigo este reconocimiento que te da tu ciudad, del que todos y todas formamos parte”.

Como no podía ser de otra manera, ha sido de nuevo García Montero quien ha subido al escenario para, en este caso, cerrar el acto leyendo dos poemas. Uno dedicado a Madrid. Al Madrid de Almudena. Y el segundo, a la autora. “Lo escribí para expresar lo que pensé que sentiría ella cuando cerrara la puerta. Y al final ha ocurrido al revés”, ha zanjado, visiblemente emocionado y después de dar las gracias al teatro y la ciudad que, otra tarde de lunes, han sido su casa.