El 23 de abril, una jornada que trasciende la celebración de San Jorge, se viste de gala en el mundo de las letras al conmemorar el Día del Libro. En este contexto, Barcelona se engalana con su emblemática feria de Sant Jordi, un evento al que Ana Obregón no ha podido asistir, tal como lo ha expresado en sus redes sociales.

Con un tono de pesar, Ana Obregón compartió en Instagram: "Estoy muy triste, porque hoy tenía que estar firmando en Sant Jordi el libro El chico de las musarañas, una obra iniciada por su hijo Aless Lequio y finalizada por ella misma que salió publicada en abril del año pasado.

La actriz y bióloga reveló que su ausencia no fue voluntaria, sino forzada por un contratiempo de salud: "He cogido un virus de estómago y me ha hecho imposible viajar".

Posteriormente, Ana Obregón expresó su gratitud hacia el público: "Emocionada os puedo decir que, gracias a las miles de personas que han comprado esta obra, se han podido donar desde la editorial a la Fundación Aless Lequio más de 100.000 euros del beneficio de los derechos de autor que cedí para la investigación del cáncer".

Finalmente, enfatizó su compromiso con la causa: "Mi único objetivo es ayudar a la investigación del cáncer que afecta a niños y jóvenes: sarcoma de Ewing. No quiero que ningún padre ni ninguna madre vivan la terrible tragedia de no poder salvar la vida de su hijo. Este era tu deseo, mi Aless, espero que esa sonrisa única tuya ilumine el cielo más que nunca ".

¿Qué es el sarcoma de Ewing?

El sarcoma de Ewing, un tipo poco común pero agresivo de cáncer óseo, está ganando terreno como una preocupación de salud significativa, especialmente entre los jóvenes. Este mal, nombrado en honor al médico James Ewing, quien lo identificó por primera vez en 1921, se presenta con síntomas sutiles pero devastadores, como dolor persistente, hinchazón y, en etapas avanzadas, fracturas óseas.

Este cáncer, que suele desarrollarse en huesos largos como el fémur o la pelvis, pero también puede afectar los tejidos blandos, plantea desafíos únicos tanto para los pacientes como para los médicos. El diagnóstico temprano es fundamental, pero a menudo se retrasa debido a la similitud de los síntomas con lesiones menos graves.

El tratamiento típicamente implica una combinación de cirugía, quimioterapia y radioterapia, aunque en los últimos años han surgido nuevas esperanzas en forma de terapias dirigidas y en inmunoterapia. Estas innovaciones ofrecen posibilidades prometedoras para los pacientes en etapas avanzadas de la enfermedad.

Sin embargo, a pesar de estos avances, el sarcoma de Ewing sigue siendo un desafío persistente. Se necesita una mayor conciencia pública sobre esta enfermedad para fomentar la detección temprana y mejorar los resultados del tratamiento. Además, la investigación continua es esencial para desentrañar los misterios de esta enfermedad y desarrollar terapias más efectivas y menos invasivas.

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