Los accionistas de CaixaBank han dado su visto bueno a la gestión de la cúpula directiva liderada por su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, y su consejero delegado, Gonzalo Gortázar. La junta general de accionistas celebrada este viernes en el Palacio de Congresos de Valencia ha ratificado la reelección del CEO como consejero ejecutivo de la entidad durante los próximos cuatro años, al igual que la permanencia de otras consejeras independientes como Cristina Garmendia y Amparo Moraleda en el consejo de administración de la entidad, también por un periodo de cuatro años. Además, los accionistas de CaixaBank han aprobado el nombramiento de Peter Löscher como consejero independiente, en sustitución de John S. Reed, tras la renuncia de este por acercarse al plazo máximo recomendado de doce años como consejero independiente, tal y como ha explicado Goirigolzarri a los accionistas en su discurso inicial.

El presidente de CaixaBank ha reiterado durante su intervención la importancia de la “búsqueda continua de la excelencia” del gobierno corporativo. “Un gobierno corporativo excelente es la condición necesaria para la sostenibilidad de un proyecto”, ha asegurado Goirigolzarri, que defiende a sus consejeros como “curriculums brillantes y complementarios, y con una enorme experiencia”. En cifras, el Consejo de Administración de CaixaBank se compone de un 60% de consejeros independientes, con un 40% de mujeres. Además, el órgano ha recibido la certificación del índice de buen gobierno corporativo emitido por Aenor con la máxima calificación posible recibida. 

La junta general de accionistas ha aprobado todos los acuerdos sometidos a votación en el orden del día, entre los que destaca el abono de un dividendo de 0,2306 euros por acción con cargo a los resultados financieros anuales de 2022. Un dividendo un 58% más alto que en el ejercicio anterior por la mejora de beneficio en el último ejercicio anual del 29,7%, hasta registrar un beneficio atribuido de 3.145 millones de euros, además de por la sólida posición de capital de la que disfruta la entidad. “Esta cifra mejora respecto al año anterior, pero todavía no está en los niveles fijados en el Plan Estratégico y que los diferentes inversores exigen a una industria como la nuestra. Confiamos en seguir mejorando en los próximos trimestres para alcanzar el reto fijado de superar el 12% en 2024”, ha explicado durante la junta el consejero delegado, Gonzalo Gortázar

Además del reparto de dividendos, los accionistas han ratificado las cuentas anuales individuales y consolidadas, y a sus respectivos informes de gestión, correspondientes a 2022; así como la gestión del Consejo de Administración durante el ejercicio. Los accionistas han aprobado también otros acuerdos incluidos en el orden del día de la junta como la modificación de la Política de Remuneración del Consejo de Administración y la autorización y delegación de facultades para la interpretación, subsanación, complemento, ejecución y desarrollo de los acuerdos adoptados por la junta. 

Los accionistas aprueban las cuentas de 2022, marcadas por la integración total de Bankia

Los accionistas han dado el visto bueno a las cuentas anuales presentadas al cierre de 2022, así como la gestión de la entidad más allá de los resultados financieros. “Hemos mantenido un fuerte músculo comercial y hemos gestionado la calidad del activo y la solidez del balance de forma notable, tanto en España como en BPI en Portugal”, celebraba Goirigolzarri durante su intervención inicial ante sus accionistas. El ejercicio 2022 ha estado protagonizado en CaixaBank por la integración total de Bankia tras la fusión, “el proceso más grande que se ha realizado en el sector bancario en España”, en palabras de Goirigolzarri. 

El segundo de CaixaBank, y consejero delegado, Gonzalo Gortázar, ha recordado las cifras de beneficio y los principales datos que revelan la mejora de los resultados financieros de la entidad en el ejercicio 2022. Tanto el presidente como el CEO han lanzado sendos mensajes de calma y tranquilidad a sus accionistas sobre el modelo diferencial y diversificado de CaixaBank, y la banca española, ante los colapsos de algunas de las entidades financieras más importantes a nivel internacional. “Tanto las posiciones de solvencia como todos los instrumentos de supervisión, vigilancia y capacidad de actuación ante potenciales crisis son muy superiores a las de hace una década y, por lo tanto, el nivel de resistencia es muy alto”, ha asegurado el segundo de la entidad.

