La guerra civil en Ciudadanos ante la presentación de candidaturas de Inés Arrimadas y Edmundo Bal por la presidencia de la formación está dejando multitud de reacciones ante la incertidumbre de qué puede suceder en los próximos días.

“Una discrepancia evidente con varias leyes del Gobierno no puede generar una batalla campal en el partido”, ha defendido la líder de los naranjas este lunes haciendo mención a normativas como la Ley del ‘solo sí es sí’, advirtiendo a la par de que Bal debe recapacitar o, de lo contrario, “lanzará” su candidatura.

Ante tal escenario, Quique Peinado ha aprovechado en redes sociales para compartir su pronóstico: “Ya veo los titulares: ‘Irene Montero se carga el centro reformista en España’”, ha valorado el periodista sobre la vorágine mediática que se puede producir en los próximos días.

El ultimátum de Arrimadas

La refundación del partido de centro ha quedado en un segundo plano por la confrontación abierta entre su presidenta y su número dos. En este sentido, Arrimadas ha llamado a que los españoles apoyen una alternativa a la “ambición sin frenos ni escrúpulos” que representa el Gobierno de Pedro Sánchez.

“Vamos a celebrar una asamblea de la que debemos salir unidos y listos para las próximas elecciones de mayo”, haciendo énfasis así en la cita en las urnas autonómicas y municipales de 2023, un elemento que considera fundamental para el rearme de Ciudadanos y del que Bal habría prescindido.

La líder liberal ha reconocido las “desavenencias” que habrían llevado a Bal a dar el paso adelante. “Hemos tenido discrepancias importantes con leyes muy conflictivas. Es cierto. Pero nada, ni siquiera esa discrepancia, puede llevar un partido a la ruina”, ha destacado.

Es más, considera que España necesita un proyecto como el que ofrece Ciudadanos, aunque este debe garantizar “unidad” con el apoyo de sus compañeros: “Debemos ser útiles para nuestro país”, ha ensalzado a la par que ha reconocido sentirse apenada por la “diferencia ideológica” que la ha distanciado de su “mano derecha”.

En el lado contrario, Edmundo Bal se defiende acusando a Arrimadas de convertir a la formación naranja en una fuerza de “derechas” y “subalterna al Partido Popular”, valorando que, si el partido debe afrontar una nueva era, no debe estar capitaneado por “quien viene siendo la líder del partido”.