Tal y como recoge El País, este viernes se ha vivido una junta de accionistas muy tensa en el BBVA. A pesar de que Carlos Torres, nuevo presidente de la entidad, haya dado comienzo a la intervención con un tono conciliador y calmado, destacando los valores que se le presuponen a la banca y los retos del futuro, el resto de los accionistas no han dudado en cargar contra Francisco González. El hasta ahora presidente de honor del banco y de la fundación anunció el jueves que dejaba “temporalmente” sus funciones al frente del ente.
Torres, a sabiendas de lo que sucedería cuando cediera el turno de palabra, ha leído una nota agradeciendo a González su renuncia temporal, advirtiendo de que el proceso judicial puede extenderse en el tiempo, pero calmando a los que temen consecuencias negativas en la cotización del BBVA.
Una vez finalizada su intervención, todos los presentes -desde los grandes sindicatos hasta los pequeños accionistas- han reprochado a González su falta de ética. Recordando cuando se vanagloriaba de ser un adalid de la moral en los negocios, han levantado la voz en contra de las supuestas escuchas ilegales que el exgerente organizó con Cenyt, la empresa del comisario Villarejo.
El nuevo presidente electo, con el 98% de los votos, también ha comentado las acusaciones que caen sobre González: “Si las escuchas son ciertas, se trataría de conductas indudablemente muy graves, deplorables y contrarias a los valores del BBVA”. Además, ha tratado de desvincularse del legado de su predecesor, afirmando que en 2019 la gestión será totalmente distinta: “Lo que puedo asegurar es que estamos colaborando activamente con la Justicia. BBVA ha sido, es y seguirá siendo un banco honesto”.
Luis del Rivero, expresidente de la constructora Sacyr y hombre que intentó acabar con el mandato de González en 2004, ha relatado a los presentes la falta de pluralidad interna que se vivía en aquellos años. Su propuesta contaba, tal y como ha señalado, con los apoyos de Santiago Ybarra, José Domingo Ampuero y otros significativos miembros de la familia Neguri, fundadora de la entidad. Sin embargo, tras intentar imponerse al entonces presidente González, “todos estos consejeros fueron obligados a dimitir del banco, uno a uno por Jaime Caruana, entonces gobernador del Banco de España y ahora consejero del BBVA, uno de los grandes amigos de González”.
El representante de la Asociación Uniter de Exempleados del grupo BBVA, Paulino García Toraño, tampoco ha tenido reparo en calificar lo que está sucediendo, al afirmar que las acusaciones tienen “todo el aspecto de terminar en los tribunales”. Además, han abogado por la marcha definitiva de Francisco González, ya que el daño causado no es solo “reputacional”.
Representantes de los principales sindicatos que representan a la amplia mayoría de la plantilla han pedido celeridad, rigor y contundencia a Torres a la hora de tomar decisiones. Por ahora, el presidente ha optado por no mencionar la marcha de González y simplificar el argumentario a que el banco seguirá “colaborando con la justicia”.
Una junta caldeada para demandar que todo se aclare. Escuchas, incendios y demás ominosas decisiones del, hasta ahora, mandamás de la entidad.
