Como ya informamos en ElPlural.com, el escándalo de las escuchas al Gobierno supuestamente encargadas por Francisco González volvió a poner en la palestra una investigación que pendía sobre él tiempo atrás. 14 años se cumplen del incendio del edificio Windsor. Una colilla. Hasta ahora, un cigarro mal apagado fue el causante de aquel destrozo. Sin embargo, la especulación y el misterio siempre han rodeado a lo ocurrido. Pero, ¿qué relaciona a González con el incendio?

Cuando las llamas redujeron a escombros las oficinas de la auditora Deloitte, que tenía en el mencionado Windsor su sede, el fuego devoró todo lo que encontró a su paso. Pero, en el transcurso de aquella noche de febrero de 2005, ante el asombro de la sociedad y el miedo a que las llamas se propagasen y acabaran generando una catástrofe mayor, no se reparó en el valor de la documentación que allí se archivaba.

Entre los papeles que ardieron se encontraba una auditoría realizada a la sociedad de valores FG Inversiones Bursátiles, solicitada por la Fiscalía Anticorrupción para esclarecer el pelotazo por el que Francisco González vendió su compañía a Merrill Lynch por 3.700 millones de pesetas en 1996 (unos 36,4 millones de euros ajustando la inflación).

¿Cuál era el motivo de la Fiscalía para encargar dicha auditoría? Francisco González, al parecer, escondió unas pérdidas de 800 millones de pesetas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Un trabajo de ingeniería contable que pasó desapercibido hasta que alguien dio el chivatazo al comprador. Sin embargo, la decisión fue seguir adelante con el trato y no reparar en el hipotético fraude que allí se producía. Merril Lynch envió una carta en la que informó de lo averiguado a la CNMV y todo quedó en el olvido.

Hasta que, pasado el tiempo, Anticorrupción se interesó por la misiva. CNMV alegó que se había perdido durante los años de Juan Fernández-Armesto Fernández-España, que, curiosamente, era abogado personal de Francisco González y también fue nombrado por José María Aznar.

¿Dónde localizar esa carta, entonces? El juez pidió a Deloitte la documentación, pero la auditora tampoco aportó los papeles. El edificio Windsor ardió con ellos.