El exministro de economía Miguel Sebastián, tras las informaciones que señalan que habría sido presuntamente espiado por el excomisario Villarejo y por encargo del que fuera presidente del BBVA, Francisco González (FG), considera que estamos ante "el mayor escándalo de corrupción corporativa de la democracia española", según han comunicado sus abogados en una nota de prensa. Por tanto ha solicitado a la Audiencia Nacional poder personarse como acusación particular en las diligencias previas que los juzgados han abierto para investigar estos hechos. 

Los abogados de Sebastián -el bufete CSS Abogados- también trasladan que su representado considera que, en caso de probarse las informaciones publicadas, "se habrían utilizado recursos del BBVA para la defensa de posiciones internas de poder en perjuicio de los accionistas minoritarios". Y que Sebastián, en aquel tiempo Secretario de Estado y director de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno, habría tenido intervenidas sus conversaciones telefónicas, tanto las privadas como las oficiales, y "habría sido objeto de seguimientos y vigilancias continuadas y que, incluso, se llegó a construir un falso relato en torno a su persona con el propósito de desacreditarlo ante los demás e intentar torcer su voluntad"

El BBVA calla y no condena

A pesar del tiempo ya transcurrido desde que aparecieron las primeras noticias sobre este asunto, los abogados lamentan que ningún representante del BBVA se ha disculpado públicamente por tales hechos, ni se ha dirigido a Sebastián "aunque solo fuese para informarle de las medidas internas que se piensan adoptar o para transmitirle su voluntad de prestarle ayuda y colaborar en la identificación de los responsables y en la defensa de los derechos de las personas perjudicadas", prosiguen. Con independencia del esclarecimiento penal de los hechos, afirma el bufete, "la más elemental política de compliance obliga al actual equipo directivo del BBVA a ofrecer una mínima explicación a las personas cuya intimidad fue drásticamente vulnerada y a las que, como ocurre singularmente en el caso de mi patrocinado, se les “fabricó”, por encargo, un falso relato acerca de su vida personal, con el solo propósito de desacreditarlo ante los demás y crear un contexto intimidatorio. Tampoco se adoptó una sola medida de apartamiento o suspensión cautelar de aquellas personas presuntamente implicadas y que todavía desempeñan ciertas tareas de representación institucional del BBVA. Esta opacidad y pasividad en la respuesta, unida a los hechos anteriormente descritos que, sin perjuicio de su definitiva calificación jurídico-penal, son indiciariamente delictivos y atribuyen a D. Miguel Sebastián la condición de persona ofendida por el delito/os, son los que explican y justifican su personación como acusación particular en las citadas diligencias penales".

Desde que aparecieron las primeras informaciones, publicadas por los diarios Moncloa.com El confidencial, el BBVA ha ofrecido reacciones con cuentagotas, sin querer pronunciarse al principio, luego afirmando que había en marcha una investigación interna desde junio, llevada a cabo por los bufetes Garrigues, Uría y la auditora PwC, pero defendiendo a ultranza a FG, que fue mentor y patrocinador del actual presidente ejectuvo de la entidad, Carlos Torres Vila. Tanto el Banco Central Europeo como el Banco de España han expresado su preocupación por estas informaciones y apremiado al BBVA para que esclarezca los hechos, sin que el banco haya respondido hasta ahora.