La estanflación es, por definición, el concepto que define la aceleración de la inflación mientras se produce un estancamiento de la economía. Este concepto fue acuñado en 1965 por el ministro de Finanzas británico, Ian McLeod, como una combinación de los términos estancamiento económico e inflación en un discurso ante la Cámara de los comunes. El economista se refirió a la estanflación en ese momento como “lo peor de ambos mundos”.

Fue a finales de los años 60 cuando se popularizó el término y desde entonces los expertos económicos han advertido del problema que supone para el gobierno de ese momento. Ante un fenómeno así, deben elegir entre las medidas usadas habitualmente para aumentar el crecimiento económico, con el consiguiente crecimiento de la inflación; o bien, con políticas para luchar contra la inflación que, de forma negativa, reducen la actividad en situaciones de paro.

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El debate se traslada a los bancos centrales, que son habitualmente los responsables de tomar la decisión. En otras palabras, los bancos centrales deben elegir entre reactivar la economía o frenarla a través del ajuste del tipo de interés del dinero. Por un lado, reducir el tipo de interés aumenta el crecimiento económico, pero aumenta la inflación. Por otro lado, aumentar el tipo de interés permite hacer frente a la inflación, pero reduce el crecimiento económico.

¿Por qué se produce la estanflación?

Se considera estanflación el momento en que la recesión económica llega acompañada por una alta inflación. En el momento en que confluyen estos dos fenómenos se podría hablar de estanflación, uno de los peores escenarios económicos posibles por la dificultad de manejar la situación, según los expertos.

En el momento actual, los economistas mencionan varias causas que podrían terminar en una situación de estanflación, y que ya daban las primeras señales antes de la guerra de Ucrania:

  • Repunte de la inflación. La inflación lleva casi un año al alza tras superar los peores momentos de la pandemia. La inyección de dinero público a las economías nacionales, ya sea mediante programas de aumento del gasto público y flexibilización de las reglas de estabilidad fiscal o a través de estímulos monetarios, han contribuido al encarecimiento de los precios.
  • Fin de las políticas expansivas. Durante meses, precisamente por el impacto de la pandemia, los bancos centrales han reducido los tipos de interés y han acelerado el ritmo de compra de activos para limitar, lo máximo posible, el daño a las economías nacionales, tanto en Estados Unidos -a través de la Reserva Federal- como en la Unión Europea, a través del Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo, esta tendencia ha llegado a su fin, conscientes de la subida de la inflación, y ya han anunciado sus primeros planes para aumentar de forma progresiva los tipos de interés y reducir el ritmo de compra de activos.
  • Política energética. Los precios y la política energética son otros de los factores de alerta, según los expertos, ya que se ha producido un fuerte encarecimiento en los últimos meses. Con el estallido de la guerra de Ucrania, la situación ha empeorado y los países europeos se reúnen esta semana para tomar una decisión que reduzca la dependencia energética de Rusia y mejore la gestión para los Estados miembros.

Con estos factores, los expertos aseguran que la guerra de Ucrania ha empeorado las perspectivas y alertan de que aumenta la probabilidad de alcanzar un escenario de estanflación. Incluso la AIReF ha lanzado su mensaje: "La invasión de Ucrania eleva el riesgo de un escenario de estanflación en la Unión Europea, donde la elevada inflación podría tornarse más persistente, desatando espirales alcistas y efectos de segunda ronda que complicarían el proceso de normalización de la política monetaria".

¿Cuál es la mejor solución?

Con el debate entre inflación y crecimiento de la economía, buscar la mejor solución es tarea complicada para la clase política que gobierne en ese momento. Las políticas monetarias y fiscales expansivas, habituales para dinamizar una economía en recesión, empeoran el componente corresponde a la inflación dentro del término. En el lado contrario, las políticas monetarias restrictivas -aquellas utilizadas para combatir la inflación- afectan al componente recesivo de la estanflación. 

Según los expertos, la solución a la estanflación debería buscarse en el marco de una estrategia integrada, con medidas de política económica capaces de combatir la inflación y el estancamiento de la economía, mediante una política mixta fiscal y monetaria que actúe de forma coordinada.

Asimismo, la solución debería tener en cuenta los efectos colaterales, una política de rentas complementaria si se ajusta la inflación a los salarios reales, medidas para reducir los costes de ajuste o costes de información en el mercado laboral, reformas microeconómicas que mejoren la eficiencia de los mercados, políticas regionales que frenen el aumento del paro, cambios estructurales e institucionales o incluso medidas que restablezcan el ritmo de crecimiento de la productividad.