La reforma laboral es, sin duda, la protagonista indiscutible de la jornada. Tras meses y meses de negociaciones, los agentes sociales llegaron finalmente a un acuerdo en vísperas de Navidad. Un acuerdo que este jueves 3 de febrero debe superar el último escollo en trámite parlamentario. Con la casi certeza de que se convierta en una realidad, estas son las mejoras para los trabajadores en el nivel más práctico y tangible.

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1. Suben los salarios por la vuelta al convenio sectorial

La vuelta al convenio sectorial por encima del convenio de empresa ha sido una de las líneas rojas de los sindicatos -UGT y CCOO- en la negociación de la reforma laboral. Ahora, será el sector quien fije los salarios de los trabajadores, con prevalencia sobre la empresa. Esta es una de las medidas que desaparecieron con la reforma laboral de 2012 del Partido Popular y uno de los acuerdos más celebrados por la parte sindical.

Este primer cambio supone una importante mejora, especialmente para los trabajadores de empresas multiservicios -que además suelen ser los más vulnerables- como limpieza, seguridad, mantenimiento o atención telefónica. Los empleados de estos sectores verán ahora sus subidas de sueldo según el sector, y no según su propia empresa. En cálculos de UGT, podría suponer una subida de salario de hasta 12.000 euros más al año. Además, los nuevos convenios de empresa no podrán rebajar las retribuciones del sector y los convenios ya firmados tienen fecha de caducidad para adaptarse a la nueva legislación.

2. Desaparecen los límites a la ultraactividad: las mejoras no caducan

En línea con el papel de los convenios a la hora de subir salarios, la reforma laboral acordada por los agentes sociales elimina los límites a la ultraactividad, otra de las peticiones esenciales de los sindicatos y uno de los grandes cambios frente a la reforma laboral del Partido Popular de 2012. En concreto, pone fin al límite de un año a la ultraactividad de los convenios colectivos.

Es decir, si el convenio colectivo llega al fin de su vigencia y las partes no llegan a un acuerdo se prorroga hasta alcanzar uno nuevo. Pero, ¿qué ocurría con la reforma laboral de Rajoy? En caso de no alcanzar dicho acuerdo, las partes tenían un año como máximo para negociar uno nuevo, con la posible pérdida de derechos y mejoras anteriores. Ahora entra en vigor la ultraactividad indefinida y, en ningún momento, los trabajadores perderían derechos. En otras palabras, se produce un reequilibrio de poder entre empresa y trabajador.

3. Límites a las subcontratas: los mismos derechos que la empresa principal

Este tercer cambio supone el freno a uno de los problemas estructurales de la economía española, la precariedad. La reforma laboral incluye que las empresas subcontratas deben aplicar el convenio colectivo de la actividad que desarrollan, es decir, los mismos derechos y condiciones laborales que la empresa principal. En este caso, también serán los trabajadores más vulnerables como los de los servicios de limpieza, telemarketing o de otras empresas multiservicios -donde esta práctica es habitual- quienes más se beneficien de la medida.

4. Menos temporalidad: acabar con uno de los problemas estructurales nacionales

Estrechamente relacionada con la precariedad laboral está la excesiva temporalidad en el mercado de trabajo nacional. Un problema que afecta especialmente a los jóvenes y también a los empleados de los sectores menos cualificados. Para ello, Trabajo y agentes sociales han pactado reducir el número a contratos a tres: indefinido, temporal y de formación; reforzando la causalidad de los contratos temporales.

En otras palabras, las empresas tendrán que justificar muy bien la causa de los contratos temporales y, en caso de no poder hacerlo, tendrá que recurrir a los otros dos modelos. En el ámbito de contratos hay un especial perjudicado en la reforma laboral: el contrato por obra y servicio, que ahora desaparece de la legislación española.

Los empresarios solo podrán recurrir a los contratos temporales bajo dos modalidades. En primer lugar, por la sustitución de trabajadores y, en segundo, por circunstancias de la producción. ¿Qué se consideran circunstancias de la producción? El acuerdo incluye dos circunstancias diferentes: causas “imprevisibles” ante picos inesperados de producción o causas “previsibles” pero de muy corta duración, reservado casi para campañas comerciales o agrícolas.

