El Ministerio de Trabajo y Economía Social, junto con los sindicatos CCOO y UGT, y las patronales CEOE y Cepyme, continuarán negociando la reducción de la jornada laboral semanal a 37,5 horas en 2025 tras no alcanzar un acuerdo en la reunión de la mesa de diálogo social celebrada este lunes. La próxima reunión se ha programado para el 9 de septiembre, justo después de las vacaciones de verano.
El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, ha destacado el tono "constructivo" de la reunión y el compromiso de las patronales de estudiar seriamente la propuesta del Ministerio. Esta incluye la aplicación flexible de la reducción de jornada a lo largo de 2025, la mejora del registro de jornada y la garantía del derecho de los trabajadores a la desconexión digital.
Pérez Rey ha subrayado que las patronales han mostrado un compromiso serio con la propuesta del Gobierno sobre estos tres elementos: desconexión, registro y reducción de jornada. Además, ha defendido que la flexibilidad ofrecida permitirá que la reducción de jornada entre en vigor a lo largo de 2025, sin afectar a los convenios colectivos vigentes, la mayoría de los cuales perderán vigencia entre 2024 y 2025.
El objetivo del Ministerio de Trabajo es alcanzar un acuerdo rápidamente tras el verano, ofreciendo a la patronal márgenes suficientes para que la reducción se haga de manera progresiva y sin alterar significativamente el ritmo de las empresas. Así, Pérez Rey ha enfatizado la importancia de mejorar el registro horario para verificar el cumplimiento legal de la jornada laboral y evitar incumplimientos sistemáticos.
En cuanto al derecho a la desconexión digital, Trabajo ha propuesto garantizarlo tanto en el trabajo presencial como en el teletrabajo. Pérez Rey ha afirmado que los trabajadores tienen el derecho de no responder llamadas o correos electrónicos fuera del horario laboral sin sufrir represalias.
Por su parte, el vicesecretario general de UGT, Fernando Luján, ha apelado a la patronal para que se una de buena fe a la negociación y se incorpore al siglo XXI, ya que la jornada máxima legal en España no se ha modificado desde el siglo XX. Luján recordó que, si la negociación no avanza, los sindicatos iniciarán movilizaciones a partir de septiembre.
El secretario confederal de Estudios y Formación Sindical de CCOO, Carlos Gutiérrez, ha destacado que la reunión ha servido para clarificar el perímetro del posible acuerdo y que el sindicato está abierto a negociar la entrada en vigor de la reducción de jornada siempre y cuando haya posibilidades de un acuerdo. Gutiérrez recordó que la reducción de jornada puede beneficiar a hasta 13 millones de trabajadores.
Ambos sindicatos han advertido que, aunque están dispuestos a ampliar la transición de la reducción de jornada a los convenios, no aceptarán aplazamientos que lleven la implementación más allá de 2025.
Las claves de la propuesta de Trabajo
- Reducción de la jornada laboral: La norma establece una disminución a 38,5 horas semanales este año, reduciéndose a 37,5 horas a partir del 1 de enero de 2025.
- Mejora salarial para empleados a tiempo parcial: Se propone un aumento salarial proporcional para aquellos que mantengan sus horas de trabajo actuales.
- Registro de jornada digital: Las empresas deberán implementar un sistema digital para registrar las jornadas laborales, eliminando los registros en papel.
- Sanciones por incumplimiento: Las penalizaciones se aplicarán por cada trabajador afectado, en lugar de una única sanción por empresa, aumentando así las consecuencias para las compañías infractoras.
Esta propuesta ha sido bien recibida en términos generales por los sindicatos. Tanto UGT como CCOO han señalado algunos aspectos mejorables, pero el borrador refleja la mayoría de sus demandas. Sin embargo, la reacción de la patronal ha sido muy diferente, expresando su descontento tanto con el contenido del texto como con la urgencia que manifiestan los sindicatos y el Ministerio de Trabajo.
Las negociaciones comenzaron el 25 de enero con un diálogo bipartito entre sindicatos y empresarios que concluyó a mediados de junio sin alcanzar ningún acuerdo. Ante esta situación, el Ministerio de Trabajo presentó su propuesta y quedó a la espera de una respuesta formal de la CEOE.
Por su parte, la propuesta de Trabajo para la reducción de jornada es una medida que beneficiará, previsiblemente, a unos 12 millones de personas. Según los cálculos de UGT, el primer paso para la reducción de jornada planteada por el Gobierno supondrá una adaptación del horario de entre 3 y 4 millones de trabajadores, mientras que el segundo paso, hasta llegar a las 37,5 horas, beneficiará a casi 10 millones de trabajadores. En lo que concierne a lo que resta de 2024, este cambio se materializaría en una rebaja de 9 días en los convenios que tienen el máximo de horas legales y de unos 14 días en 2025, cuando la jornada se reduzca a las 37,5 horas semanales.
Los beneficios de la reducción de la jornada laboral
La reducción de la jornada laboral se presenta como una medida con múltiples beneficios, tanto para los trabajadores como para las empresas. Dos áreas clave donde se observan estos beneficios son la salud mental de los empleados y la productividad en el lugar de trabajo.
Uno de los beneficios más significativos de reducir la jornada laboral es la mejora de la salud mental de los trabajadores. Las jornadas laborales largas y extenuantes están asociadas con altos niveles de estrés, ansiedad y agotamiento. Estos problemas pueden conducir a trastornos más graves como la depresión. Al reducir las horas de trabajo, los empleados tienen más tiempo para descansar, recuperarse y dedicarse a actividades personales y familiares, lo cual es crucial para su bienestar emocional.
Estudios han demostrado que los trabajadores que tienen una mejor conciliación entre la vida laboral y personal son menos propensos a sufrir agotamiento y más capaces de manejar el estrés. Este equilibrio no solo mejora su salud mental sino que también reduce las tasas de absentismo y rotación, ya que los empleados se sienten más valorados y satisfechos con sus condiciones laborales.
Por otra parte, contrario a lo que podría pensarse, reducir la jornada laboral no disminuye la productividad; de hecho, puede incrementarla. La idea de que más horas de trabajo equivalen a mayor productividad ha sido desafiada por diversas investigaciones. Cuando los empleados trabajan menos horas, tienden a ser más enfocados y eficientes durante su tiempo de trabajo. Saben que disponen de menos tiempo para completar sus tareas y, por lo tanto, gestionan mejor su tiempo y eliminan distracciones. Además, al estar menos fatigados, son más creativos y toman mejores decisiones.
Las empresas también se benefician de la reducción de la jornada laboral a través de una fuerza laboral más saludable y productiva. Empleados felices y saludables son más propensos a estar comprometidos con su trabajo, lo cual puede traducirse en una mayor calidad del trabajo y en una cultura empresarial positiva. Además, las empresas pueden ver una disminución en los costos relacionados con la salud y el bienestar de los empleados, como los gastos médicos y las bajas por enfermedad.