Mikhail Fridman, fundador y uno de los hasta ahora accionistas principales LetterOne (‘holding’ que controla las cadenas de supermercados DIA), ha comenzado a sufrir los efectos de la lista de sanciones de la Unión Europea y Estados Unidos a oligarcas rusos, según publica Bloomberg.

El 28 de febrero de la Unión Europea publicaba la lista de oligarcas rusos sancionados como medida de presión al Kremlin para parar la guerra de Ucrania. Entre ellos se encontraban nombres como el de Fridman o el de Roman Abramóvich, dueño del Chelsea (club de fútbol inglés).

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En su entrevista a Bloomberg, Fridman ha reconocido que no esperaba que Putin llevara a cabo una invasión a Ucrania de tales dimensiones. Su día a día ha cambiado, reconoce, y asume que está pensando en que “a lo mejor debe limpiar la casa él mismo”. La Unión Europea y Reino Unido han congelado sus cuentas y en la entrevista declara que está intentando descubrir cómo llevar a cabo pequeñas tareas del día a día “tales como pagar a un empleado doméstico”.

Fridman se considera, en declaraciones para el medio de comunicación estadounidense, “un prisionero” en Europa a causa de las sanciones. El oligarca se pregunta que por qué le ha tenido que ocurrir a él. Antes de la guerra de ucrania poseía una fortuna de 10.000 millones de dólares, pero desde que se iniciaron las sanciones únicamente puede retirar del banco 3.300 dólares para sus gastos personales y diarios. Además, debe solicitar una licencia para poder gastar ese dinero, de forma que el gobierno británico decida si las peticiones de gasto del oligarca son razonables.

El accionista e inversor considera que las sanciones de la Unión Europea no sirven para nada. Nunca se ha encontrado en la posición económica y social actual, y cree que “si la gente que dirige la Unión Europea cree que a través de las sanciones se puede acercar a Putin y pedirle que pare la guerra […] todos estamos ante un problema”. En palabras textuales, el empresario ha considerado que los líderes que hayan tomado la decisión de sancionar a los oligarcas rusos no saben nada sobre cómo funciona Rusia.