Este martes 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de la Mujer, una gran cantidad de compañías han decidido cambiar sus colores y logos habituales por el morado con el que se identifica al feminismo. Una de estas organizaciones ha sido la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que no ha dudado en notificar esta permuta a través de las redes sociales.

Sin embargo, como era fácil de prever, el cambio no ha sido muy bien recibido por parte de la mayoría de usuarios, que han acusado a la RFEF de mero postureo, recordándole que este tipo de gestos no tienen ninguna validez si luego se llevan competiciones como la Supercopa a un país como Arabia Saudí, que está bastante lejos de ser un sitio idílico para las mujeres (tampoco para el colectivo LGTBI).

“Qué poca vergüenza”, “la incongruencia de subir estos tuits y luego llevar nuestras competiciones a países que matan a pedradas a mujeres”, “y venden la Supercopa de España a Arabia Saudí todos los años”, “la cabeza de hormigón armado tenéis”, “’el fútbol por la igualdad’ menos en la Supercopa, que la celebremos en Arabia donde oprimen a mujeres, solo por ganar dinerito”, “y os lleváis la Supercopa a Arabia Saudita donde las mujeres tienen menos derechos que una cabra por un saco de billetes”, “tapaos un poquito” o “dais pena” son algunos de los comentarios que ha recibido la RFEF.

“Ayudar a la igualdad de la mujer”: la justificación de la RFEF para llevarse la Supercopa a Arabia

Hay que recordar que la decisión de la RFEF de llevarse la Supercopa a Arabia ha sido objeto de polémica desde que se tomó. Unos reproches ante los que Luis Rubiales, presidentes de esta organización, se defendía alegando que llevarse la competición a este país serviría para "percibir mayores ingresos" y "ayudar a la igualdad de la mujer".

Sin embargo, de momento esta supuesta igualdad entre hombres y mujeres en Arabia Saudí sigue siendo poco menos que una utopía. Tal y como se pudo observar en un vídeo publicado por 'El Larguero' tan solo tres días después de la final de la Supercopa, los campos de fútbol del país volvían a hacer distinción entre ambos géneros, no permitiendo que se sentaran juntos.