El pasado 6 de noviembre se derrumbó el cruceiro que llevaba años colocado en la madrileña plaza de Jacinto Benavente. Se trata de una cruz que fue entregada al pueblo madrileño por la Xunta de Galicia en 1998 como símbolo de hermanamiento y que hasta el 2013 estuvo protegida por una valla que posteriormente fue retirada.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha difundido este fin de semana que no había sido derrumbada accidentalmente, como finalmente se ha determinado, y ha insistido en que se trata de acto vandálico: “Unos vándalos han destrozado el Cruceiro de la Plaza de Benavente de Madrid. Era un regalo de Galicia a la capital de España. se empieza por lugares de culto, por atacar valores y sensibilidades, y se sigue así. Este delito debe investigarse y poner a los culpables ante la ley”.

Desde Vox han ido más allá: Jorge Buxadé, vicepresidente Primero de Acción Política del partido, se apresuró a señalar que “no es vandalismo, es odio religioso”: “El odio anticristiano se extiende por las calles de España. ¿Qué opina de esto el bárbaro Javier Pérez Royo? El cruceiro gallego de la Plaza Benavente de Madrid derribado. No es vandalismo, es odio religioso”.

Desde Maldita Hemeroteca han comprobado que no hay pruebas del destrozo del cruceiro por “unos vándalos” ni que las razones fuesen religiosas. También aseguran que la Policía Municipal de Madrid indica que la estatua fue derribada por “un integrante de un grupo musical” que se subió a ella “mientras estaba tocando en el lugar”. Además, elDiario.es ha hablado con testigos del suceso, quienes insisten en que fue un accidente.

Tanto Ayuso como Vox se han convertido en Tendencia en las redes sociales por difundir la información falsa al apuntar a vándalos y motivos religiosos por lo que se derribó el símbolo de la plaza.