Nueva polémica de la escritora Lucía Etxebarría después de la que tuvo con las personas trans cuando la autora señaló que “cualquier violador o asesino de mujeres puede acabar en una cárcel de mujeres con la ‘ley trans’”.

A pesar de que ella se considera feminista, no duda en lanzar dardos envenenados a algunas portavoces de este movimiento y el LGTBI. Antes de comenzar la entrevista con Vozpóuli pidió, eso sí, extremar las precauciones para evitar que sus palabras pudieran ser constitutivas de un delito de odio.

Esto sucedió en marzo de este año. Previamente, en enero; había mantenido un debate que tampoco estuvo exento de polémica en el que defendía estar en contra de compartir baño con personas “con pene funcional”, una opinión que apoyó la actriz Paz Vega y por la que ambas fueron calificadas de “tránsfobas”. La autora mantenía entonces que tenía amenazas de “recibir palizas” y relató una experiencia personal, en la que contaba que hacía años había sido violada y que no la creyeron porque no se resistió. “Si me hubiera resistido, hoy no estaría aquí para contarlo”, añadía.

Nueva polémica: ahora ‘contra’ los gitanos

La autora ha vuelto a provocar disparidad de opiniones, esta vez por unas palabras ‘contra’ las personas gitanas para presentar su último libro Selene y los 4 elementos.

Twitter ha cargado contra la autora por un vídeo que esta ha subido afirmando que la “adicción” tiene un “efecto genético muy grande”.

Twitter 1
Twitter 2

 

“¿Puede ser que al haber matrimonios entre primos se hubiera creado un efecto fundador y que por eso hubiera un nivel más alto de adicción que en otros sitios? Podría ser, en hipótesis”, sostiene.

Cuando ve que sus palabras reciben las críticas de varias personas y/o sectores trata de explicarse: “Yo no he dicho que todos los yonquis o son gitanos o son evangelistas. Tan simple como si yo hubiera dicho semejante barbaridad, al día siguiente tengo una denuncia por parte de todas las asociaciones gitanas”.

A continuación, se reafirma en que “en aquellos tiempos, en La Latina, en Caño Roto, sobre todo; y en el polígono sur, había yonquis y evangelistas” para concluir que los que iban con ella “entraban a pillar droga y los que entraban a pillar droga si eran payos entraban con un gitano”.