Julio Corrochano, jefe de seguridad del BBVA en la época de Francisco González y comisario de Policía jubilado, ha sido imputado por el caso Villarejo, según informa eldiario.es

Corrochano actuaba como vínculo entre el polémico comisario Villarejo y el que fuera presidente del banco, Francisco González, según reflejan las grabaciones y los contratos con las que las empresas de Villarejo cobraron más de 6 millones al BBVA entre 2012 y 2017.

Solo por su relación y trabajos para el BBVA hay una pieza aparte, la número 9, dentro del caso Tándem. Una pieza que está declarada secreta, por lo que su imputación no había trascendido.

El BBVA contrató a Villarejo durante tres meses -entre diciembre de 2004 y febrero de 2005- para abortar la operación que habría apartado a Francisco González de la presidencia del banco que le concedió José María Aznar. Para ello, el policía espió las comunicaciones del presidente de Sacyr, Luis del Rivero; su consejero, Juan Abelló; y el jefe de la Oficina Económica de José Luis Rodríguez Zapatero, Miguel Sebastián, junto a las comunicaciones de otras empresas y medios de comunicación.

Las víctimas del espionaje, como el ministro Miguel Sebastián, se han personado en la causa. Villarejo llegó a espiar 15.000 llamadas de varias personas que creían cercanas a la operación y a los que denominaban Grupo Hostil (GH).

El ahora imputado Corrochano es a quien Villarejo daba cuenta de sus operaciones y el comisario jubilado de la Policía Judicial le comentaba las impresiones de Francisco González: "Mi presidente, ni las conclusiones lee. Hay que decirle pim, pim, pim y pim y a tomar por culo".

Tras llegar a ser jefe de la estructura policial contra los delitos económicos y la corrupción, en menos de nueve meses Corrochano dejó el cargo y se incorporó como jefe de seguridad al BBVA en septiembre de 2002, donde estaría 16 años trabajando en uno de los habituales puestos que las compañías del Ibex35 guardan para comisarios policiales. En 2018, Corrochano se jubiló, con una carrera en paralelo a Francisco González, que pasó a ser presidente de honor del banco, hasta que los escándalos de espionaje forzaron su cese “temporal” en la labor honorífica.