Pese a haber renunciado "temporalmente" a la presidencia de honor del BBVA el pasado mes de marzo, FG, el jubilado mejor pagado de España, no renunció a un lujoso despacho en la antigua sede de Argentaria en el Paseo de Recoletos, a tener una secretaria, coche blindado y personal de seguridad. Todo ello pagado por el banco que ya no preside, en calidad de los cargos a los que ha renunciado. Cuando esto se ha hecho público, el banco le ha hecho saber a FG que a lo mejor no es conveniente de cara al público, a los accionistas y a los reguladores el seguir ejerciendo un puesto al que se ha renunciado públicamente y por escrito.

Pero a FG, durante mucho tiempo segundo banquero del país, pero siempre el mejor pagado, no se le puede meter prisa. Y el exdirectivo sigue acudiendo al mejor despacho del banco en el Palacio del Marqués de Salamanca, en su coche blindado del banco, protegido 24 horas por personal de seguridad del banco, para despachar con su secretaria pagada por el banco acerca de asuntos sobre los que se supone que no ejerce. 

Tras se contactados por ElPlural.com, la respuesta del BBVA es que "el señor González dejará el despacho tras su renuncia. El traslado se hará de manera ordenada". Lo mismo, se nos ha indicado, hará con el personal de seguridad, el coche y la secretaria. El caso es que la renuncia ya se ha producido. Concretamente el 14 de marzo, hace más de un mes y medio. 

Desde que se empezó a saber que el expresidente del BBVA pudo haber encargado al excomisario Villarejo espiar al Gobierno de España, a la Comisión Nacional del Mercado de Valores y a su competencia para evitar ser relevado del cargo, el BBVA no da pasos a menos que se les pregunte si los ha dado. Francisco González (FG), que ha sido presidente del banco desde que era público y Aznar le nombró para el puesto, dijo haber iniciado una "investigación interna" cuando surgieron las primeras sospechas, con él todavía en el cargo. Nunca más se supo de ella. 

Su sucesor, elegido por el propio FG, Carlos Torres Vila, dijo haber encargado una "investigación externa". Nada se sabe de ella, excepto que cuando el volumen de preguntas alcanza ciertos niveles, Torres añade a otra consultora a la investigación. Empezó con el bufete Garrigues, se le sumó Uría Menéndez, se unió a las pesquisas PwC y aún no hay nada.