El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, no ha tardado en reaccionar al encuentro entre el PP y Junts que este miércoles desvelaba La Vanguardia y confirmaba después el propio partido.

Siempre activo en redes sociales, el responsable del departamento ha respondido en este mismo portal, en concreto a través de X, antiguo Twitter. “Pero el PP aclara que no fueron a negociar. Solo a intercambiarse unas camisetas del Madrid y del Barça”, es el ácido comentario que ha escrito en su perfil.

En vísperas de la investidura de Feijóo

El PP no ha tenido más remedio que reconocer que mantuvo un encuentro con el círculo cercano del líder de la formación soberanista, Carles Puigdemont, en vísperas de la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo. La persona que lo ha reconocido es, precisamente, una de las que estuvo en la reunión, el concejal de los populares en Barcelona, Daniel Sirera, quien ha declarado haber mantenido la conversación con los independentistas durante la primera quincena de agosto.

En su defensa, y queriendo quitar hierro al asunto, ha señalado que la reunión se redujo a un café y a una reunión “cordial”, y que su partido salió de ella “consciente de que era imposible iniciar ninguna negociación con Junts”. “No pedían ni la ampliación del aeropuerto, ni mejoras en Rodalies, ni una mejor financiación. Solo amnistía, referéndum y estas cosas”, ha explicado en una entrevista concedida a RAC1, traduciendo como “inviable” al acuerdo.

En esta práctica habitual que la formación de Alberto Núñez Feijóo lleva a cabo cada vez que quiere justificar sus conversaciones con Junts, Sirera ha añadido que se vieron dado que había mucha gente preocupada porque el PSOE continuara gobernando y les pedían alcanzar puntos en común. “Aquellos días hablábamos con mucha gente de todo tipo que nos pedía qué podíamos hacer para llegar a un acuerdo entre Junts y el PP y evitar que Sánchez continuara siendo presidente”, ha dictado.

Reuniones secretas

En otro orden de cosas, el edil popular asegura que Feijóo desconocía la cita y que fue Junts quienes solicitaron hablar, al considerar al PP un partido “más de fiar” que el PSOE. Sin embargo, la realidad que plantea las fuentes independentistas es bien diferente, ya que, según su versión, el “interés” partió del PP para mantener un encuentro “antes de la negociación para la constitución de la mesa del Congreso”.

Además del la cita que vuelve a poner en jaque el discurso del PP, con el que los de Feijóo han criticado hasta la extenuación las reuniones del PSOE con Junts, éste no sería el primero. Hay que recordar que en el mes de septiembre OkDiario publicó otra información en esta línea que confirmaría después ElPlural.com. En su caso, la reunión tuvo lugar entre el vicesecretario de Acción Institucional del PP, Esteban González Pons, y el secretario general de Junts, Jordi Turull, obedeciendo a un encuentro que Génova negó, por aquel entonces de manera confusa como en un primer momento hacía hoy por medio de su portavoz en el Congreso, Miguel Tellado, aunque apenas cinco horas después confirmara la información.

La posición del PP con Junts, más allá de las críticas al líder socialista, no siempre ha sido de la enemistad que Feijóo y su equipo insisten en vender. Por partes, hay que recordar que el gallego cedió a reunirse con los de Puigdemont en el marco de la ronda de contactos para la investidura, y acto seguido que el propio Pons definió a la formación catalana como una “cuya tradición y legalidad no están en duda”.  Finalmente, y ante las reiteradas críticas del ala más dura del PP, el expresidente de la Xunta canceló su reunión con el grupo parlamentario en la Cámara Baja.

El PSOE pide “transparencia”

Entretanto, el PSOE exige “transparencia” al PP, concretamente “que cuente a los ciudadanos cuántas reuniones más ha mantenido con Junts y de qué temas hablaron”, según fuentes socialistas.

En la misma línea, ha pedido que lo diga “con claridad”, que Junts, el partido liderado por el “prófugo” Puigdemont, es un “interlocutor válido” y que “se lo explique a Aznar, Ayuso y a Cayetana Álvarez de Toledo”. “Menos lecciones, y más aplicarse a uno mismo lo que se predica”, han estimado, sosteniendo que sus reuniones siempre han sido “públicas” y que la opinión pública las conocía.