Desde su creación en 1956, el Balón de Oro ha contado con 68 ganadores diferentes. El premio que reconoce al mejor jugador del mundo, creado por la revista francesa, France Football, en sus inicios solo se limitaba a jugadores europeos (Maradona y Pelé no tienen uno por esa razón). No fue hasta 1995 cuando el codiciado trofeo abrió sus fronteras al resto de continentes, y ese mismo año, el Balón de Oro fue a parar lejos de Europa.

En aquella ocasión, el podio del galardón lo ocuparon el finlandés, Jari Litmanen, que quedó tercero; Jurgen Klismann, delantero alemán del Bayern Munich que ocupó el segundo puesto, y por primera y única vez en la historia, un africano quedó primero. El liberiano George Weah recogió el Balón de Oro en 1995. “Este premio es para África”, dijo emocionado nada más conocer que era el ganador.

Weah nació en Monrovia, Liberia, en 1966. Jugando al fútbol con sus amigos en las calles, destacó gracias a su talento innato para marcar goles y su habilidad en el regate. A los 15 años se marchó a Camerún para jugar en el Tonnerre Yaoundé, club en el que se convirtió en el mejor jugador del campeonato. En las agendas de los equipos europeos comenzó a aparecer el nombre del liberiano, y en 1988, fue el Mónaco el que dio el paso de incorporarlo a sus filas.

 

El mejor jugador africano del siglo XX

Su adaptación a Europa fue rápida. En su primera temporada en el cuadro monegasco anotó 17 goles bajo la dirección de una leyenda de los banquillos como Arsène Wenger. Pasó en el Principado cuatro años y consiguió un título: una Copa de Francia. Su gran rendimiento le llevó a fichar por el PSG, que por aquel entonces no era la potencia que es hoy gracias al dinero qatarí.

El africano comandó a un equipo que en 1994 logró el primer título liguero de su historia. Al año siguiente, disputó la Champions con los parisinos. Su primera vez en el torneo. No importó que fuera debutante. Quedó pichichi de la máxima competición con 7 goles en 10 partidos, llevando al PSG a unas semifinales de la Champions en las que, paradójicamente, cayó contra el que sería su club al año siguiente, el Milán.

La carrera del exfutbolista africano, George Weah

El verano de 1995 supuso un cambio de aires para Weah, que tras 7 años en Francia recaló en Italia. A mediados de temporada, recibió su ansiado Balón de Oro, que ganó con cifras muy lejanas a las que acostumbraron Cristiano Ronaldo y Leo Messi, pero que, en aquel momento, eran muy buenas. Con el Milán disfrutó de sus mejores años como profesional y consiguió ganar en dos ocasiones el Scudetto, aunque se le resistió la Champions. Tras 5 años en Milán, en enero del 2000 se marchó 6 meses cedido al Chelsea, para después terminar su carrera en el Al-Jazira árabe en 2003, aunque entre medias también estuvo en el Manchester City y en el Olympique de Marsella.

 

Una carrera política no tan exitosa como la deportiva

11 años después de su retiro futbolístico, Weah dio el salto al mundo de la política cuando se convirtió en senador de Liberia. En 2017, se presentó a las elecciones presidenciales de su país, y de forma sorprendente, consiguió ganarlas. El liberiano suscitó grandes esperanzas en la población de un país sumido en la pobreza tras atravesar guerras civiles y crisis pandémicas por culpa del virus del Ébola, pero no logró revertir la situación.

Durante los primeros años de mandato, la exestrella de fútbol comenzó la construcción de carreteras y concedió ayudas para los estudios universitarios, pero en materia económica fue duramente criticado. La inflación en el país alcanzó cotas del 30%, el funcionariado no recibía los pagos de forma regular y tampoco había liquidez, lo que impedía a los titulares de las cuentas bancarias retirar dinero. Además, los ciudadanos convocaron varias manifestaciones en contra de Weah, decepcionados por su gestión.

El expresidente de Liberia, George Weah. EP

Su etapa como presidente de Liberia finalizó en 2023, cuando perdió las elecciones contra el líder de la oposición, Joseph Bokai. Su legado como político no estuvo a la altura del que dejó como futbolista profesional, inspirando a toda una generación de niños africanos para que lucharan por triunfar en el mundo del deporte. Weah tiene un hijo que es futbolista profesional, Timothy. Milita en la Juventus de Turín, pero a diferencia de su padre que defendió la selección de su país, juega internacionalmente para Estados Unidos.

En 2024, Rodrigo Hernández recibió el segundo Balón de Oro español en toda la historia de las manos del mítico George Weah, el mejor jugador del continente africano en el siglo XX. Su Balón de Oro, salvo sorpresa mayúscula (Salah no está en la terna de favoritos para ganarlos esta temporada), seguirá siendo el único que se quedó en África, al menos otro año más.

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