Cuando el Edificio Windsor ardió el 12 de febrero de 2005, llevándose por delante las oficinas de la auditora Deloitte que tenía allí su sede, el fuego devoró una misteriosa auditoría realizada a la sociedad de valores FG Inversiones Bursátiles, solicitada por la Fiscalía Anticorrupción para esclarecer el pelotazo por el que Francisco González (FG) vendió su compañía a Merryll Lynch por 3.700 millones de pesetas en 1996 (unos 36,4 millones de euros ajustando la inflación). Meses después de la transacción, su aimigo personal y presidente del Gobierno en aquel momento, José María Aznar, le puso al frente de lo que entonces era la banca pública, Argentaria. Para luego privatizarla y que su amigo quedase al frente de uno de los mayores bancos españoles. 

¿Por qué la fiscalía había encargado dicha auditoría? Pues parece ser que la multimillonaria venta tenía una pega y es que el aparente genio inversor de Franciso González escondía unas pérdidas de 800 millones de pesetas, que había disimulado con ingeniería contable para la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el comprador y el auditor (Deloitte) no reparasen en el "agujero". Sin embargo alguien dio el chivatazo a Merryl Lynch y el comprador pudo examinar directamente las inversiones fallidas, siguió adelante con la compra pese a todo e informó en una carta a la CNMV de lo averiguado. Y no hubo más. No se anuló la venta, ni se interpusieron acciones legales. 

Más adelante la Fiscalía Anticorrupción se interesó por dicha carta, por lo que la solicitó a la CNMV. Y ésta informó de que el documento se había perdido durante los años en los que fue presidida por Juan Fernández-Armesto Fernández-España que, casualidad, era abogado personal de Francisco González y también fue nombrado por José María Aznar. 

¿Dónde localizar esa carta, entonces? Merrill Lynch, tenía una copia de la misma que había entregado al auditor de FG Inversiones, así que el juez pidió a Deloitte la documentación. Pero la auditora tampoco pudo aportar los papeles. El edificio Windsor, donde tenía su sede la también auditoria de Bankia, ardió toda una noche.