El mercado de renta variable  y  el de los bonos gubernamentales están experimentando un patrón atípico que algunos inversores empiezan ya a temer. Todo sugiere que el repunte en enero de las bolsas está destinado a terminar en el corto plazo y que las bolsas sufran un nuevo varapalo que las sitúen en los mínimos vistos al final del pasado año.

Los principales índices comenzaron enero con una nota optimista, cerrando su mejor mes desde la década de 1980. Las ganancias son un testimonio de una mejora en el sentimiento sobre las negociaciones comerciales de los Estados Unidos y China, hasta ahora sin evidencias de progreso, así como la confianza creada por el repentino fin en el proceso de subidas de tipos interés en Estados Unidos y por la caída de expectativas de tipos mas altos en Europa.

Sin embargo, los rendimientos de la deuda pública tanto a corto como a más largo plazo han experimentado un descenso continuado durante todo el mes, un comportamiento que históricamente ha significado un pesimismo creciente respecto a la evolución de la economía.

El rendimiento de los bonos del tesoro americano ha disminuido durante tres meses consecutivos. Eso marca su racha más larga de caídas mensuales desde el verano de 2015, cuando los temores de que una desaceleración económica en China se propagara en todo el mundo, provocaron una caída pronunciada en las bolsas.

El Tesoro americano en diez años

El Tesoro americano en diez años​

Lo mismo ha ocurrido en Europa. La referencia del mercado, el bono de diez años alemán ha caído en rentabilidad hasta un 0,16% acercándose a los mínimos históricos vistos a final de 2016, y todo ello a pesar de que el Banco Central Europeo dio por terminado a final de año su programa de compra de activos lo que en principio debería haber ayudado a que las rentabilidades subieran.

Rentabilidad bund alemán

Rentabilidad bund alemán

Es por tanto obvio que existe una separación entre donde el mercado de acciones ve la economía y donde lo ve el de renta fija.  Cuando los puntos de vista de los dos mercados converjan, lo mas probable es que las bolsas se vean afectadas por una nueva ola de volatilidad con renovadas tensiones y presiones vendedoras.

Para los inversores en renta fija, la disminución de los rendimientos es relativamente sencilla de explicar. La economía tanto de Europa como de Estados Unidos ha mostrado evidentes focos de debilidad en el último año en casi todos los indicadores, que van desde la disminución de la confianza del consumidor hasta la caída del sector manufacturero reflejado en el índice de gerente de compras.

Confianza del consumidor en Europa

Confianza del consumidor en Europa

Índice de gerente de compras de Estados Unidos

Índice de gerente de compras de Estados Unidos

Sin embargo, las previsiones económicas todavía no han llegado al punto de inflexión que anticipen un periodo de recesión generalizado y difieren según la zona económica.

En Estados Unidos, los datos de crecimiento son todavía razonables. Aunque es cierto que se ha producido una desaceleración en las cifras del producto interior bruto y los principales indicadores muestran un descenso de la actividad, las cifras de empleo no han dado todavía señales de debilidad y se mantienen en niveles altos con una tasa de desempleo por debajo del 4%, pero de manera paradójica los crecimientos salariales se mantienen estancados y el consumo interno disminuye, elemento este que preocupa al Banco Central y es una entre otras razones por la que finalizaron el proceso de regularización de tipos de interés.

Otro elemento para tener en cuenta es el aplanamiento y en algunos tramos inversión de la curva de tipos de interés que se considera un indicador avanzado de recesión económica.

En Europa la situación es muy diferente.  El Banco Central Europeo dio un cambio radical a sus previsiones económicas y en su última reunión dio a entender al mercado que probablemente serían necesarias políticas de estímulo.  El crecimiento de la zona euro se han ido desplomando en los últimos meses, Italia ha entrado en recesión técnica y se espera que Alemania deje de crecer en los próximos meses.

Dos son los focos de preocupación del mercado: las consecuencias del enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China que puede extenderse también a Europa, enfrentamiento del que no se prevé ninguna solución satisfactoria en el corto plazo y que ya ha provocado efectos negativos en las economías mundiales incluidas las de China y Estados Unidos y el tremendo embrollo del Brexit que podría tener una consecuencia tan negativa para el Reino Unido como un descenso del 8% en su producto interior bruto , consecuencias que se extenderían evidentemente al resto de los países europeos.

La situación de mercado en la que nos encontramos en la que la renta fija apunta a una dirección distinta que la renta variable es típica de momentos de gran incertidumbre y es lógico si pensamos que la evolución futura de la economía dependerá de decisiones políticas en gran medida imprevisibles.  El daño ya ha sido causado, es posible que todavía se esté a tiempo de revertirlo o al menos de aminorarlo, pero los hechos apuntan a todo lo contrario.

La probabilidad mas alta es la de que las bolsas den su brazo a torcer y concedan la razón a los inversores que han llevado sus fondos a valores refugios como son los bonos gubernamentales de países como Estados Unidos y Alemania.

Podemos por tanto considerar que los repuntes de bolsas que se han producido en el mes de enero no sean más que un movimiento correctivo impulsados en gran medida por un exceso de optimismo y que los movimientos a la baja se reanuden y que muy probablemente veamos niveles por debajo de los mínimos de 2018.

La aversión al riesgo en los mercados continuará y el futuro de la economía global está todavía cubierto por nubarrones que amenazan inestabilidad.