“Esta fortaleza es un bien común para el país y es muy positivo para todos contar con un sistema financiero así porque es una fuente de confianza para individuos, empresas y por tanto para la sociedad en general. Es muy positivo para todos contar con un sistema financiero fuerte y nos debe dar confianza”, ha asegurado Gortázar durante su intervención.

CaixaBank reparte 1.700 millones en dividendos

Con el pago del dividendo de 0,23 euros por acción, que se hará efectivo a partir del próximo 12 de abril, el payout correspondiente al ejercicio 2022 de CaixaBank alcanza el 55% sobre el resultado atribuido, equivalente a 1.730 millones de euros, en línea con la política de dividendos acordada por el Consejo de Administración de la entidad para el ejercicio 2022. Si a esta cifra se añaden los 1.800 millones de euros de la recompra de acciones durante los últimos siete meses de 2022, la remuneración total al accionista supera ya los 3.500 millones de euros.

El reparto de dividendos de CaixaBank revierte directamente a la sociedad ya que sus dos principales accionistas son Fundación ”la Caixa” y el Estado a través del FROB, una realidad que la cúpula ha destacado durante sus intervenciones ante los accionistas de la entidad. Además, CaixaBank cuenta con 617.800 accionistas, en su inmensa mayoría minoristas. Algunos de ellos han participado en el turno de intervenciones posterior a los discursos de la cúpula directiva, con críticas sobre cuestiones laborales, las remuneraciones de los altos cargos o el cambio de sede social de CaixaBank desde Barcelona a Valencia

Por su parte, el presidente de CaixaBank ha respondido a las críticas al cambio de sede reiterando el carácter catalán de CaixaBank, "sintiéndose orgulloso de sus orígenes", y ha explicado de nuevo el mantenimiento de la sede social en Valencia tras la fusión por absorción de Bankia. Además de mantener la sede social en Valencia "con carácter permanente", la entidad cuenta con dos centros operativos situados en las dos grandes ciudades españolas: Madrid y Barcelona, tal y como ha reiterado el máximo directivo ante sus accionistas. 

Juan Roig, protagonista involuntario en la junta de CaixaBank

Cabe destacar que, en el turno de intervenciones, uno de los accionistas minoritarios ha recomendado a la cúpula directiva de CaixaBank incorporar a un empresario valenciano a su consejo de administración con una propuesta muy concreta: Juan Roig, fundador y presidente de Mercadona y, a día de hoy, el empresario por excelencia de la Comunidad Valenciana. Ante esto, Goirigolzarri ha valorado positivamente el papel que juega el empresario valenciano en la economía nacional pero reiterando la "excelencia" de su consejo de administración actual.

Por otro lado, Goirigolzarri ha puesto en relieve la evolución positiva de la entidad en el mercado bursátil durante su intervención. “Desde el comienzo de 2022, hasta el cierre de ayer, nuestra acción se ha revalorizado en un 51%, que compara muy favorablemente con el Ibex, que subió un 6%, o con el índice de bancos europeos que en este período lo hizo en un 2%. Si ampliamos el horizonte temporal, desde que el mercado conoció la fusión, el precio de nuestra acción se ha duplicado”, ha explicado a sus accionistas el máximo directivo.

La junta general de accionistas de CaixaBank ha obtenido este año, por primera vez, la certificación de Evento sostenible alineado con los ODS, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, otorgada por la consultora Bureau Veritas. Para lograrlo, la entidad ha tenido en cuenta aspectos ambientales, como la gestión de residuos o los consumos de energía, agua y otros materiales; aspectos sociales, como la accesibilidad del espacio o la seguridad de los asistentes, y también la contribución del evento a la economía local mediante la contratación de productos y servicios a proveedores locales.