El presidente de BBVA hasta el pasado 31 de diciembre, Francisco González, generó una remuneración total de 5,13 millones de euros correspondiente al ejercicio 2018, un 11% menos que un año antes, mientras que el entonces consejero delegado de la entidad -ahora su sucesor-, Carlos Torres Vila, sumó 4,51 millones de euros, un 8% menos,

Según la información remitida por la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la retribución fija del expresidente González se mantuvo en 2,5 millones de euros, mientras que la remuneración variable se estableció en 2,6 millones de euros, un 20% menos que en 2017. Sin contar el multimillonario plan de pensiones de FG, que entre dinero acumulado y acciones, ronda los 110 millones de euros. 

Torres, por su parte, en su condición de -entonces- consejero delegado, generó una remuneración fija correspondiente al año pasado que se mantuvo constante respecto a 2017 en 1,96 millones de euros, mientras que la remuneración variable descendió un 15%, hasta los 2,4 millones de euros.

Asimismo, BBVA realizó una aportación al plan de pensiones de Torres Vila de 1,6 millones de euros, que corresponde a la aportación anual para la jubilación fijada en 2017. Su sistema de aportación definida establece aportaciones anuales que se fijan claramente y 'ex ante', por lo que no puede percibir la pensión de jubilación de forma anticipada y tampoco en caso de cese por incumplimiento grave de funciones.

La política de remuneraciones de BBVA establece que el 40% de las remuneraciones variables debe ser satisfecho durante el primer trimestre de 2019, mitad en forma de acciones y la otra mitad en metálico. Mientras, el 60% restante queda diferido y sujeto a indicadores plurianuales que pueden reducir e incluso llevar a cero dicha parte, nunca incrementarla. Esta parte de la retribución variable no se comenzará a cobrar hasta 2022, por lo que quedará diferida por un periodo de cinco años y se dividirá en un 60% en acciones y el resto en efectivo.

Asimismo, toda la remuneración variable está sujeta a cláusulas 'malus', que podrían limitar o impedir el cobro debido a posibles resultados de ejercicios negativos o malas praxis, y a cláusulas 'clawback', que podrían permitir a la entidad recuperar cantidades ya satisfechas. En cualquier caso, el sueldo variable diferido está sujeto a la política retributiva vigente en 2017, con indicadores plurianuales que pueden reducirlo e incluso llevarlo a cero, nunca incrementarlo, así como cláusulas 'malus' y 'clawback'.

Pedirán a los accionistas que les suban más el sueldo

Por otro lado, el consejo someterá a la junta general de accionistas que tendrá lugar el próximo mes de marzo la actualización de la política de remuneraciones, que fue aprobada en 2017, con el fin de incorporar las condiciones contractuales del nuevo presidente ejecutivo y del nuevo consejero delegado. En caso de ser aprobada, esta nueva política se mantendría vigente hasta 2021.

La propuesta del consejo es una retribución fija de 2,45 millones de euros para Carlos Torres y de 2,18 millones de euros para Onur Genç. Además, propone que la retribución fija anual no pueda incrementarse más de un 5% de media anual durante la vigencia de la política.

Respecto al nuevo consejero delegado, Onur Genç, además de un seguro por invalidez y fallecimiento, contará con dos remuneraciones complementarias fijas por su condición de alto ejecutivo internacional: una cantidad anual en efectivo, que sustituye a la pensión de jubilación, equivalente a un 30% de su retribución fija anual, y una cantidad anual en efectivo, como complemento de movilidad, que equivale a 600.000 euros anuales.