El expresidente del BBVA y actual presidente honorífico de la entidad, Francisco González (FG), contrató supuestamente los servicios de espionaje del comisario retirado José Manuel Villarejo. Uno de los afectados fue Miguel Sebastián, por entonces el jefe de la Oficina Económica de José Luis Rodríguez Zapatero. La red Villarejo pretendió relacionarle con un presunto amante cubano llamado Iván. Este lunes, Miguel Sebastián ha hecho pública una carta a través de La Información en la que agradece a Iván que no se prestara al montaje.

“Hola Iván. No te conozco. Ni tú a mí. Probablemente no existas. Pero, en caso de que fuera así, me gustaría hacerte llegar esta carta pública de agradecimiento”, arranca la misiva.

“Al parecer, eres de Cuba y en 2004 te encontrabas en Madrid, ganándote la vida como camarero. Y fuiste el objeto de deseo de una trama criminal que buscaba extorsionarme con una presunta relación entre nosotros que nunca existió”, dice Sebastián, quien añade que “me imagino que te ofrecieron mucho dinero, que a ti te habría venido muy bien, a juzgar por tu actividad laboral esos días. También me imagino que te ofrecieron papeles y favores administrativos, que también te habrían venido bien, por las dificultades que muchos teníais en esas fechas, en una situación de irregularidad, que nuestro gobierno puso en orden”. “En definitiva, seguro que te hicieron una gran oferta, a cambio de una mentira”, espeta.

“Pero tú te negaste. Probablemente les enfureciste con tu negativa. Pero ni siquiera el poder de aquellos extorsionadores, relacionados con las cloacas del Estado, te amedrentó” continúa la carta.

El exjefe de la de la Oficina Económica de Zapatero le agradece que no cayera en la tentación a pesar de que “no me conocías de nada ni debería importarte lo que pudiera pasarme”. “Con tu negativa, quince años después te has convertido en una de las pocas personas que han mostrado dignidad en todo este turbio asunto”, escribe.

Miguel Sebastián concluye la misiva lamentando que “otros muchos, incluyendo servidores públicos y algunos periodistas, no resistieron la tentación del dinero sucio”.