UGT y CCOO, los dos sindicatos más relevantes a nivel nacional, tienen una petición clave para el Gobierno: no congelar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2021, sino aumentarlo más allá de los 950 euros aprobados este año. El objetivo de los sindicatos es que alcance los 1.000 euros el próximo año.

El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha exigido públicamente al Gobierno en las últimas horas que "siga en la senda de aumento del salario mínimo, que nos lleve a que al final de la legislatura a que esta retribución sea del 60% del salario medio”.

Igualmente, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, lanza una advertencia clara al Ejecutivo: "Comisiones Obreras no va a aceptar que se congele el salario mínimo interprofesional en 2021, cuando tenemos el compromiso del Gobierno de que llegue al 60% del salario medio al final de la legislatura, cuando debería situarse en torno a los 1.100 euros al mes".

Entre algunos de los aspectos más críticos de la medida, el líder de UGT asegura que la congelación no puede producirse porque afecta especialmente a los trabajadores del campo y los menos cualificados del sector servicios, precisamente “los peor tratados por la crisis generada por la pandemia”.

Los Presupuestos contemplan la congelación del SMI

Este debate surge ahora porque los Presupuestos Generales del Estado (PGE) 2021 incluyen una congelación del salario mínimo, como consecuencia del aumento de las bases mínimas de cotización. Sin embargo, el Ministerio de Trabajo afirmaba en la presentación de los Presupuestos que la congelación no se produciría en ningún caso.

Los sindicatos denuncian que aún no han sido convocados a la mesa de diálogo para debatir qué ocurrirá con el SMI el próximo año. La norma no obliga al Gobierno a celebrar un proceso de negociación con ellos, solo a informarles de la decisión. A pesar de la legislación, todo apunta a que se debatirá en la mesa de diálogo social con sindicatos y patronal, tal y como ha ocurrido con las medidas tomadas en los últimos meses.

Precisamente la patronal no está de acuerdo con la petición de los sindicatos y su presidente, Antonio Garamendi, ya se pronunció sobre ello hace unos días. “No es el momento de subir el SMI”, recalcaba el líder de los empresarios españoles.

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"Con la situación en la que están las empresas, especialmente las más vulnerables; después de que el año pasado no se indexaron los contratos públicos que afectan a una serie de empresas al salario mínimo y valorando con toda claridad que lo importante es el empleo, que incluso la propia Unión Europea ha planteado en un documento que habría pérdida de empleos como consecuencia de la subida, desde luego, no es el momento de habar de estos temas", ha asegurado Garamendi en la presentación de las iniciativas estratégicas para la recuperación y transformación económica.

Derogación de la reforma laboral

Además de la no congelación del SMI, los sindicatos también han comenzado a lanzar alertas sobre la derogación de la reforma laboral o, como inicio, la derogación de los aspectos más lesivos de esta. La derogación de la reforma laboral es uno de los principales puntos de enfrentamiento entre sindicatos y patronal desde el inicio de las negociaciones y parece que continuará.

Los líderes sindicales aseguran que el Ejecutivo estaría dando “derecho de veto a la patronal”, algo que rechazó rotundamente la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, este mismo miércoles. "No se puede pedir consenso con la patronal porque no lo van a dar", asegura el líder de UGT.