5. Menos tiempo para ser considerado trabajador fijo

Esta no es la única medida para frenar la temporalidad -uno de los principales problemas del mercado laboral español- sino que lo pactado por los agentes sociales también reduce el periodo por el que un trabajador temporal que encadena varios contratos pasa a ser considerado fijo. En cifras, pasan de un máximo de 24 meses en un periodo de 30 de la reforma laboral de Rajoy a un máximo de 18 meses en un periodo de 24.

Además, el acuerdo contempla que contratar de forma temporal sea más caro que el indefinido, en aras de impulsar el cambio en el sector empresarial. El endurecimiento de las sanciones económicas prevé traer consigo un menor nivel de fraude en la contratación laboral ya que las empresas que lo hagan de forma irregular sufrirán sanciones por 10.000 euros más en los casos más graves, que además afectarán por trabajador. También los contratos legales, de una duración corta, serán más caros para el empresario, con el objetivo de desincentivar su uso.

6. El contrato indefinido por defecto

El contrato indefinido será el que se asumirá en un primer momento por defecto. Los propios datos de paro y empleo conocidos sobre el mes de enero, en el primer mes en vigor de la reforma laboral, revelan un fuerte impulso de la contratación indefinida entre las empresas españolas.

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Más allá del indefinido como base y de los límites al temporal, aparece el contrato fijo-discontinuo dentro de este último. Desde Trabajo quieren impulsar este modelo en sustitución del contrato temporal, por el que el trabajador tiene una relación estable con su empresa, aunque solo trabaje en periodos concretos de actividad, es decir, en actividades muy estacionales como las campañas de hostelería o comercio.

7. Impulso a los contratos formativos

El impulso a la formación es una de las claves de la legislatura y, por tanto, la reforma laboral también contempla sendas medidas que beneficien en la práctica la contratación formativa. En este caso, se reformula el modelo laboral para fomentar su utilización, como una puerta de entrada real de los más jóvenes al mercado de trabajo. Así, habrá dos tipos: contratos formativos “en alternancia” en paralelo a los estudios y “para la obtención de la práctica profesional” para aquellos que ya cuentan con un título.

Asimismo, aumenta en cinco años la edad para optar a un contrato “en alternancia”, hasta los 30 años. En esta línea, se rebaja la duración mínima de este modelo de contrato, que será de tres meses como mínimo y de dos años como máximo, desde los tres años de la reforma laboral de Rajoy. Y también se reduce la duración máxima del contrato formativo “para la obtención de la práctica profesional” hasta un año, desde los dos años máximos.

8. Los ERTE se mantienen como medida de protección

Quizás una de las pruebas más positivas de la pandemia ha sido la validez y eficacia de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) como medida de protección a los trabajadores en periodos de crisis o de baja producción. La reforma laboral pactada incluye el mantenimiento de esta medida con novedades como la posibilidad de las empresas de recibir ayudas a la cotización, la imposibilidad de realizar horas extra y de externalizar servicios durante su vigencia. Además, se plantea la creación de nuevas sanciones laborales para evitar abusos en los ERTE.

El manteniendo de los ERTE más allá de la pandemia incorpora el Mecanismo Red. Una herramienta de flexibilidad interna para las empresas que actuará como colchón del empleo ante futuras crisis económicas o, incluso, del propio sector. El objetivo es el mismo que el de la pandemia: dar seguridad y alternativas a las empresas para no tener que recurrir al despido en momentos críticos o de incertidumbre.

En la práctica, incluye ayudas a las empresas con un ahorro que irá del 20% al 90%, a cambio de planes de formación a los trabajadores y compromiso de mantenimiento del empleo durante seis meses, unas condiciones similares a las de los ERTE por coronavirus. Asimismo, los trabajadores afectados por el Mecanismo Red recibirán una prestación similar a la de desempleo, con alrededor del 70% de la base de cotización.

Así, las cuatro claves de la reforma laboral pactada por Gobierno y agentes sociales se podrían desgranar en estas ocho medidas principales, que ayudarán a los trabajadores a recuperar derechos y mejorar sus condiciones laborales, siempre que la clase política termine este jueves con la aprobación en trámite parlamentario.