La falta de acuerdo en el seno de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) + Rusia, especialmente entre Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudí, podría entorpecer la recuperación económica a nivel global y ralentizar la transición energética, sobre todo en los países emergentes o en desarrollo.

El enfrentamiento sucede a raíz de que la mayor parte de los miembros de la OPEP y sus socios están de acuerdo en aumentar en 400.000 barriles diarios cada mes a partir de agosto el crudo que sacan al mercado, sin embargo, los EAU reclaman un aumento de su cuota. ¿Por qué?

Según The Financial Times, EAU quiere unas nuevas cuotas que representen con mayor fidelidad su potencial de producción de petróleo, que se ha incrementado en los últimos años. De hecho, la tensión en el seno de la Organización ha llegado a tal extremo que EAU - que es miembro de la OPEP desde el año 1967- se ha planteado abandonar el grupo, lo que le permitiría impulsar su producción de petróleo en lugar de operar a dos tercios de su capacidad para cumplir con las cuotas de producción del cartel.

Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés): "El estancamiento de las negociaciones de la OPEP + Rusia significa que hasta que se logre un compromiso, las cuotas de producción se mantendrán en los niveles de julio. Es decir, existe “la posibilidad de una batalla por la cuota de mercado, aunque sea remota, se cierne sobre los mercados, al igual que la posibilidad de que los altos precios del combustible aviven la inflación y dañen una frágil recuperación económica”.

En ese caso, los mercados petroleros se ajustarán significativamente a medida que la demanda se recupere de la caída provocada por el Covid-19 el año pasado” ya que de mantenerse el bloqueo en la OPEP, la tensión en los mercados crecerá ante el fuerte incremento de la demanda. En este contexto cabe señalar que el precio de los combustibles se ha disparado en Estados Unidos y en Europa, sobre todo en los países emergentes. En España por ejemplo, el precio del carburante alcanzaba su máximo nivel desde el mes de junio de 2019 en la reciente operación salida iniciada a principios de julio de 2021.

Además, la Agencia augura que en el tercer trimestre del año se podría producir la mayor caída de inventarios de petróleo crudo en al menos una década. Las reservas de productos refinados también caerán a medida que los conductores frustrados las restricciones comiencen a desplazarse.

En este contexto, la variante del coronavirus DELTA está afectando gravemente al mercado del crudo ya que incrementa la incertidumbre entre los inversores y petroleras. Por ello, la IEA urge a la Organización a llegar a un acuerdo que aporte una mayor estabilidad en el mercado y evite la volatilidad que está afectando a la transición energética, a los productores y a los consumidores.

Las renovables ganan terreno

Respecto a la demanda mundial de petróleo, la IEA asegura que “podría alcanzar su punto máximo antes de lo que se pensaba anteriormente si un mayor enfoque de los gobiernos en la energía limpia se convierte en políticas más fuertes y los cambios de comportamiento inducidos por la pandemia se arraigan profundamente”.

Además uno de los incentivos que plantea la IEA es que a través del impulso de las energías limpias y la reducción del consumo de combustibles fósiles se podrán crear millones de empleos y lograr el cero neto en 2050.