Pedagogía, diálogo y confianza. Sobre esos tres pilares ha pivotado Carlos Cuerpo su comparecencia en el Congreso de los Diputados para desgranar el Plan de Respuesta y Relanzamiento Comercial para contrarrestar los efectos de las políticas proteccionistas de Donald Trump. A ello le ha dedicado el ministro de Economía una porción de su discurso, pero también ha aprovechado el foco del atril parlamentario para neutralizar el relato arancelario de la Casa Blanca, que a su juicio parte de la premisa falsa de que todo déficit comercial es negativo.

Cuerpo ha sugerido que Estados Unidos tiene déficit en materias primas porque le es más beneficioso importarlas que fabricarlas. Sin embargo, no van por ahí los tiros del argumentario de Washington, que no ha clamado por el contundente superávit de la balanza comercial en cuestión de servicios. Ello le permite exportar “soluciones en materia de software informático, educación, servicios financieros o elementos culturales como el cine o la música”, además de otras parcelas, según apuntaba el ministro de Economía. De ahí se desprende que el plan proteccionista de Trump sea un conglomerado de arbitrariedades.

Tres ejemplos claros de la falta de análisis y razón

Para sustentar tales tesis, Cuerpo ha invocado su perfil más técnico con un trío de ejemplos. El primero de ellos, y más cercano, Europa. La Unión tiene un arancel medio con Estados Unidos del 5,1%, según figuran datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), la cual disminuye al 1,2% (arancel efectivo) si se atiene qué se exporta de cada bien y el arancel que se le impone. “Los aranceles impuestos por Estados Unidos son del 20% y pueden llegar al 25% a productos como los automóviles o en un futuro a los farmacéuticos”, ha subrayado el titular del Ramo, que insistía en que la guerra comercial no se sustenta sobre ningún análisis racional de la Economía, sino que es absolutamente arbitrario.

Sin embargo, ha querido huir del caso concreto europeo para evidenciar la falta de cabeza, y de pies, de la política desarrollada por Trump. Para ello se ha referido como segundo ejemplo a Singapur, una de las economías más abiertas del mundo por su falta de barreras comerciales, a la que el presidente de la potencia norteamericana ha establecido aranceles del 10%, pese a que este país tiene déficit comercial con Estados Unidos y un 0% de gravamen a las importación de sus productos.

El tercero de los casos, quizás el más sangrante, es el de Lesoto, un país africano con una elevada pobreza. La renta per cápita de sus habitantes representa en torno a un 1% de la que disfrutan los estadounidenses, apenas exporta más allá del charco (textiles y diamantes) e importa aún menos por su escaso poder de compra. Por esta imposibilidad de importar de EEUU, gozan de un superávit comercial, lo que ha llevado a Trump a castigar el país con la mayor tasa inicial (50%). “Ni análisis ni racionalidad económica”, ha resumido Cuerpo.

Oportunidades de interconexión y resiliencia

“Nuestras cadenas de valor están perfectamente integradas con las de nuestros socios comerciales, que muchas veces se ubican a miles de kilómetros”, ha apuntado el titular económico, que no ha titubeado al reconocer desde un principio que “dependemos los unos de los otros”. Para argumentarlo recurrió a sus gafas y a la posible procedencia de sus componentes: “diseñadas en Barcelona, montura de acetato de Japón, lentes de Francia o Alemania, varillas de China, bisagras de Suiza y las plaquetas nasales de Taiwán”. Seis países para unas no tan simples gafas.

Alterar los equilibrios tornan a la situación en compleja, de afectación internacional y plagada de unas consecuencias desconocidas para el sistema capitalista. No obstante, Cuerpo ha asegurado que entre las “buenas noticias” se encuentra que “estamos preparados”. La rápida actuación del Gobierno, que respondió a Trump en apenas doce horas, es para el ministro “un mensaje de confianza clara en un momento de tanta incertidumbre como este”. “Hemos articulado una respuesta rápida que permita dar frutos, estrategias para salidas de crisis anteriores (Covid, volcán de la Palma, DANA) que nos han permitido evitar shock y salir reforzados”, ha defendido.

En ese momento, Cuerpo se ha dispuesto a desgranar la totalidad del plan, comenzando con el primero de los dos ejes, centrado en el corto plazo y que fue aprobado por el Consejo de Ministros este martes:

  • Dos líneas de avales y financiación intermediada del ICO, dotadas con 6.000 millones de euros, para facilitar el acceso a financiación y satisfacer la necesidades de circulante de las empresas.
  • Impulso del Fondo de Apoyo a la Inversión Industrial Productiva, dotado de 200 millones de euros, para dar préstamos o participación en capital para modernizar o instalar nuevas plantas productivas.
  • Ejecución del nuevo plan MOVES, dotado con 400 millones de euros, que servirá de estímulo al sector del automóvil y a su vez permitirá avanzar en la transición ecológica.
  • Activación del mecanismo RED que, siguiendo un proceder similar al de los ERTE, permitirá mantener plantillas y ayudar a los empleados de las empresas más golpeadas por la guerra comercial hasta que su actividad se recupere.

Más allá de ayudas directas y actuaciones, el ministro ha defendido que también se ha constituido la Mesa de Diálogo Social con patronal y sindicatos; se ha convocado la Conferencia Sectoria con las comunidades autónomas, cuya reunión se celebrará este jueves; y se mantiene el trabajo conjunto con todos los grupos políticos. Todo ello para armar una respuesta coordinada también a nivel de país.

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